martes, 12 de octubre de 2010

Ofrendas y Diezmos (V).

El Diezmo en la Actualidad:
(Diezmo es la décimaparte de todas nuestras "entradas")

Dar nuestros diezmos al Señor es una costumbre que los creyentes fieles practicamos. Sin embargo hay quienes no aceptan esta práctica, alegando que el nuevo testamento no contempla este asunto como una obligación del creyente.
Otra ponencia es que el diezmo es de la ley, y como la ley se aplica a los judíos; los gentiles no estamos obligados a diezmar.
No obstante estos argumentos, hemos demostrado en los caapítulos anteriores que los diezmos no provienen de la ley. Lo único que hizo la ley de Moisés fue darles un marco regulatorio. Los diezmos, así como las ofrendas, tienen su fundamento en principios de revelación de la dignidad de Dios, y de la responsabilidad recíproca.

Con base al hecho que dio origen a los diezmos y las ofrendas en el antiguo testamento (las necesidades de la congregación) vamos a hacer algunas comparaciones entre la iglesia y el pueblo de Israel:

1- Las necesidades espirituales del pueblo dieron origen a la formación de un sistema de sostenimiento: Diezmos y ofrendas. Estas necesidades eran, entre otras, libertad, identidad espiritual o religiosa (necesitaban un culto que les diera la identidad de pueblo de Dios), normas éticas y morales y un destino.
La iglesia presenta esas mismas necesidades.
Israel necesitaba un líder (Moisés) y muchos otros ayudantes: La iiglesia necesita apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.
Israel necesitaba un tabernáculo; La iglesia templos o edificios para congregarse en comunión fraterna.
Israel necesitaba rituales; La iglesia un culto.
Israel necesitaba identidad de pueblo de Dios; La iglesia también.
Israel necesitaba agruparse para caminar hacia su destino: Canaan; La iglesia necesita caminar unida hacia su destino: El reino de los cielos. (en ambos casos se necesita un pastoreo).

Tenemos quecomprender que como iglesia  tenemos necesidades similares a las del pueblo de Israel, y que además, fueron estas necesidades las que dieron origen a que la tribu de Levì fuera constituida por Dios como ministros del santuario; Y que este hecho fue lo que demandó la necesidad de sostenimiento económico; siendo la solución, escogida por Dios, el establecimiento de diezmos y ofrendas. De la misma manera que Dios estableció a los levitas para ocuparse de las necesidades del pueblo de Israel; también estableció a los ministros de la iglesia para ocuparse de las necesidades de ésta.
Esto es lo quedicen las sagradas escrituras en concordancia al tema:

"Y él mismo constituyóa unos, Apóstoles, a otros, Profetas, a otros, Evangelistas, a otros, Pastoresy Maestros..." (Efesios 4:11)

En otro texto el Apóstol Pablo amplía la lista:
 "...los que hacen milagros...los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas..." (1 Corintios12:28)
El principio que da base al establecimiento de diezmos y ofrendas en el pueblo de Israel, es el mismo que da origen al establecimiento de las ofrendas y los diezmos en la iglesia.  Lo que le da el sustento de legitimidad, pero en un sentido diferente al de la ley de Moisés.

William Tercero M.

Ofrendas y Diezmos (VI).

El Principio de la Justicia:
El Diezmo también es un asunto de derecho y justicia, según Dios. Veamos:

Como los Levitas fueron apartados para ministrar en el santuario, no podían dedicarse a las labores productivas a las que se dedicaban las demás personas de las otras tribus. Por el contrario,ellos tenían que dedicarse, por mandato del Señor, a satisfacer las necesidades espirituales del pueblo y las demandas del culto. Privándoles de esta manera, de su derecho de prosperar con su trabajo y suplir así, sus necesidades y anhelos y las de sus familias. Dios, entonces, les proveyó una compensación justa; estableciendo los diezmos y las ofrendas, los cuales debían de proveer las otras personas de las demás tribus, a las que no se les habìa impuesto la privación de prosperar con su trabajo; y por causa de quienes, sí se habìa privado de este derecho a los Levitas. Constituyéndose, de esta manera, el diezmo y las ofrendas, en un asunto de justicia.
Este principio de justicia debe aplicarse igualmente a los ministros del Señor en la iglesia (Apóstoles, profetas, pastores, maestros, misioneros etc.)

El Principio del Derecho:
Toda orden o mandato del Señor se constituye en un derecho de aquellos a quienes beneficia.
Los Levitas tenían el derecho de tomar las ofrendas y los diezmos de manos de sus hermanos de las otras tribus. Esto en base al mandato del Señor. Y en el nuevotestamento el Apóstol Pablo recurre al mismo principio cuando le habla a laiglesia acerca de las cuestiones del sostenimiento de los ministros del Señor. Veamos:
"¿Acaso no tenemosderecho de comer y beber?... o solo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?
Quien fue soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quien apacienta el rebaño y no toma de la leched el rebaño? (1 Corintios 9:4-7)
Y como hemos hecho en esta enseñanza, el Apóstol Pablo basa su argumento en las escrituras del antiguo testamento. Vea 1 Corintios9:8-10.
De ahí, que podemos decir, que no contribuir con nuestros diezmos y ofrendas, es ser injustos; y es violar el derecho otorgado por Dios a sus ministros.
Cabe preguntar: ¿Estás cumpliendo con la justicia de Dios?
Y ante cualquier argumento que se levante en contra de las ofrendas para los ministros, -porque hay quienes argumentan para no cumplir lo establecido por el Señor-, conviene recordar las palabras de nuestro Señor Jesucristo que nos recuerda que no importándo lo ilógico que parezca, cumplir la pabra de Dios es cumplir con su justicia: 
" Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.  
 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?  
Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó" (Mateo 3: 13-15).

William Tercero M.

Ofrendas y Diezmos (VII).

Otras consideraciones importantes acerca del diezmo y las ofrendas son:

La Ley de la Siembra y la Cosecha:
"Dad y se os dará" (Lucas 6:38)

Tanto en el antiguo testamento, como en el nuevo, se habla de esta ley. Por ejemplo, proverbios dice:
"A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar" (Proverbios19:17)

"Dando es como se recibe"es otra frase del nuevo testamento acerca de esta verdad.
Más concretamente, el Apóstol Pablo habla de esta manera diciendo:
"Pero esto digo: El que siembra escasamente, también  segara escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará" (2 Corintios 9:6)
Aquí el Apóstol compara las contribuciones monetarias de los creyentes con las semillas que siembran los agricultores, para explicarles este principio de la siembra y lacosecha a la iglesia.

Para nuestra mejor comprensión, cabe destacar algunos principios inmersos en esta ley:
1- Principio de la mejor semilla:
Para que una cosecha sea buena ha de sembrarse la mejor semilla. Si se siembra una semilla dañada o mala, puede ser que la cosecha sea mala o que del todo se pierda la semilla, y que por ende no haya cosecha. Es por eso que los creyentes han de ser cuidadosos al dar sus ofrendas, sabiendo que de acuerdo a la calidad de la semilla asi serà la cosecha.


2- El principio de la esperanza:
"...con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir elfruto" (1 Corintios9:10)

Dado que nuestras ofrendas y diezmos tienen las características de una semilla, es correcto esperar que den una cosecha al ser traídas delante de Dios; asi como las semillas dan una cosecha al ser depositadas en la tierra fértil y preparada. Sin embargo, aunque hay esperar recibir cosecha al dar, no debemos caer en el error de esperar de las fuentes incorrectas. El agricultor sabe que aunque "dio" su semilla a la tierra, si el cielo no le es propicio, no podrá tener cosecha. Ya que es del cielo que descenderán, tanto la luz del sol y la lluvia que harán germinar, crecer y cosechar aquellas semillas que el agricultor sembró. De igual manera, el creyente al dar sus diezmos y ofrendas, debe poner su esperanza en aquel que está en el cielo,  para recibir la cosecha de acuerdo a la generosidad de susiembra.

