sábado, 8 de enero de 2011

El Ministerio de la Enseñanza


EL MINISTERIO DE LA ENSEÑANZA.
El don mas invaluable de la humanidad es el conocimiento. El conocimiento puede ser negativo o positivo; cuando es de carácter negativo, la aplicación de dicho conocimiento será nocivo. Por el contrario, cuando el carácter del conocimiento es positivo, su aplicación traerá resultados benéficos.
En cuanto al conocimiento benéfico, no hay uno que sea mayor que el conocimiento del amor de Cristo y de la verdad. Veamos: "y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios(Efesios 3:19). Es precisamente en la labor de infundir conocimiento donde toma gran relevancia el ministerio de la enseñanza. Y para hablar de enseñanza, debemos hablar de la función del maestro.

Definición de la palabra maestro.
El significado de la palabra maestro tiene al menos dos definiciones importantes:
1. Uno que enseña o instructor.
2. Uno que sirve de guía.
EL LLAMAMIENTO:
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).
El verdadero maestro cristiano es aquel que ha sido constituido por Dios.
IMPORTANCIA DEL MINISTERIO DE LA ENSEÑANZA.
La enseñanza desempeña una labor muy importante en la obra de la iglesia.
En el mandato del Señor Jesucristo de evangelizar al mundo, se encuentra inmerso el mandato de enseñarles la doctrina de Cristo: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándolos que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amen”. (Mateo 28:19,20).
La evangelización y el discipulado (enseñar) son las tareas primarias de la iglesia. Estas tareas tienen el total respaldo y autorización departe del Señor: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos…” (Mateo 28:18,19).
Debemos entender que todo el esfuerzo en la evangelización que la iglesia haga, no tendría el sustento ni el impacto de crecimiento de la obra de Dios, sin la obra de discipular que es tarea del maestro cristiano, en quien obra el don espiritual de enseñanza. El maestro cristiano, se convierte en la persona mas importante para el nuevo creyente; llegando ha ser una especie de nodriza que cuida y educa a un niño, ayudándolo a crecer hasta que alcance madures “Y él mismo constituyó (     ) maestros ( )
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto…”
La dignidad del maestro:
Nadie puede constituirse maestro por si mismo o por el conocimiento que posee. Ni debe procurar fama para si mismo por causa de la ministraciòn del don que le ha sido dado. La mayor autoridad del maestro procede de la presencia del espíritu de Cristo en su quehacer en el desempeño de su don: Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Ni seáis llamados maestro; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo”. (Mateo 23:8,10).
Dado que la ministraciòn del don de la enseñanza es una gracia espiritual que no procede de si mismo; sino del Espíritu de Cristo, el maestro cristiano ha de dar gloria y honra a Cristo; porque el Espíritu de la enseñanza es el Espíritu de Cristo; y Cristo es el MAESTRO. Si entendemos esto, entenderemos que si el maestro enseña, ya no es el quien enseña, sino el Espíritu de Cristo, y por tanto, la dignidad con que desempeña su labor es la dignidad de Cristo; pues es el Señor quien actúa por su Santo Espíritu a través del maestro.
Veamos lo que dicen las sagradas escrituras a cerca de esta verdad: Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo. Si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús (Efesios4:20,21).
Como podemos notar en las palabras del apóstol Pablo, es Cristo mismo quien enseña a los creyentes y no el maestro cristiano. Jesucristo es el Maestro y el Espíritu Santo es quien le representa en esa función de Maestro de los creyentes. En el nuevo testamento encontramos referencias acerca de la función del Espíritu Santo como Maestro: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñara todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26).
Deducido del texto anterior, podemos decir que el Espíritu Santo es el maestro. Esta es una de las tareas primordiales del Espíritu Santo en la iglesia.
Veamos otra cita: Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; asi como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él,” (1 Juan 2:27).
Tenemos que hacer una aclaración acerca de este texto en relación a la declaración de “no tenéis necesidad de que nadie os enseñe”. Esa declaración la hace el apóstol Juan en relación a las enseñanzas que no provienen del Espíritu Santo; porque en ese tiempo había una gran cantidad de apostatas que estaban enseñando doctrinas erróneas. No es que el apóstol esté descalificando la figura del maestro, sino mas bien está enfatizando la verdad que solo es enseñanza de la verdad aquella que proviene del Espíritu; porque él es el verdadero Maestro.
El reconocimiento de la dignidad del maestro por parte de la iglesia:
A causa de la dignidad de la labor que realiza el maestro cristiano, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes a reconocerlo y valorarlo. Veamos:Los ancianos que gobiernen bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en enseñar y predicar” (1Timoteo 5:17).
