En Efesios 6:12 el apóstol
Pablo habla de una lucha, y es por causa
de esa lucha que necesitamos autoridad. La autoridad espiritual es
poder delegado. Ver (Lucas 10:19) he aquí os doy potestad… El creyente debe saber que
tiene autoridad, pero para que le sea de provecho, no solo debe saber que tiene
autoridad sino que además debe actuar de acuerdo a esa autoridad. Nuestro interés
al escribir esta nota, es que el creyente que tenga la posibilidad de leerla,
pueda conocer como actuar con la autoridad espiritual que ha recibido en Cristo
Jesús.
¿CUÁNDO RECIBIMOS AUTORIDAD?
Recibimos autoridad cuando
nacemos de nuevo, y esto ocurre cuando aceptamos a Jesucristo en nuestro
corazón. Por eso, si usted ha aceptado a Cristo, usted debe saber que usted
tiene autoridad espiritual. Es importante que sepamos
cual es la base de la autoridad que hemos recibido, y cuales son sus alcances y
sus límites. En cuanto a la base de la
autoridad espiritual, Cristo es la base de nuestra autoridad, y esa autoridad
espiritual se ejerce a través de la fe en él. El alcance de esta autoridad
es en dos dimensiones: 1) La del mundo natural. 2) La del mundo espiritual. En lo natural están bajo esa
autoridad: Los elementos, las cosas y los seres materiales; Y en lo espiritual:
Espíritus, demonios y entidades (principados, potestades, gobernadores de las
tinieblas etc.). Nada se escapa de ser afectado por la autoridad que el
creyente en Cristo ha recibido, ya que a
Cristo le fue dada toda potestad en el cielo y en la tierra, y esa misma
autoridad le fue delegada a los que creen en su nombre. Ver (Mateo 28:18) Además,
las sagradas escrituras dicen que por el poder de Dios, Cristo fue sentado en
lo mas alto; en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y
poder y señorío, quedando sometidas bajo sus pies todas las cosas (Efesios 1:
20- 22). Todo creyente debería personalizar este texto al orar. Es decir, que
deberíamos orar pidiendo que el Señor nos de espíritu de conocimiento y
revelación de lo que somos en Cristo, alumbrando los ojos de nuestro
entendimiento. Porque sabemos que también el creyente fue sentado con Cristo en
los lugares celestiales (Efesios 2: 6). Es ésta, una revelación poderosa, pero
para que se constituya en revelación no solo debe ser leída y oída, además es
necesario que sean alumbrados los ojos de nuestro entendimiento (Efesios1:8). Y es aquí donde juega un papel importantísimo
el que usted personalice y haga suyas estas oraciones, pidiendo sabiduría,
entendimiento y revelación, para saber cuál es la gloriosa herencia y las
riquezas a las que Dios le ha llamado como su escogido. Ver (Efesios 1:18)
En cuanto a los límites de
esa autoridad, solo están en la voluntad
de Dios. Es decir, que cada vez que ejerzamos la autoridad, deberá de ser
conforme a la voluntad de Dios. Además, debemos saber que la autoridad no es de
unos pocos, sino que es de todos los nacidos de nuevo. Es necesario que el
creyente descubra la revelación de la autoridad que le fue delegada, y cuando
eso ocurra, la iglesia se levantará con el poder Dios.
Dios escogió un plan de cómo
manifestarse al mundo. El determinó hacerlo a través de la iglesia. Y ahora Dios está confrontando el mundo espiritual;
y es la iglesia la escogida para esta trascendental tarea, ya que la iglesia es
el cuerpo de Cristo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo (Efesios
1:23) Jesucristo nuestro Señor
está ejerciendo autoridad en contra del mundo espiritual de maldad a través de
su Iglesia. Es decir, a través de usted como creyente; pues los creyentes
conforman el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Así que yo te digo: ¡¡¡
Iglesia despierta y levántate que hay una guerra que pelear y que ganar¡¡¡
Los enemigos de la
autoridad:
Es necesario darnos cuenta de que hay enemigos de la autoridad.