Por mucho tiempo se ha mal  interpretada el texto de las escrituras que dice que hay que dar sin esperar nada a cambio. Es verdad que lae scritura dice que hay que procurar darle de nuestros bienes a aquellos que no nos pueden devolver nada a cambio de nuestra generosidad. Ver Lc. 14: 12-14.
Debemos notar que las palabras en el texto antes mencionado, son palabras de la boca de nuestro Señor Jesucristo, y que por tanto, tienen toda la autoridad para ser oídas; sinembargo, debemos también notar que lo que el Señor Jesucristo se proponía, no era desestimular el principio de la esperanza; y que más bien, él está confirmándola y enfocándola correctamente.
Parafraseando las palabras del Señor para una mayor comprensión, lo diremos de este modo:
"No esperes ser recompensado por los hombres, porque entonces perderás la recompensa del cielo" (Lucas 14:14)

3- El principio de la proporción:
Los agricultores saben que todas las semillas tienen un tope máximo de producción. Así que si siembran tres semillas de maíz, no pueden esperar cosechar un quintal de maíz. Es precisamente este principio de la agricultura (el de la proporción) que usa el Apóstol, para enseñar a los creyentes a ser generosos, para poder esperar bendiciones abundantes.
"Pero estodigo: El que siembra escasamente, también segará escasamente, y el que siembra generosamente, generosamente también segará." (2 Corintios 9:6)
Las personas siempre estàn esperando abundante prosperidad; abundantes bendiciones materiales. La solución es: ¡¡Siembra tantocomo puedas¡¡ y tu cosecha será sobreabundante.


4-El principio de tiempo oportuno:
"Tu siembra de hoy determinara tu cosecha de mañana".

La semilla ha de sembrarse a tiempo, de no ser asi, no habrá buena cosecha. Aplicado esto al tema de los diezmos y ofrendas, significa que debemos ser diligentes y oportunos en dar nuestras ofrendas. Muchas veces damos cuando a nosotros nos parece y no en el tiempo de Dios. Y puede que esto esté minando nuestra bendición. Puede que digamos que lo importante es que sembremos, pero eso no es suficiente; es necesario hacerlo en el tiempo de Dios.
Dios en su justicia te dará la cosecha algunas veces que no hayas sido oportuno en tu siembra; pero es muy posible que no puedas recoger la cosecha, y se pierda. Te doy un ejemplo:
Hace algunos años llegamos dos hermanos míos y yo a la zona norte de Alajuela, a un lugar llamado Upala.
Habíamos llegado con la intención de sembrar maíz y frijoles. Era el comienzo del invierno, y empezamos a sembrar frijoles.Y aunque era una zona donde decían que los frijoles producían al máximo, no obstante, nadie más estaba sembrando frijoles; sino maíz.
No fue sino hastaque los frijoles estuvieron maduros y listos para ser cosechados, que descubrimos la razón por la que los lugareños no habían sembrado frijoles en laprimera siembra:
El invierno en aquel lugar era muy extenso, y cuando se sembraba frijoles al inicio del invierno, los frijoles estaban a punto de ser cosechados en lo mas fuerte delinvierno.
Ciertamente tuvimos una gran cosecha, pero se perdió casi en su totalidad. La razón denuestra gran perdida fue que no era el tiempo oportuno para sembrar frijoles.

Recuerda sembrar abundantemente; siendo fiel y oportuno. Y espera de Dios la cosecha según su bondad, riqueza y fidelidad. Porque:
Así como la buena tierra devuelve una generosa cosecha a los que la cultivan, Dios devolverá una generosa cosecha a los que "siembran en él".

William Tercero M.

Ofrendas y Diezmos (VIII).

El Principio de la Buena Tierra.

Todo buen agricultor sabe que hay muchos tipos de tierra, y que no toda tierra es buena para sembrar. Hay tierra que devuelve una cosecha muy pobre, y en algunos casos, la cosecha ni siquiera es lo suficiente para igualar la cantidad de la semilla sembrada. Y hay casos donde la siembra se pierde por completo. Pero también es cierto que hay tierras muy fértiles que dan abundantes cosechas.

Este principio de la buena tierra, ha sido enseñado de modo incorrecto en los últimos tiempos, aplicando el concepto de mala o buena tierra a las personas y a las entidades o instituciones. Tal aplicación es incorrecta porque cambia el enfoque bíblico.
El concepto moderno de buena tierra está produciendo que muchos creyentes vean como mas dignas unas instituciones cristianas que otras; favoreciendo a unas y desprotegiendo a otras que a su juicio son mala tierra.
Esa situación esta produciendo un peligroso desequilibrio en el sostenimiento de las misiones (iglesias) constituyéndose en una cuestión de irresponsabilidad y hasta deinjusticia. Ofrendar en otras misiones que no son la iglesia donde el creyente se congrega, y de la cual es miembro, puede ser un asunto de irresponsabilidad  si su iglesia está necesitando esos recursos para cubrir sus gastos y para llevar a cabo sus proyectos.
Además puede ser un asunto de injusticia, dado que es la iglesia local la que le provee de los beneficios de un lugar donde congregarse, medios de culto, pastoreo etc.
No hay tal cosa como que una iglesia cristiana sea buena tierra y otra sea mala tierra. Hacer esas afirmaciones es altamente ofensivo, e inclusive puede llegar a ser blasfemo; porque toda congregación, verdaderamente cristiana, es parte de la iglesia de Cristo, y la iglesia de Cristo es su cuerpo; y de ninguna manera el cuerpo de Cristo puede ser "mala tierra" ¡¡Para que unaiglesia sea mala tierra; tendría que no ser de Cristo¡¡

Dios es la "Buena Tierra":
Cuando traemos nuestras ofrendas y nuestros diezmos, es a Dios a quien se los damos. Si nuestro enfoque no es Dios; si no es Dios quien recibe nuestras ofrendas, nuestra cosecha tampoco vendrá de Dios.
Si es en Dios en quien depositamos la semilla, ya no es la tierra (las entidades) la que dará el fruto; sino Dios. El creyente debe saber que solo Dios es la motivación correcta para dar.

Recuerda sembrar abundantemente; siendo fiel y oportuno, y espera de Dios la cosecha según su bondad, riqueza y fidelidad. Porque:
Así como la buena tierra devuelve una generosa cosecha a los que la cultivan, Dios devolverá una generosa cosecha a los que cultivan el dar. Dios devoñverá una abundante cosecha a los que "siembran en él".

William Tercero M.

Ofrendas y Diezmos (IX).

Además de la ley de la siembra y la cosechas, y los otros principios antes expuestos, vamos a ver otras bases importantes tocante a este tema.

La Fidelidad.
Si hemos diezmado, y lo dejamos de hacer, o lo hacemos de ves en cuando; o si damos una parte del diezmo; estamos siendo infieles. Y la falta de fidelidad, trae el incumplimiento lógico de las promesas de Dios hacia nosotros. Léase Malaquìas3:6-12.
Faltar a lafidelidad en nuestras ofrendas y diezmos es como que el agricultor deje desembrar. Como consecuencia dejará de cosechar, y las provisiones de su casa menguaran hasta estar en la miseria. De manera similar ocurre cuando dejamos de ser fieles con nuestras ofrendas al Señor.