Las palabras “dignos de doble honor” tienen relación con la dignidad de príncipes o primogenitura. Ha de recordarse que los primogénitos eran dignos de doble porción en relación a la herencia paternal. Lo anteriormente dicho no debe entenderse de ningún modo como que el maestro es superior a otro creyente, sino que su labor es digna de honra.
En relación a este mismo tema, otra cita de las escrituras dicen lo siguiente: El que es enseñado en la palabra, haga participe de toda cosa buena al que lo instruye” (Gálatas 6:6).
Según el apóstol Pablo, una forma de valorar la importancia de los dones ministrados, es que el creyente haga participe de sus ofrendas a los ministros, y esto también es valido para con los maestros. Léase también: Romanos 15:27 y 1Corintios 9:11, 14.
Si la iglesia esta obligada a reconocer la dignidad del maestro; también lo está en rechazar a los falsos maestros.
Cualquiera que enseñe doctrinas erróneas, sean estas doctrinas de demonios o doctrinas de hombres, no es digno de llamarse maestro en el sentido bíblico, por cuanto ofende la verdad y el Espíritu del Maestro.
LA BASE DE LA ENSEÑANZA ES LA PALABRA DE DIOS:
La labor del maestro cristiano es la de instruir a los creyentes en las doctrinas de Cristo. En esta tarea se destaca el conocimiento de la palabra de Dios; porque es ella la base de toda enseñanza: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”(2 Timoteo 3:16,17).
El maestro cristiano debe conocer bien la palabra de Dios para poder enseñar a otros.
El maestro debe ser un oidor atento de las enseñanzas de otros maestros bíblicos que sean superior a el en conocimiento, y debe procurar que creyentes idóneos para enseñar sean continuadores del ministerio de la enseñanza: Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2). Además, el maestro debe conocer el propósito de las escrituras para no entretenerse vanamente en cuestiones de poca importancia en cuanto al verdadero fin que persiguen las escrituras. (Ver 1 Timoteo 1:3-7.).
El propósito de las escrituras es dar a conocer a Cristo: “Escudriñad las escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”  (Juan 5:39).
Además de darnos a conocer a Cristo, las enseñanzas de las Escrituras tienen como meta primordial hacer nacer el amor de Dios en el creyente, asi como también la fe y traer limpieza al corazón: (1 Timoteo 1:5. Salmos 119:9. Efesios 5:26,27. Tito 3:5. Juan 3:5; 15:3; 17:17. Hebreos 10:22.).
Nadie que no conozca, ame y estudie la palabra de Dios, podrá ser un maestro cristiano; porque la palabra del Señor es la base de la enseñanza.
BENEFICIOS DEL MINISTERIO DE LA ENSEÑANZA EN LA IGLESIA:
1. Una mayor comunión con Dios.
Si los creyentes son ministrados correctamente con el don ministerial de maestro, ellos llegaran a tener una conciencia limpia y como consecuencia, tendrán un acceso con gran confianza al trono de la gracia, lo cual redundará en una mayor comunión con el Señor: (Hebreos 10:22)
2. Trae fortaleza y crecimiento espiritual:
Dios hace que l iglesia crezca robusta y fuerte a través del don de la enseñanza. Esto es posible porque la Palabra de Dios es el pan que alimenta el espíritu de todo creyente. La Palabra de Dios dice: El respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).
En esta tarea de fortalecer espiritualmente al creyente, es el maestro el que sirve el pan espiritual al creyente a través del don de enseñanza con la unción del Espíritu Santo.
El conocimiento de la palabra de Dios es el nutriente vital que hace crecer fuerte y robusto al creyente, y por tanto a la iglesia.
3. Trae verdadera libertad:
Uno de los grandes beneficios que el ministerio de la enseñanza trae al creyente es la verdadera libertad.
Dado que el maestro tiene como principal fin dar a conocer a Cristo y hacer que los creyentes permanezcan en él, produce el maravilloso hecho de traer libertad al creyente. Veamos lo que La Palabra de Dios dice al respecto: "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres(Juan 8:31,32).
Cuanto mas eficiente sea el ministerio de la enseñanza, mayor será la libertad que la iglesia experimentará. Es por eso que la iglesia ha de procurar que el ministerio de la enseñanza esté activo.
4. Trae madurez a la iglesia.
Este beneficio que produce el ministerio de la enseñanza en la iglesia, es de gran importancia. Sin la enseñanza seguimos siendo niños espirituales, y no podemos heredar o hacer nuestras las bendiciones de Dios nuestro Padre. Pero a trabes de la madurez se nos abren puertas para mayores bendiciones del Señor, y conquistamos la herencia de los hijos: Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo” (Gálatas 4:1).
Además, la madurez nos eleva por encima de la carnalidad que mantiene presa de muchos problemas y conflicto a los creyentes y retrasa el conocimiento de la sabiduría y la revelación de lo que en verdad somos en los planes de Dios, manteniendo en pobreza espiritual a los hijos de Dios. Vea 1 Corintios 3:1-4. Efesios 1:15-23.
Pero para que la enseñanza tenga su mayor aprovechamiento y efectividad debe ir acompañado con la buena actitud de los creyentes de oír con atención y con fe las enseñanzas. Y oír con fe equivale a poner por obra lo escuchado.