Es necesario darnos cuenta de que hay enemigos de la autoridad.
En primer lugar está la duda.
Este enemigo deberá ser
vencido con fe, la cual debe venir por la revelación de la palabra de Dios a
través del Espíritu Santo. Así que, lea y estudie la palabra de Dios, pidiendo
que el Espíritu Santo le revele la verdad de la palabra y produzca fe en ella.
El enemigo número dos es: El pecado
y la falta de cobertura.
El enemigo tratará de
hacernos pecar para que la cobertura sea quitada. Este enemigo se vence con
arrepentimiento y confesión de nuestros pecados a Dios. “Si confesamos
nuestros pecados el es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda
maldad” (1 Juan 1: 9).
El enemigo número tres es el temor.
Para derrotar este enemigo
de la autoridad, debemos volver al principio de la revelación y la fe; Debemos
estar convencidos de lo que Dios dice de nosotros como creyentes. La palabra de
Dios dice que Cristo nos dio potestad de ollar (pisotear) serpientes y
escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo; y nada os dañará. (Lucas 10:19).
El temor es una de las armas
favoritas del enemigo para tratar de vencernos. Pero si tenemos la revelación
de la palabra de Dios, nosotros sabremos que el enemigo esta bajo nuestra
autoridad y que nada nos dañará. Por eso podemos estar confiados en que nada
tenemos que temer acerca de lo que el enemigo pueda hacer. Debemos sacar de nuestra
mente esos conceptos equivocados: “Mejor no me meto con el diablo”, “Cada vez
que busco de Dios me vienen pruebas”. Saquemos esa basura de nuestra mente y
echemos fuera el temor, tomando la autoridad que Dios nos ha delegado.
Debemos creer en la palabra
de Dios. Si de verdad creemos en lo que Dios nos dice en su palabra, podemos
estar seguros que la autoridad de Dios será manifiesta a través de nosotros sus
hijos. La gloria de Dios se manifiesta al creer. La escritura dice: “No te he dicho que si crees, verás la gloria
de Dios” (San Juan 11:40)
EL PRINCIPIO DELA UNIDAD
EL PRINCIPIO DE
De nuevo, reiteramos que
Dios nos ha dado autoridad espiritual al nacer de nuevo. Pero para mantener la
autoridad delegada, debemos entender la unidad del cuerpo de Cristo,
Dios unió a Cristo y la
iglesia como un solo cuerpo, Cristo es la cabeza y la iglesia su cuerpo; el
cuerpo separado de la cabeza pierde sus funciones, así mismo, el creyente
separado de Cristo pierde su autoridad. Debemos por tanto estar firmemente
unidos a Cristo, así que no solo debemos creer que él nos dio autoridad, sino
que debemos creer esta revelación de que la unidad con Cristo nos da el poder que
confiere la autoridad, porque separados de Cristo nada podemos hacer (San Juan
15:5).
Otras citas de este
principio son: el poder de la resurrección (Efesios 2:5), Como Cristo esta vivo,
su cuerpo debe estarlo.
La unidad del cuerpo hace posible
el fluir del Espíritu de Cristo; (1 Corintios 6:17).El poder de Cristo
resucitado se manifestara en la iglesia (Efesios 2:4-6) Mantengámonos unidos a
Cristo y recordemos las palabras del señor que dijo “El que en mi cree las
obras que yo hago él las hará también, y aun mayores las hará porque yo voy al
Padre” (Juan 14:12).
De nuevo recordamos que según
(Efesios 6:12), tenemos una lucha espiritual.