El Principio del Dador Alegre:
Ya que es a Dios a quien traemos nuestras ofrendas y diezmos, debemos hacerlo considerando la dignidad de Dios. Traer con pesar y mezquindad nuestras ofrendas delante de Dios, ofende su dignidad. Hasta el mas humilde de los seres humanos se siente ofendido cuando le damos algo de mala manera o con disgusto; ¡¿cuanto mas Dios quien es digno de suprema alabanza.?¡

Cuando nuestras ofrendas no tienen las cualidades que la hagan digna del Altìsimo, lo primero que hace Dios, es que no nos mira con agrado a nosotros; y luego ve con desagrado también a nuestra ofrenda. En cambio,
cuando actuamos de acuerdo a la dignidad del Altìsimo que va a recibir nuestra ofrenda, Dios nos mira con agrado, primeramente a nosotros, y luego a nuestras ofrendas.(GN. 4:3-5)

Debemos proponernos en nuestro corazón agradar a Dios con nuestra ofrenda. Si nuestro corazón no es íntegro al venir con nuestra ofrenda, Dios no se va a agradar de nosotros. Acerca de estaverdad habla el Apóstol Pablo:
"Cada uno decómo propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios amaal dador alegre" (2 Corintios 9:7)

Dios es digno de recibir nuestros diezmos y ofrendas. Y ama a quien se les da con alegría.

William Tercero M.

Ofrendas y Diezmos (X).

El Principio de la Preeminencia:
Para concluir este estudio, lo haremos refiriéndonos al libro de Hageo.

Dios trata este principio de un modo muy claro en el libro de Hageo.
El argumento del capitulo uno de Hageo es la queja de Dios de que el pueblo habìa abandonado la obra del Señor. y se habían ocupado solo de sus cosas. Dios les declara que por no haber puesto como prioridad la casa del Señor les ha venido la ruina (Hageo 1:1-11)
Si queremos que la prosperidad sea abundante en nuestra vida debemos poner la obra del Señor como cosa prioritaria; pero no por amor a la prosperidad, sino por amor a la obra de Dios.
"Mas buscadprimeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os seránañadidas"

Recuerda:
La bendición sigue a los obedientes, pues nuestra obediencia liga el fabor de Dios a nosotros.

William Tercero M.

Ofrendas y Diezmos (XI).



Dar es Una Gracia de Dios:
Para concluir este estudio, lo haremos refiriéndonos a 2ª Corintios.
En la segunda carta a los corintios el apóstol Pablo habla de una verdad hermosa que está relacionada con las ofrendas. Allí él nos dice que dar es una gracia que viene de Dios. Entendido el dar como una gracia, va mas allá de las obligaciones o responsabilidades; pues éstas pueden traer consigo penosas tareas que son duras de cumplir y que requieren de una gran cantidad de esfuerzo para tomar disciplina para cumplirlas permanentemente.
Dar por obligación, o aun por responsabilidad, puede convertirse en una carga difícil de sobrellevar cuando hay circunstancias que des-estimulan nuestra obligación y nuestras responsabilidades. Por ejemplo: Es difícil dar, contribuir o diezmar, cuando estás en escasez, y necesitas esos recursos para sufragar tus propios gastos, o los de tu familia. Y que decir de lo difícil que resulta diezmar y ofrendar cuando ha surgido un problema que te contraríe o disguste con tus líderes o pastores. En tales circunstancias, de seguro te será difícil dar tu diezmo u ofrenda.
Otro razón que puede constituirse en un gran problema que obstaculice nuestra responsabilidad, es cuando hay serias deficiencias en la calidad del trabajo de los lideres, o que al menos nos parezca eso, aun sin ser cierto. Ciertamente son muchas las causas que se constituyen en un estorbo que pueden hacer que nuestra responsabilidad en lo económico, sea una carga que muchas veces sea dura de llevar; y en otros casos, nos haga dejar de cumplirlas. Debe haber otro modo de participar del sostenimiento económico de la obra de Dios que sea más provechoso y efectivo. Y si lo hay: ¡Se llama gracia¡ Cuando damos por gracia derribamos todos los obstáculos a la obligación; porque la gracia no contempla las cosas que obstaculizan al ejercicio de dar: No se fija en las circunstancias, porque lo motiva la fuerza mas poderosa desde su interior: La gracia de Dios.
Veamos como operó la gracia de dar en los creyentes de Macedonia: “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que ha sido dada a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad, Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por voluntad de Dios” (2ª Corintios 8:1-5).
Es sorprendentemente hermoso ver como estos creyentes macedonios derrivaron todos los grandes obstáculos para colaborar en la obra del Señor. ¿Qué hizo posible tan grande hazaña? ¡La hizo posible la inigualable gracia de Dios¡.

La gracia de dar es mayor a la responsabilidad de dar.
La gracia de dar es la mayor virtud del amor de Dios mostrado en toda su profundidad en Cristo Jesús. Así lo dice el apóstol Pablo para enseñar esta grande y hermosísima verdad a los creyentes de Corinto: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2ª Corintios 8:9).

Conclusión:
Aquellos que se niegan a participar de esta virtud de dar, deben saber que estàn desligados de una de las mayores virtudes de Dios EL Padre y de Jesucristo nuestro Señor, la cual es dar. Esta virtud del Señor (dar) va mucho más allá de dar de lo suyo; sino que se da enteramente a sí mismo por amor. Pero esta virtud no es solo divina, sino que es una demanda de Dios para el creyente; Por tanto, esta virtud de dar en tan excelso modo, debe ser también parte de los creyentes (2ª Corintios 8:9-15).

Todo creyente que tenga dificultad para ofrendar y diezmar; que lo hace con dolor, con dificultad, tristeza o desgano, no ha conocido la gracia del amor de Dios en Cristo Jesús. Porque, ¡¿Con que conciencia va a estar uno regateándole mezquinamente nuestros bienes materiales a aquel que ha dejado toda su gloria y su riqueza por nosotros, y que además, ha dado su misma vida por amor a nosotros para salvarnos? Probablemente todas las criaturas del cielo ven como las más miserables de las criaturas a aquellos que tienen reparo de retribuir con gratitud en sus diezmos y ofrendas, a aquel que se despojó de su inefable riqueza por amor a ellos. Por tanto, no solo debemos ofrendar y diezmar; sino que debemos pedir que el Señor nos de la gracia para hacerlo con provecho, alegría y gozo; Para que sea la mísma gracia de Dios actuando en nosotros.

Que Dios nos de la revelación para poder entender que:
Mas bienaventurado es dar que recibir
¡¡Porque dar es una gracia de Dios¡¡ ¡¡Porque dar es el corazón de Dios¡¡

William Tercero M.

lunes, 11 de octubre de 2010

Mío es el oro y la plata.