EL CARÁCTER DEL MAESTRO:
Como todo ministro del Señor, el maestro ha de ser un hombre integro. Debe entenderse que la falta de integridad le quita autoridad al maestro. Por el contrario, la integridad le da autoridad y aceptación. Ver Juan 7:28,29. Sin embargo, debemos tener cuidado de discernir cuándo alguien esta enseñando la palabra de Dios; porque aunque el maestro no sea integro, si es la verdadera palabra de Dios la que está enseñando, debe atenderse la palabra de Dios; porque la palabra del Señor tiene autoridad por sí misma. Veamos: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen” (Mateo 23:2,3).
A pesar de lo dicho anteriormente, debemos hacer énfasis en el hecho de que el verdadero maestro debe ser una persona que tenga el carácter de Cristo. Y que también para él vale la regla: “El árbol se conoce por sus frutos”.
En relación a los dones complementarios del ministerio de la enseñanza, no es claro poder definirlos. Esto por cuanto en la Biblia, el ministerio de la enseñanza casi siempre esta asociado a otros ministerios; apóstol, profeta y pastor.

Para concluir, diremos que:
La iglesia de Cristo necesita orar con ferviente anhelo a Dios, pidiendo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que sean reafirmados con poder todos los ministerios de la iglesia. Que sean avivados dentro de nosotros, poderosos ministerios, apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros; que sean cual sistemas vitales de un cuerpo, lo cual es la iglesia (El cuerpo de Cristo) y que a través de ellos fluya el poder y la vitalidad del Espíritu de Dios; Que fluya la savia de la vitalidad de Dios hasta despertar a la iglesia en un poderoso avivamiento que la lleve a trastornar al mundo entero como el comienzo, y aún más allá. Y que la gloria de Dios sea vista en el mundo a través de su iglesia.
Entandamos que el diseño de Dios para que su iglesia alcance perfección, madurez, y estatura, se haya en la operación poderosa del Espíritu a través de los dones ministeriales. Y al entender esto, pidamos y procuremos que el diseño de Dios siga en vigencia, para que sea cumplida con eficacia la misión de la iglesia.


William Tercero M.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El Ministerio apostólico

LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA
Este estudio se centra en los ministerios de la iglesia, o lo que tradicionalmente se ha llamado: “dones ministeriales”. Nuestro propósito es que los miembros de la iglesia puedan reconocer y aceptar todos los ministerios que la integran, y que puedan entender como éstos contribuye a la edificación de los individuos y de la iglesia en general.
Con el objetivo ya antes mencionado, nos enfocaremos en dar a conocer lo relativo a la institución, autoridad, e importancia de esos ministerios. Además, hablaremos de las importantes características que identifican esos ministerios en la iglesia y  por las cuales pueden ser reconocidos.

LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA SON EL EQUIPAMIENTO QUE DIOS LE DIO PARA CUMPLIR SU MISIÒNLa iglesia de Cristo es una iglesia con propósito hacia si misma: Perfeccionar a los santos. Y con una misión: Alcanzar al mundo con el evangelio del reino.Esta es una gigantesca tarea que requiere de fuerzas sobrehumanas para ser llevada a cabo. No es posible lograrlo sin la intervención divina; pero gracias sean dadas a Dios porque él dotó a la iglesia con su Santo Espíritu para que pueda alcanzar la meta.
Dios ha dado herramientas a la iglesia para cumplir con su misión, y a continuación vamos a hablar de esas “herramientas” que llamamos: LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA.