Los seres con los que
tenemos esa lucha de la que habla el Apóstol Pablo, son espíritus rebeldes
poseedores de cierta autoridad. Esa autoridad fue tomada del hombre al pecar
Adán; pero Cristo los venció y ahora podemos tener autoridad de nuevo sobre
ellos. (Colosenses 2:13-15). Puede ser que al dar una
orden no parezca pasar nada; pero persista; las tinieblas tienen que retroceder
ante la luz; los espíritus inmundos y demonios tienen que obedecer a Cristo, y
a los que están en Cristo. Nosotros los creyentes somos el reino de la luz, y
nuestros enemigos el reino de las tinieblas. Y sabemos que más puede la luz que
las tinieblas. Ver. (Sn. Jn. 1:5) Las tinieblas son solo la
ausencia de luz, así que, aplique la luz de Dios a sus tinieblas cualquiera
sean éstas, y ellas desaparecerán.
La autoridad espiritual que
puede ser impuesta en la tierra, tiene que ejercerse por la iglesia, porque
Cristo está a la diestra del padre, pero nosotros, la iglesia, que somos el
cuerpo de Cristo, estamos aquí. Todas sus órdenes tienen que ser cumplidas por
su cuerpo. Esta autoridad en la tierra nos ha sido delegada. Muchos problemas persisten
porque los permitimos; no hacemos nada contra ellos.
Hay un reto del Señor
Jesucristo: ¡¡haz algo contra ese problema, yo te di autoridad¡¡.
Anímate a decir: “en el nombre de Jesucristo, quebranto el
poder del diablo en la vida de mi (hijo, hija, esposa, esposo, o en mi
vida; según sea la necesidad) reclamo su
salvación. Hazlo así cada
ves que sea necesario, y mantente firme contra el enemigo, y sobre todo,
mantente sometido a Dios, y los problemas y el mismo diablo huirá de ti; ver (Santiago
4: 7) Esta practica es válida en todas las áreas; la
enfermedad, la escasez, la tentación, la angustia, la depresión, el miedo etc.
Una cosa que debe recordarse
siempre es: El estar sujetos a la autoridad nos ayuda a usar de manera eficaz
la autoridad que nos fue delegada.
CÓMO EJERCERLA AUTORIDAD
CÓMO EJERCER
Al estar ante las
situaciones que requieren de autoridad debemos tomar acción. Hay cosas que Dios
hará por nosotros, pero hay otras que no hará por más que le roguemos. Podemos
llorar y aún así no lo hará; porque corresponde a nosotros hacerlas. Es necesario
pedir discernimiento para saber en qué cosas debemos actuar con autoridad. Como
Cristo, siendo guiados por el Espíritu Santo. Además, debemos conocer cómo hace
Dios las cosas. Y Dios ejecuta su autoridad por medio de su palabra. Si Dios
quiere que haya agua; no hace un laboratorio para mezclar hidrógeno y oxígeno
(H2O= agua ) sino que usa su palabra. Así que si Dios quiere hacer agua, lo
único que él hará es decir: sea el agua.
Y eso será suficiente para que se produzca el agua. De igual modo debemos hacer
sus hijos, usaremos la palabra; y las
cosas serán hechas.
Si usted tiene una lucha con
el diablo no se deje llevar a la derrota, dígale al diablo: yo soy un hijo/a de Dios y estoy sometido a
él. No haré lo que tú quieres, sino que te resisto hoy. La palabra de Dios dice
que tienes que huir de mi. Así que vete de mi, te lo ordeno en el nombre de
Jesucristo. (St. 4:7)
Otra forma de ejercer la
autoridad es fortalecernos en el Señor y
en el poder de su fuerza. Efesios 6: 10. Y esto lo logramos al vestirnos de toda la armadura de Dios (Efesios 6: 11- 19) en estos mismos versos
se nos aclara cuáles son los componentes de esta armadura:
Para la espalda: LA VERDAD ; Para el cuerpo: LA
CORAZA DE JUSTICIA; Para los pies: EL
CALZADO DEL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA
PAZ ; Contra los dardos de fuego del maligno: EL ESCUDO DE LA FE ; Para la cabeza: EL YELMO DE
LA SALVACIÓN. Y
el arma de ataque: LA ESPADA DEL
ESPÍRITU Además de todo lo anterior,
debemos estar en constante oración, no solo por nosotros, sino por todos los
siervos y siervas del Señor.