"Mía es la plata y el oro"  
Esta es una declaración de Dios, de implicaciones permanentes através del tiempo. Esa declaración de Dios aparece de manera concreta en el libro de Ageo 2:8: "Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos".
Dios siempre a querido que los creyentes dediquemos nuestras riqueza a él. Y es que resulta de suma importancia lo que hacemos con nuestro dinero. Un misionero que ha dedicado toda su vida a servir a Dios, lo resume de esta manera:
"Somos lo que hacemos con nuestro dinero". 
 Es bueno que podamos notar un hecho importante acerca de cuál es el propósito de Dios cuando nos hace prosperar, pues EL siempre tiene un plan para el uso de la riqueza que nos da. Dios puede darte las riquezas; la plata y  el oro de Egipto; pero tú debes honrarle con lo recibido. El problema es que a veces el que recibe el oro de Egipto  hace un becerro para adorarlo, dejando a Dios que lo dotó de gracia para obtener ese oro. Pero el plan de Dios al darnos el oro y la plata de Egipto, es edificar su tabernáculo.
Cuando Dios dice: "Mía es la plata y mío es el oro" tiene en mente que esta riqueza es para embellecer el tabernáculo de su morada con los hombres. Veamos esta asociación,- (plata y oro - gloria del templo) - en el libro de Ageo:
  • "Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. 
  • La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos. (Ageo 2:8,9).
Así que la abundancia de la plata y el oro que el favor de Dios haría obtener a los israelitas, estaba reservado por Dios para le edificación del tabernáculo; para la gloria de su casa. Porque el oro y la plata son de Dios, para la gloria de su casa.
Sin duda Dios ha querido prosperar a sus hijos, pero esta prosperidad ha de dar gloria al Señor. La biblia registra en muchas partes la forma en que Dios hizo prosperar a su pueblo o a un creyente en particular. y la forma en que éstos usaron su riqueza.
Pero para comenzar a escudriñar este tema me referiré a  la que narra el libro de Éxodo cuando el pueblo de Dios estaba a punto de ser liberado de la esclavitud. Allí, se anota un hecho sorprendente: Dios prometió poner gracia en el pueblo de israel para que éstos pidieran riquezas a los egipcios sus captores; Plata, oro, joyas, vestidos y todo tipo de valores, al punto de despojarlos. De este modo, planeaba Dios enriquecer a su pueblo. Veamos
"Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías;  sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto". (Éxodo 3:21,22).
Así mismo, es posible que Dios ponga gracia en sus hijos hoy para que obtengan abundante riqueza. Pero es posible que los que reciban esa gracia ignoren quien se las dio, y piensen que la riqueza obtenida es tan solo el producto de su esfuerzo, destreza o mérito. Y tal parece que los israelitas cayeron en la trampa de ese errado pensamiento. Posiblemente los israelitas pensaran que la abundante riqueza obtenida de manos de sus esclavizadores egipcios, sería apenas la restitución justa que les daba alguna imdegnización por tantos años de duro trabajo sin paga. Ellos havían vivido varias generaciones en esclavitud; Pero ahora recibirían una compensación apenas justa. Si alguien alguna ves ha pensado que es más que merecedor de la riqueza que obtiene, éstos son los esclavos israelitas en Egipto.Y ante este hecho, cobra mayor relevancia la declaración de Dios: "Mía es la plata, y mío es el oro" Y es que sin importar el costo de obtener "nuestras" riquezas, no cambia el hecho de que Dios sigue siendo el dueño de la plata y el oro. Y esto quita todo argumento de mezquindad para con Dios. Ante la declaración de propiedad de Dios sobre la "plata y el oro" ningún
argumento es válido para quedarnos con lo que es de Dios. La aceptación de esta verdad nos guarda de hacer con "nuestra" plata y "nuestro" oro (nuestros bienes) lo desagradable para Dios. Si los israelitas hubieran llenado su conciencia con el conocimiento de esta verdad, jamás habrían deshonrado a Dios con su oro. Como vemos, la aceptación del conocimiento de que la riqueza del creyente es de Dios, es un poderoso principio que nos libra de pecar contra Dios al usar nuestros bienes.

(Esta nota es parte de un borrador de un proyecto para un libro)

William Tercero M.

Cautivo o Libre?

La Liberación de los Cautivos.
Satanás ha traído sobre el ser humano ataduras que el hombre mismo ha permitido en su vida.

Definición de cautividad:
En primer lugar, veamos lo que significa la palabra cautivo.
Estar cautivo: Es estar sujeto, sometido o prisionero de algo o de alguien.

El hombre ha sido cautivado de muchas cosas que han reducido su oportunidad de vivir una vida abundante.
En esa obra de cautividad, hay muchos factores o elementos que participan de hacerlo cautivo: Cosas materiales: Dinero, drogas y el mismo hombre. Hay otras cosas que son substancias, como alcohol, nicotina, y muchos fármacos.
Y existe otro grupo que es insustancial, que muchas veces es el que a mayor esclavitud le somete: Satanás pornografía, lujuria y muchas otras cosa de esta misma índole.

Comencemos viendo las cosas que cautivan al ser humano por sus elecciones como individuo.

El Hombre es Cautivo de las Riquezas.
La esclavitud a las riquezas es la manifestación evidente de la tiranía de un dios que ha estado presente en la historia de la humanidad desde tiempos inmemoriales. El nombre de este dios es Mamónm
El Señor Jesucristo nos advierte acerca de servir a ese dios. Cristo usa la palabra “señor” para referirse a un tipo de riqueza. Y decimos un tipo de riqueza porque no es que la riqueza sea mala, sino que hay cierto tipo de riqueza que se constituye en un esclavizador del hombre.

Cuando las riquezas nos demandan todo el tiempo y no tenemos otro interés que sea mayor que éste, entonces servimos a las riquezas; y no ellas a nosotros, como debería ser. Cuando eso sucede, somos esclavos de las riquezas; ellas son señor de nuestras vidas; son dios sobre nosotros: El dios Mamón.

Otro caso en que las riquezas cautivan al hombre haciéndose señor de su vida, es cuando éste les sirve a ellas, antes que a Dios. Esto es asi porque es imposible que el hombre tenga dos señores:
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (Mateo 6:24)

No es malo tener riquezas, lo malo es hacernos siervos de las riquezas; porque ellas demandarán de nosotros nuestra devoción. Hay muchos males que surgen del amor al dinero:
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1ª Timoteo 6:10)
Entre los males que surgen del amor al “señor riquezas” estàn:
Codicia. Avaricia. Depravación sexual.
Explotación de sus semejantes.
Defraudación.
Orgullo.
Vana gloria.
Arrogancia etc.

Pero se preguntaran: ¿Cómo ser libre de la esclavitud del dios mamón? La solusión es abrazar la generosidad que viene inmersa en el Espíritu de Cristo. Un caso ejemplar de esto es la conversión de Zaqueo. Y si nosotros queremos ser libre de toda esclavitud del dinero, debemos practicar la generosidad que es fruto del Espíritu de Cristo en nosotros.

La Rosa y las Espinas.

Cierto hombre plantó una rosa y la regó fielmente, y antes de que floreciera, la examinó. Vio que el capullo pronto florecería, pero notó espinas en el tallo, y pensó: “¿Cómo puede tan bella flor provenir de una planta cargada de tantas espinas afiladas?” Entristecido por este pensamiento se olvidó regar la rosa, y, justo antes de que pudiera florecer, murió.
Así pasa con mucha gente: Por fijar su atención en los defectos de la gente, se olvidan que dentro de cada alma hay una rosa. Y es que las cualidades que reflejan a Dios colocadas en nosotros al nacer, crecen en medio de las espinas de nuestras fallas. Muchos de nosotros nos miramos a nosotros mismos y vemos tan sólo las espinas, los defectos. Nos desesperamos, pensando que nada bueno puede salir de nosotros. Y al hacer eso, descuidamos regar lo bueno en nosotros... y, eventualmente se muere. Nunca alcanzamos nuestro potencial.
Alguna gente no ven la rosa dentro de sí mismas; alguien más tiene que mostrárselas. Uno de los grandes dones que una persona puede poseer es la habilidad de llegar más allá de las espinas de otros y hallar la rosa dentro de ellos. Y esa es una de las características del amor: mirar a una persona, conocer sus verdaderas fallas y aceptar a esa persona en nuestra vida… siempre reconociendo la nobleza en su alma. Ayudemos a otros a darse cuenta de que pueden superar sus fallas. Si les mostramos la “rosa” dentro de sí, ellos conquistarán sus espinas. Sólo así florecerán muchas veces

Esta anécdota me recuerda con fuerza al mas experto en sacar la rosa de entre nuestras espinas: Dios. Cuando veo la obra de Dios en la vida de muchas personas que para la sociedad solo eran un manojo de espinas, y a pesar de ello ahora son personas llenas de virtudes, no puedo mas que reconocer la obra del amor de Dios en ellos. Y si aún me detengo a ver mi vida misma, me doy cuenta de que si alguna rosa ha brotado del árido jardín de mi corazón, solo es porque hay un experto jardinero trabajando en el: Dios.
Seamos colaboradores de Dios en esta maravillosa tarea de hacer brotar las rosas del corazón de gente llena de espinas (defectos) con nuestro amor, paciencia, perdón y un poco de fe en el potencial que Dios puso en sus corazones.
Ciertamento es hermoso encontrar personas llenas de virtud con las cuales compartir nuestra amistad; Pero es mas deleitoso y satisfactorio ver brotar las virtudes cual hermosas rosas de entre los espinosos defectos de los que amamos.
Ciertamente es hermoso disfrutar de un bello jardín florido que otros han plantado; Pero es mas lleno de satisfacción para el alma ver brotar las rosas del jardín que con esperanza nosotros mismos hemos regado.