Yo te digo que si estás
vestido con toda la armadura de Dios, y
tienes la autoridad delegada de Dios, puedes levantarte y reclamar al enemigo
todo lo que es tuyo. ¡¡ LEVANTATE EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO Y SE MÁS QUE
VENCEDOR ¡¡ Ejerzamos autoridad y dominio porque la Iglesia fue puesta con
Cristo sobre todo trono, poder y autoridad. Así que no te acostumbres a
depender permanentemente de otras personas. Empieza a hacer uso de la autoridad,
y no des lugar al diablo, porque el reclamaría un derecho.
Debemos saber que Satanás no
tiene ninguna potestad sobre los creyentes. La Biblia dice: “el cual
(el Padre) nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y nos ha trasladado
al reino de su amado hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón
de pecados” Colosenses 1:13 y 14.
Recuerde las citas bíblicas
que ya han sido mencionadas en este estudio: Efesios 1:22 y 23, Lucas 10: 19. Y
si alguna ves le está agobiando el enemigo, las circunstancias o la enfermedad;
recíteles con fe las escrituras, y tome su lugar, el cual es reinar; porque por
Jesucristo usted ha recibido abundancia de gracia (Romanos 5: 17) así que
atrévase a reinar sobre sus circunstancias en el nombre de Jesucristo, para la
gloria de Dios. Si tenemos esta actitud, el Espíritu de verdad puede alzarnos
al lugar donde podamos ver con claridad la revelación de Dios. Es por eso que yo te animo a
que sigas orando para que nuestro Padre Celestial te de “espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de su
entendimiento”.
RESUCITADOS CON CRISTO
En Colosenses 1: 15 al 20 el
Apóstol Pablo nos habla de una poderosa revelación. En esta escritura, no solo
se nos muestra quien es Cristo; sino que se nos muestra su misión: Darnos vida.
Colosenses 2:12-15 nos dice que Dios padre nos dio vida en el mismo momento que
resucitó a Cristo Jesús, pero para poder hacer esto tenía que perdonar nuestros
pecados y liberarnos del dominio de Satanás y sus demonios, al cual estábamos
sujetos por causa de la deuda del pecado nuestro que ellos reclamaban. A esta
deuda se refiere el Apóstol Pablo cuando dice que había un acta de decretos que
nos era contraria.
La buena y maravillosa
noticia es que Cristo anuló esa acta de decretos y la quitó de en medio
despojando a los poderes de las tinieblas de su poder sobre nosotros, y nos dio
así una libertad permanente por su victoria contra el pecado y la debilidad de
la carne; porque él condenó el pecado nuestro en su carne. Y siendo la paga del
pecado la muerte, entregó su propio cuerpo en pago de nuestra deuda. Y es así
que pudo decir en la agonía cruel, y con toda su angustia al morir pagando
aquella infame deuda nuestra: “consumado
es”. Para que ahora podamos decir con gran alivio y gran dicha: “Ninguna condenación hay para los que están
en Cristo” (vea Romanos 8). Si entendemos bien esa revelación
y la creemos con todo nuestro corazón, podemos estar seguros ante las
insinuaciones del enemigo y de las potestades de maldad que nos quieren tener
en esclavitud y opresión; haciéndonos sentir y creer culpables o que todavía
estamos bajo el dominio del enemigo, lo cual es totalmente falso. La
resurrección de Cristo contradice de una manera contundente esas mentiras del
diablo. Solo si Cristo no hubiera resucitado, el diablo tendría potestad sobre
nosotros los creyentes, ya que la muerte es un enemigo. Si Cristo permaneciera
en la tumba entonces nosotros seriamos esclavos aun; pero Dios el padre levantó
a nuestro Señor de la tumba, triunfando así sobre todos nuestros enemigos y haciéndonos
a nosotros más que vencedores.