Que Dios alce su rostro sobre ti, ponga en ti paz y te bendiga.

(La Parábola de la Rosa fue escrita por un estudiante universitario en Arabia Saudita, y ha sido modificada por William Tercero M.).

Amistad en Tiempos de Oscuridad.

Hay días donde el sol brilla en nuestra vida y ninguna sombra empaña nuestra dicha. ¡Que bueno son esos días¡ Donde nuestras virtudes y triunfos son como un sol brillante, y muchos son los que quieren cobijarse y bañarse de esa nuestra luz; Pero hay días grises cuando huye nuestra dicha y afloran nuestros fracasos. En esos días, nuestros defectos eclipsan nuestras virtudes y se llena de oscuridad nuestra dicha. ¡Que horrible son esos días¡ Pero es en esos días faltos de luz; llenos de nuestros defectos, donde nuestra oscuridad es non grata, es precisamente en esos días que mas necesitamos que vengan a nosotros y nos estimule la desinteresada amistad de los que nos quieren bien. Y, ¡Que bien nos hace el abrigo de la amistad en esos días fríos de oscuridad¡

Evaluando ese deleitoso hecho de recibir aceptación, tolerancia y amor en nuestros peores momentos, y lo benéfico de la amistad verdadera que se da aún en los peores momentos, me animé a escribir esta pequeña nota para motivarte a sostener tu amistad a aquellos que su día es oscuro por los efectos de un mal momento que hace aflorar sus defectos.
Es bueno recordar lo que alguien dijo una ves acerca de la amistad: “El falso amigo es como la sombra que nos sigue mientras dura el sol” Asi que recuerda ser amigo verdadero brindando tu amistad en tiempos de oscuridad, por que nada bendecirá mas a tus amigos que tu aceptación en sus días “malos”
Recordemos las sabias palabras del proverbista a cerca de la amistad:
En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia” (Proverbios 17:17).

Que Dios te bendiga dándote amigos verdadero que estén con tigo aún en tus peores momentos, y que te de la hermosa virtud de amar en tiempo de angustia a aquellos que su sol se ha empañado por un error, o por sus defectos o por sus fracasos.

Que Dios haga resplandecer su rostro sobre ti, ponga en ti paz y te bendiga.

William Tercero M.

La felecidad.

Meditando acerca de la felicidad, me pregunté: ¿Qué me ha hecho feliz en la vida? Y vinieron a mi mente imágenes  de aquellos momentos y aquellas cosas que me hicieron feliz. y me di cuenta, con sorpresa, que no ha sido en mis mejores tiempos cuando he tenedo mayor felicidad, sino en los peores. Pues me vi llorando de alegría al recibir a mi madre despues de un largo tiempo de difícil ausencia; Y me ví saltando de emoción al recibir un pequeño juguete de plástico barato en medio de una carencia extrema. Y recordé que al caminar por los polvorientos caminos de mi pueblo, la tierra caliente quemaba mis descalzos pies, por no tener zapatos, y aún así, cuando llovía,  me ví feliz bajo la lluvia, con los mismos pies descalzos disfrutando la fresca sensación del barro escurriendose entre mis dedos. ¡Que ironía nos da la vida¡ Pues cuando ya tube zapatos,  me vi angustiado al caminar en aquellos caminos llenos de lodo, y tratando de no ensuciar mis zapatos. Entonces supe que la felicidad -para mí- no consiste en tener un entorno y una situación ideal, sino en tener una disposición interior para disfrutar lo que se tiene sin angustiarse por el futuro. Y al darme cuenta de eso, resuenan en mi mente con fuerza las palabras de nuestro excelso Maestro: 
"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?  Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;  pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.  Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?  No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.  Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal." (Mateo 6:24-34).

Pero quisas el -mi- mayor descubrimiento del secreto de la -mi- felecidad es este: La unidad de mi servicio: No servir a dos señores sino solo a uno. Reemplazar a las "riquezas" y poner a Dios en su lugar. Pues las riquezas demandan un afan constante que no deja tiempo para el disfrute de lo que se tiene. Contrario a eso, cuando Dios es quien ocupa mi mente y mis fuerzas, la fe y la quietud reemplazan al afan, y entonces hay tiempo para el disfrute. Sin duda, la mas grandiosa oferta de Dios para el hombre sigue siendo éstá:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; :porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga". (11:28-30).


Alguien dijo: "que es la felicidad si no un estado del alma" Y sin duda Cristo demuestra ésto en si mismo; pues cuando estuvo ante situaciones que pueden robar la paz y el gozo, que pueden quitar la tranquilidad, El estuvo sereno e iomperturbable. Por ejemplo, lo podemos ver dormir plácidamente en una frágil barca en medio de una gran tormenta. Mientras sus discípulos estaban turbados, y la paz y la dicha de la seguridad les habían abandonado, dando paso a la angustia de la inminente tragedia; Cristo descansaba confiado, pues su alma tenía la serenidad que dá la confianza en Dios.

Se que en una breve nota no se puede tratar detenidamente un tema tan profundo como lo es el de la búsqueda de la felicidad, pero me referiré a un tema que es uno de los mayores obstáculos de lafelicidad: Esperar que nos ame alguien que no nos quiere amar.

La felicidad se auyenta para dar paso a la desdicha y a la amargura cuando esperamos amor de algunas personas, que por diversas razones no nos quieren amar. Muchas personas son desdichadas porque esperan amor de sus padres que no les pueden amar; y padres son infelices porque sus hijos son desamorados. Y ocurre lo mismo con los esposos y esposas, con los hermanos entre ellos etc. Y eso me lleva a exporar lo dicho por Victor Hugo: "La suprema felicidad en la vida es la convicción de que somos amados".  Y claro, resulta razonable pensar que, si el desamor es la causa de las mayores desdichas, sentirse amado debe ser la causa de la mayor felicidad. Y en este caso, nada puede hacernos mas dichosos que sabernos de tal modo amados por Dios, que dió a su hijo unigénito para perdonar nuestras faltas. Entonces, si esperar amor de donde es poco probable recibirlo es la causa de muchas de nuestras desdichas; esperarlo de donde es seguro recibirlo resuelve nuestra desdicha.
Cambiémos el punto de nuestra mirada: Dejémos de esperar de los necesitados de felicidad, y esperemos de la fuente de ella: Dios, y ya no seremos defraudados sino satisfechos, Pues Dios es amor. Dejémos que Dios (su amor) inunde nuestro corazon através de su Espíritu, y cuando Él, con su refrescante presencia nos de la plena convicción de que somos amados por Dios, seremos, no los conquistadores, sino los conquistados de la felicidad. Porque entonces, élla, habra abrazado nuestra alma desde sus entrañas. Y cuando esta experiencia sea una convicción plena, entonces nuetra dicha será imperturbable. Porque aunque haya situaciones difíciles que nos llamen a destruir nuestra dicha con el afan; descanzaremos en la confianza del profundo amor de Dios. Pues desde nuestro interior gritará su amor: 
"El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Romanos 8:32).
¡Descanza, sé feliz, Dios te ama¡

Y por último, quiero recordarte lo que alguien atinadamente dijo:
"La felicidad no es una estación a la que se llega sino una manera de viajar" 
 Viaja por la vida, ¡vive¡ con la confianza y la hermosa seguridad (con la convicción) de que Dios te ama.

iTransita la vida con fe, se feliz. Dios te amai

William Tercero M.

domingo, 10 de octubre de 2010

El glamour, una moda deseable para el creyente?

Glamour. Sí, eso es lo que está de moda, es lo que hoy por hoy hay que tener; nos venden glamour, nos recomiendan ser glamorosos. En nuestro tiempo hay personajes que derrochan glamour, la gente se opera para verse más glamorosa, en fin, el glamour es lo de hoy, es lo deseable.
¿Pero, que es glamour? El diccionario de la Real Academia Española (RAE) lo define como: encanto sensual que fascina.
Es interesante ver el significado de las palabras con que la RAE define lo que es glamour. En primer lugar está la palabra “encantar”.
Encantar =  incantare es un vocablo del latín, y significa primero que nada: someter a poderes mágicos. También significa: atraer o ganar la voluntad de alguien. Pero también significa: Entretener con razones aparentes y engañosas. De ahí que podemos decir que, glamour tiene que ver con atraer para someter con razones aparentes y engañosas.
El glamour fascina. Y fascinar, según lo define el mismo diccionario, viene de fascinare, que en latín quiere decir embrujar, o fascinum, también en latín, lo cual significa embrujo.
Fascinar, según la RAE, tiene tres significados:
1. Engañar, alucinar, ofuscar.
2. Atraer irresistiblemente.
3. Hacer mal de ojo.
Así que, el glamour es un peligro. Pues te somete a un embrujo, te atrae irresistiblemente y te hace el mal de ojo para ganar tu voluntad.

Pero, ¿cómo logra el glamour someterte a un embrujo, atraerte irresistiblemente, o hacerte mal de ojo para ganar tu voluntad? Ahí entra la segunda palabra de la definición de glamour: Sensual.
Recordemos nuevamente la definición de glamour: “encanto sensual que fascina; O lo que es lo mismo: “sometimiento sensual que embruja”.
Pero ¿qué quiere decir sensual? Veamos las tres definiciones que la RAE le da a esta palabra:
Sensual. (Del lat. sensuālis).
1. adj. Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos.
2. adj. Se dice de los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos.
3. adj. Perteneciente o relativo al deseo sexual.
O sea que sensual es lo que entra por los sentidos, (por los cinco sentidos), y es lo que uno incorpora a su vida sin pensar sensatamente. Sensual pues, viene del latín sentire, que significa: sentir. También se derivan de ella las palabras consentir, o asentir. Así que, cuando aceptamos algo en nuestra vida, un pensamiento, una forma de vestir, una conducta, etc. Si es de una forma sensual solamente, puede que estemos siendo víctimas de  la fascinación de lo sensual. Pero talvès te preguntes: ¿Está mal ser sensual, percibir cosas por los sentidos? Pienso que no. Sólo que una vez que algo fue sentido, sería bueno pensarlo, para que esa sensaciòn no nos someta fácilmente a un "embrujo". Pues la sensualidad es engañosa. Se puede decir que fue la sensualidad lo que llevó a Eva a comer del fruto prohibido. Y si vemos los nefastos engaños de la sensualidad en este caso destacado, entenderemos que la sensualidad es un gran peligro para el creyente. Es por eso que debemos ser cuidadosos con lo que percibimos o sentimos, porque podemos ser engañados por nuestros sentidos. Veamos lo que dice la Escritura acerca de ese caso:
Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” (2ª Corintios 11:3).
Escribo esta nota porque se que lo glamoroso está de moda,y que cuesta resistirse a lo que brilla con glamour. Y lo cierto es que el glamour es como un imán que nos arrastra, y que nos atrae, y muchas veces no nos resistimos a sea atracción, a pesar de que eso sea para someter nuestra voluntad.
Hoy, nos resulta sumamente evidete que en los círculos evangélicos se ha venido dando el fenómeno de lo glamoroso. Son muchos los que se han hecho de una imagen glamorosa que seduce a millares. El glamour ha suplantado al carácter virtuoso, y muchos son los que van en esa corriente, arrastrados por la fascinación que despierta la imagen o la retórica moderna de muchos predicadores que, aunque están llenos de glamour, carecen de las virtudes necesarias para ser verdaderos siervos de Cristo. Y son miles los que están siendo seducidos por el glamour de fastuosos templos; abandonando los lugares de congregación, que a su sensual juicio, carecen de glamour por ser de humilde o moderada apariencia. Esos creyentes se han olvidado de que la belleza de la iglesia, aquella belleza que debe ser estimada como la más deseable de todas, es la llenura de las virtudes de Cristo en la vida de todos aquellos que componen la iglesia del Señor. Veamos lo que la Escritura dice acerca de esto:
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. (2ª Pedro 1:3-9).
La belleza que debe ser estimado como motivo digno de hacernos desear ser parte de ella, no es el glamour de los templos físicos, sino la de las virtudes de una iglesia donde los que la componemos seamos el templo donde mora la verdadera adoración a Dios. Veamos lo que dice el apóstol Pedro:
Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” (1ª Pedro 2:5).
Amados hermanos, dejèmonos ya de ser engañados por la sensualidad de nuestros sentidos; sigamos lo verdadero y espiritual; Dejemos de buscar ser parte de lo glamoroso, y seamos parte de esa iglesia que se preocupa de ser la casa donde moran las virtudes de Dios. No nos dejemos arrastrar por la corriente de lo moderno o actual solo porque eso es lo que está de moda. No nos dejemos arrastrar por la fascinación del glamour.
Don José Ortega y Gasset, Uno de los filósofos españoles de la primera mitad del siglo XX, decía: “Es la época de las corrientes, del dejarse arrastrar. Casi nadie presenta resistencia a los superficiales torbellinos que se forman en arte o en ideas, o en política, o en los usos sociales. Por lo mismo, más que nunca, triunfará la retórica.”
Pero nosotros los creyentes en Cristo no nos dejemos arrastrar por las corrientes de lo fascinante. Las consecuencias de dejarse arrastrar son dolorosas ¿Se dejarían arrastrar por un caballo solo porque es pura sangre? ¿O se dejarían arrastrar por un auto, solo porque éste sea Lamborgini?¿porque entonces, dejarse arrastrar por un templo glamoroso, o por un predicador glamoroso, o por un programa de televisión glamoroso?
Lamentablemente tenemos que reconocer que algunos creyentes, por vestirse de glamour, envés de verdaderas virtudes, hoy, algunos están desnudos delante de Dios. Eso les pasó a muchos creyentes de la antiguedad, que apreciaron mas el ropaje del glamour del mundo que las virtudes de Cristo, y por ello fueron amonestados por el Señor con las siguientes palabras:
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. (Apocalipsis 3:16-18).
Y de la misma manera, hoy día, muchos creyendo estar bien vestidos, están desnudos; porque su vestido es el glamour del mundo, pues ese vestido es basura delante de Dios, y la “riqueza” del glamour es miseria delante de Dios, no importando cuan fastuoso nos parezca.
Abramos bien nuestros ojos, no sea que nos este pasando lo del rey vanidoso, que por su afán de ser el mejor vestido, y de estar a la moda, fue timado; vestido de telas mágicas; cuando en realidad se paseaba desnudo por las calles. Y no fue desengañado de su glamoroso embrujo, sino hasta que alguien se atrevió a decirle acerca de su locura. Y entonces, el rey avergonzado buscó ropas con que cubrir su vergonzosa desnudez.