No nos dejemos amedrentar
por el enemigo cuando a través de las circunstancias nos acusa e intenta que
creamos sus mentiras, tratando de mantenernos en esclavitud.
Es nuestro deber y
privilegio el conocer y creer la revelación de la verdad de la obra redentora
de Cristo y ser así libres del poder de las tinieblas. Por eso cuando el diablo
venga a usted con sus mentiras y artimañas, no le de lugar y resístalo con la
verdad revelada de la palabra de Dios, y el huirá de usted, porque la victoria
es suya en Cristo Jesús.
La resurrección de Cristo le
da a usted el derecho de la libertad, y hace algo mas maravilloso aun: Lo
sienta en lugares celestiales juntamente con Cristo; sobre todo principado y
autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este
siglo, sino también en el venidero. Por eso debemos creer el
maravilloso hecho de la resurrección de Cristo, alabarlo por eso, pensar en
ello, vivir por ello y combatir con esa poderosa verdad toda mentira del
diablo.
Entendamos que todas las
cosas están bajo el poder, dominio y autoridad de Cristo: Todas las cosas están
bajo sus pies. Ahora bien, cabe preguntarse:
¿Donde están los pies de Cristo? La respuesta a esta pregunta tiene su base en
otra poderosa revelación: “La iglesia es el cuerpo de Cristo”. Sabemos que los
pies están al final del cuerpo, como la cabeza esta al principio del cuerpo.
Entonces diremos que como la iglesia es el cuerpo de Cristo, y como los pies están
en el cuerpo; entonces todas las cosas están bajo la iglesia.
Por tanto yo le animo a que
se atreva a ejercer autoridad, pero asegúrese de hacerlo en la voluntad de Dios
y bajo la guianza del Espíritu Santo.
ENFASIS FINAL:
ENFASIS FINAL:
Recuerde que aunque Dios le ha dado autoridad, usted
como creyente debe llevar siempre la armadura de Dios (vea Efesios 6:10-18). Mientras estemos en este
mundo y no hayamos sido transformados corporalmente, aun estamos al alcance de
las acechanzas del diablo, y por tanto estamos en la obligación de velar por
mantenernos en la libertad con que Cristo nos hizo libres.
Otro punto en el que debemos
insistir es en el hecho de no ser arrogantes ni soberbios. No debemos hablar a
las potestades del aire con lenguaje carnal y ofensivo, no por miedo a las
fuerzas del mal, sino por temor reverente a Dios; quien no quiere que seamos
como hijos descuidados e insensatos que no se fijan en como hablan. Además,
debemos entender que hablar con palabras ofensivas, es recurrir a armas
carnales que no tienen ningún poder contra las potestades del aire; Por el
contrario; nuestras armas no son carnales, sino espirituales y poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas.
Ejercer autoridad con
eficacia no depende de los gritos, el tono, o las palabras que usemos, sino de
la convicción de la revelación de tu posición en Cristo, y de la fe con que
ejerzas esa autoridad. Recuerde que su lucha no es
contra carne ni sangre; sino contra potestades de las tinieblas. Por tanto, no
trate de ejercer autoridad con poder sobre las personas, y no cometa el grave
error de combatir a las personas y no ala influencia que hay detrás de actos
gestos y palabras dañinas.
Finalmente, es mi deseo que
usted pueda apropiarse de estas verdades tratadas en este folleto y que tome la
posición de autoridad que Dios le ha dado.
Comience a vivir como un
escogido de Dios: Disfrute de abundante victoria de los hijos de Dios; tome su
lugar en las alturas celestiales con Cristo Jesús Señor nuestro.
1 comentario:
soy de ecuador estoy muy agradecida con dios primeramente que me a permitido el dia de hoy encontrar unas palabras que solo alivian mi corazon y me mantienen en pie para seguir luchando por esto que creeo que es mi amado padre celestial su amado hijo jesucristo y el bendito espiritu santo de dios
gracias
att donna chipe
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