Yo te pregunto: ¿De qué estás vestido? ¿Qué doctrina te cobija: La del glamour, o la de las virtudes de Cristo? ¿Cuál es tu cobertura: La de los glamorosos, o la de las virtudes del que es manso y humilde corazón?
Ten presente que el glamour nos somete a un embrujo, nos atrae para que veamos algo de una forma distorsionada, diferente en relación a cómo es realmente. Cuidémonos del glamour y de los glamorosos. No seamos arrastrados por la corriente de este mundo solo por estar a la moda. Sería bueno recordar lo dicho por alguien acerca de las modas cuando no son buenas: “Si la moda es ser estúpido, es mejor no andar a la moda”.

Quiero llamar tu atención acerca de la tendencia de algunos predicadores: Vestirse de glamour para hacerse creíbles; vestirse de pavo real aunque sean yiguirro. Pero si el glamour es lo que hace creíble a los ministros de hoy, entonces no es autentico aquello en que estamos creyendo. Y mientras la tendencia moderna es vestirse de glamour, la estrategia de Dios es vestir de humildad a sus siervos. Y esto es cierto tanto en Cristo como en sus discípulos. Veamos:
“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos”. (Isaías 53:1-3).
“Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”. (Mateo 8:18-20).

Cristo mostraba su condición humilde, mientras los Fariseos se vestían clamorosamente.
Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;” (Lucas 20:46).
Cristo no se disfrazaba de glamour, sino que mostraba sin reparos su condición humilde y su humilde procedencia.
“Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.” (Juan 1:46).
El apóstol Pablo le recordó a la iglesia de corinto su condición no glamorosa.
“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1ª Corintios 1:27-29).
El apóstol Pablo siempre se mostró humilde y sencillo (desposeído de glamour)  en su porte y en sus palabras.
“Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable” (2ª Corintios 10:10).
“De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades (…)
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”. (2ª Corintios 12:8,9).
Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; (1ª Corintios 2:1-3).
En el tiempo del apóstol Pablo había un ardiente anhelo por el glamour de la sabiduría de los filósofos, y por el glamour de los que tenían el porte de los poderosos de la tierra. Pero Pablo no disfrazó de glamour la persona de Cristo ni su evangelio para hacerlo creíble o atractivo. De haberlo hecho, hubiera satisfecho la sensualidad de la gente de su tiempo, pero hubiera dejado vacío su interior. En contraste con un lenguaje glamoroso, lo vemos decir en cambio:
“Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.” (1ª Corintios 1:23,24).
Por causa de ser sensuales, eligiendo el glamour antes que las virtudes, muchos han errado en sus elecciones. Muchos están siendo estafados por "balaames" modernos que por amor al dinero están vistiendo de glamour al evangelio para hacerlo mas atractivo para un mundo fascinado por lo sensual, fascinado por el glamour. Pero resulta que en el proceso están dejando vacío el interior de un mundo que sigue hambriento del evangelio de la cruz, que aunque no tiene el atractivo del glamour, sí tiene la virtud de satisfacer el alma.
Muchas son las personas que se han embarcado en una decisión. Llevados por el sensualismo de lo glamoroso, se han enamorado y casado con ideas y personas llenas de glamour, pero carentes de verdaderas virtudes cristianas. Pues resulta que hoy se nos vende por todos lados una imàgen de lo que el mundo concibe como deseable, siendo el ideal aquello que resulta mas sensual; Los medios de comunicación y la industria del entretenimiento, (la cual es glamorosa por excelencia, en la cual han entrado de lleno las instituciones cristianas), nos venden el glamour como lo mas deseable y satisfactorio para alcanzar la felicidad. Pero el glamour es solo la bella envoltura de la decepción  y el engaño.
Por eso, ante el peligro del embrujo del glamour, hoy mas que nunca resulta de gran importancia hacer caso a la exhortación que nos hace la palabra de Dios:
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:1,2).
Se que hay mucho mas que decir a cerca de este tema, pero por motivo de tiempo y espacio, terminaré diciendo esto:
Recuerda que satanás viste de glamour a sus ministros; Mientras Dios viste de humildad y virtudes a los suyos.
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2ª Corintios 11:13-15)..
Recuerda: Ten cuidado con el sensualismo; Ten cuidado con el glamour, no sea que, como a Eva la engañó la serpiente, tus sentidos sean extraviados de la verdad. Recuerda que el glamour y el sensualismo son la portada de los productos que promociona el diablo.

El deseo de hacer la voluntad de Dios.

Una de las cosas que más preocupa al creyente y que produce mucha confusión en ocasiones, es como  conocer la voluntad de Dios en el diario vivir. Jesús dice:
"El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Juan 7:17)   
Estas palabras las dijo Jesús  en la Fiesta de los Tabernáculos. Muchos pensaban que El era un engañador; otros se maravillaban de sus palabras.  En esta ocasión quiso aclararle a todos los que estaban dudando y cuestionando sobre su persona, que los únicos que iban a saber si su doctrina era de Dios o si El hablaba por su propia cuenta, eran aquellos que realmente deseaban conocer la voluntad de Dios para obedecerla.
Si para mí es vital conocer la voluntad de Dios para ceñirme a ella, debo entonces desechar  por completo la mía propia.

Cuando el ángel le anunció a María que había sido escogida para ser la madre de JESUS ella enseguida reaccionó, no porque dudara del poder de Dios, sino porque su razón le decía que eso era imposible pues ella no había conocido varón. Ella pudo haber dudado de aquellas palabras, si venían de Dios o no, o pudo haber esperado para que Dios le confirmara aquello con señales, pero en su corazón había un deseo ardiente de hacer la voluntad de Dios, no la de ella, y eso fue lo que la dispuso a acatar la orden del cielo: 
He aquí la sierva del Señor,hágase conmigo conforme a tu Palabra. (Lucas.1:38)
Dios tiene un llamado  para cada vida, tiene un propósito para cada uno de sus hijos; hay un plan divino que debe de llevarse a cabo. Debemos disponernos a decir como dijo nuestro Señor Jesucristo:
"No se haga mi voluntad, sino la tuya". 
Es esto lo que debe gobernar nuestros pensamientos; el hacer la voluntad de Dios debe ser nuestro mayor anhelo; Hacer la voluntad de Dios debe ser nuestram mayor pasión.

Querer sobre todas la cosas hacer la voluntad de Dios, fue la virtud que preservó a Cristo; fue esa virtud la que mantuvo en perfección, sin pecado. Esa pasión en Cristo fue mayor que el amor por si mismo.  Aún en momentos de enfrentar la muerte por martirio, lo vemos diciendo:
"Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi VOLUNTAD, sino la tuya".(Lucas 22:42).
¿Quiéres tú ser guardado de todo error? Desea con todo tu corazón hacer la voluntad de Dios, aún sobre la tuya propia.

Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.

William Tercero M.

El lugar de la bendición.

Analisando el mensaje profético de Salmo 133.

1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!
2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3 Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna.

Hay ámbitos donde fluye la unción de Dios. Y muchas veces estos ámbitos tienen undiseño profético revelado en las sagradas escrituras. En ese sentido, ningún salmo es tan significativo para entender el ámbito en que fluye la abundante y deleitosa bendición de Dios, como lo es el salmo 133. Por ello, he decido analizar este hermoso salmo, esperando que este breve análisis sea de bendición para todo aquel que lo lea.

Ates que nada, definamos lo que es Habitar los hermanos juntos en armonía.
Habitar es: Morar. Y armonía es: Ajustarse, complementarse. De ahí que podemos decir que habitar los hermanos juntos en armonía, es: La reunión de personas diferentes, ajustandose y complementandose unos con otros sin fricciones discordantes. y es comparable con una orquesta, donde la  unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes,se convinan para formar acordes.

Pasemos al análisis del salmo. Lo primero que es significativo en el salmo 133 es la frase: Miirad. Por eso vale pena definir lo que esa palabra significa. El diccionario de la Real Academia de la Lengua española (RAE) la define así:
Mirar: 1.  Fijar la vista en un objeto. 2. Tener por fin u objetivo. 3. Observar las acciones de uno. 4. Pensar,sopesar.
Tomando en cuenta la definición de Mirad, podemos darnos cuenta que el escritor bíblico nos exhorta a que fijemos nuestra atención en la comunión armoniosa de los hermanos en la fe, (la iglesia) con el objrtivo de entender y comprender que esa comunión de la iglesia es: Buena y Deliciosa. Es decir, que el objetivo final de fijar nuestra atención, debe ser llegar al convencimiento de que la comunión armoniosa es deseable; es apetecible y placentero para el alma. Por eso, lo siguiente que nos dice el salmista, es que esa comunión de la hermandad armoniosa es Buena Y Deliciosa. Y hasta se puede decir que el salmista nos presenta la habitación armoniosa de los hermanos en la fe, como un manjar, pues esas palabras hacen referencia a esa figura. así por ejemplo: Bueno, está usado en el sentido de hacer notar que tiene cualidades gratas o gustosas. Y por su parte, Delicioso, se refiere a la degustación de hecho, es decir, a la experimentación del manjar que a primera vista se nota apetecible (Bueno) pero que al comerlo se comprueba por la experiencia de la degustación del paladar, que de verdad es delicioso. Notemos cómo define la palabra delicioso la RAE:. 
Delicia (Del lat. delicĭa). Placer intenso que algo produce en el ánimo o los sentidos.
Podemos decir entonces, que la habitación armoniosa de los hermanos, debería producir en cada uno de nosotros un placer intenso en nuestra alma.
Pero, ¿Qué es lo que hace que la comunión de la iglesia sea buena y deliciosa? El escritor bíblico nos responde: "Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna".

La comunión armoniosa de la iglesia es el marco necesario en el diseño de Dios para que fluyan las deleitosas riquezas del Señor en la vida de cada creyente, y en la de todos. Y es aquí donde entra la figura del diseño profético contenida en el salmo 133. El salmista nos dice en el verso 2, que esa comunión es comparativa al aceite de la unción sacerdotal que fue derramada sobre el sumo sacerdote Aarón. Ahí nos dice: 
"Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras;" 
Y es precisamente el verso 2 que contiene todo el simbolismo profético del salmo. Veamos:
Lo primero que el verso dos nos dice, es que la comunión de los hermanos es como "El Buen Oleo" Lo cual es figura del Espíritu Santo. Y asi como Aarón fue ungido con "El Buen Oleo" el cual fue derramado sobre su cabeza, El Espíritu Santo es el verdadero Buen Aceite que unge la cabeza del Verdadero Sumo Sacerdote: Cristo. Por ejemplo, vemos a Aarón siendo ungido con el aceite de la unción antes de comenzar su ministerio. Y muchos años mas tarde, vemos a Cristo siendo ungido con El Espíritu Santo para comenzar su ministerio, para que se cumpliéra la figura profética en Cristo, El cual es EL UNGIDO por excelencia. Asi que, El Buen Aceite sobre la cabeza de Aarón, es El Espíritu Santo en Cristo Jesús El cual es La cabeza de la iglesia.
Aarón no solamente es la figura del ungido verdadero (Cristo) sino que todo él, su cabeza, su cuerpo y sus vestidos son símbolo de Cristo y su iglesia. Podemos ver que el aceite de la unción, una ves que ha saturado la cabeza desciende por la barba hasta al canzar las vestiduras sacerdotales. Y mientras el bautismo con El Espíritu Santo sobre Cristo fue el ungimiento de la cabeza sacerdotal, el derramamiento y bautismo del Espíritu Santo sobre los discípulos en Pentecostes es el comienzo del correr del Buen Aceite sobre los vestidos sacerdotales; es la unción del resto del cuerpo, es decir, La iglesia. Asi que, cuando los creyentes moramos jumtos en armonía, entonces estamos unidos a LA CABEZA de donde mana el aceite de la unción. Hciendo posible que Dios nos inunde de bendición y vida eterna.

Es vital que todo creyente entienda la verdad que encierra la figura profética del salmo 133. Sin el entendimiento de esa revelación profética se hace imposible llegar a tener la conciencia de la vital necesidad de buscar la comunión armoniosa de los unos con los otros en la iglesia. El conocimiento de que la iglesia debe habitar en hermandad, juntos y en armonía, es la única manera de llegar a amar la comunión entre hermanos. Solo así llegaremos a disfrutar del deleitoso placer espiritual de degustar la comunión . Y así, estar en el ámbito correcto donde fluye la bendición y la vida de Dios.

Debemos entender que los miembros del cuerpo del sacerdote no son inundados por el buen aceite de la unción por ser éstos perfectos, sino por el vestido que los cubre; Es la perfección de la justicia de Cristo la que nos cubre y nos viste a cada uno de nosotros los miembros de este cuerpo, que es la iglesia. Pero lastimosamente, algunos miembros han antepuesto su justicia propia como norma para considerarse asi mismos como dignos de estar en el cuerpo ungido del sacerdote. Y por ese criterio, descalifican a otros, impidiendo así la habitación de los hermanos juntos en armonía. Cortando de esta manera, el flujo de la unción del BUEN ACEITE.

He descubierto que la santidad propia es uno de los mayores obstáculos para poder habitar los hermanos juntos en armonía. Debemos quitar nuestros ropajes de justicia propia, donde solo caben aquellos que calzan con nuestros prejuicios y simpatías, y meternos bajo las ropas del sumo sacerdote; meternos bajo la vestidura de la perfecta justicia de Cristo, atraves de la cual fluye el buen aceite de la unción hasta el vorde de las vestiduras.
Dejemos de ver defectos en los demás hermanos; dejemos de poner obstáculos a la habitación armonica en la iglesia. Entendamos que la armonía no la hacen las notas iguales, sino diferentes notas ajustadas y complementadas magistralmente por el compositor (Dios), y ejecutadas con maestría por el director de orquesta (El Espíritu Santo).
La peor de las excusas para no estar unidos en armonía, es "la perfección de los espirituales" Pues yo encuentro en las escrituras que el pecado de los imperfectos prueba la espiritualidad y la mensedumbre de los perfectos. Y esto es habitar en armonía. Veamos el texto bíblico: "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. (Gálatas 6:1,2).

Mi anhelo es que aquel que lea esta pequeña nota sea motivado a quitar todo obstaculo a la comunión entre hermanos; que podamos estar bajo la cabeza, bajo la perfección de la vestidura de nuestro sumo sacerdote. Que estemos juntos y en armonía; Porque ahí envía Dios bendición y vida eterna. Pues solo en ese marco es el ámbito donde fluye la veradera unción de Dios.

Si haz dejado la comunión con los hermanos, con la iglesia, vuelve en amistad con la iglesia que ella es el cuerpo de Cristo atrevés del cual fluye la unción; através del cual fluye la verdadera bendición de Dios.


Jehová te bendiga, y te guarde;  Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.

William Tercero M.