MINISTERIO APOSTÓLICO:
Como primera cosa, aclararemos el significado de la palabra “Apóstol”. El diccionario bíblico ilustrado de la Editorial Caribe, define la palabra apóstol como un vocablo del idioma griego que significa “enviar” o “despachar”. Esta palabra apóstol, tiene una connotación especial que la distingue de otra palabra griega que se usaba para “enviar”. La palabra apóstol significa: Ser enviado con un propósito especial o con autorización oficial.
En el Nuevo Testamento, la palabra apóstol se usa de tres maneras:
1- Para designar a un “enviado”, “delegado”, o “mensajero”.
2- Para referirse a los doce discípulos que el Señor Jesucristo escogió inicialmente de entre los israelitas.
3- Para designar de un modo general a maestros y misioneros destacados.
En la actualidad mucho se discute acerca del apostolado: Hay quienes alegan que el ministerio apostólico ya no está en función. Los que tienen esta posición, dicen que los apóstoles fueron aquellos que Cristo escogió en el comienzo de la iglesia. Por otra parte, hay algunos que se auto proclaman apóstoles. Y hay otros a quienes sus “denominaciones” reconocen como apóstoles. Lo cierto es que la discusión acerca de quien es apóstol no es del todo nueva. Ya en el comienzo de la iglesia se daba esta discusión. De lo cual podemos encontrar algunas referencias en el nuevo testamento. El mismo apóstol Pablo sufrió la dificultad de ser reconocido como apóstol de Jesucristo.En una de las cartas a los Corintios encontramos el siguiente alegato:
“…¿no sois vosotros mi obra en el Señor? Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. Contra los que me acusan esta es mi defensa…” (1 Corintios 9:1-3).
La iglesia cristiana debe conocer lo relativo a este ministerio para poder saber a ciencia cierta quien es apóstol y quien no lo es; porque es derecho y obligación de la iglesia saber quien es un verdadero apóstol y quien es un falso apóstol.
La iglesia no solo debe saber reconocer a los apóstoles verdaderos, sino que debe probar a los apóstoles.
Podemos leer una referencia de este asunto en Apocalipsis 2:2. Es precisamente con el objetivo de poder conocer y entender que es un apóstol y como poder reconocerlo, que nos dedicaremos a continuación a estudiar las características y señales de un apóstol.
CARACTERISTICA ESPECIAL DEL MINISTERIO APOSTOLICO:
El apóstol manifiesta en su ministerio todos los dones ministeriales.Esta característica especial es infaltable en el apostolado.
EL MINISTERIO APOSTOLICO ES EL “ARQUITECTO” DE LA IGLESIA:
Entre todos los ministerios de la iglesia, el apostólico siempre va primero. Y hay una razón muy importante para que el ministerio apostólico tenga preeminencia, ya que el ministerio apostólico es el que sienta las bases para toda la obra de la iglesiaUno de los apóstoles más prominente de la iglesia, dijo lo siguiente acerca de su misión apostólica:“   Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento…” (1Corintios 3:10).
Dios en toda su esencia: Padre, Hijo y Espíritu Santo, es el arquitecto de la iglesia.
La declaración “el ministerio apostólico es el arquitecto de la iglesia” podría ser considerada temeraria y hasta blasfema, sino aclaramos que esta labor de “perito arquitecto”del apostolado es llevada a cabo por encomienda de Dios con la permanente guianza del Espíritu Santo y el llamamiento del Señor Jesucristo; quienes son los  Arquitectos primarios de la iglesia.
EL FUNDAMENTO PRINCIPAL DE LA OBRA APOSTOLICA ES CRISTO:
El fundamento apostólico tiene una norma infaltable: Cristo: Quien es el fundamento principalLo que quiere decir, que todo apóstol genuino, se ocupará de dar a conocer el Señorío de Cristo, haciendo su labor cristo-céntrica. Así lo enseñó el apóstol Pablo. Veamos: Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. (1Corintios 3:11).
Es sobre la doctrina de Cristo que los verdaderos apóstoles edifican su obra. Asi que la obra apostólica estará basada en la persona de Cristo y no en la del apóstol. Dicho de otro modo: La obra del ministerio apostólico debe estar basada en la revelación de la persona de Jesucristo: Que él es el hijo de Dios. Que él es el redentor; que murió en la cruz por nuestros pecados. Que Cristo es nuestro sumo sacerdote; que subió a los cielos donde intercede por nosotros y que es Señor sobre todos.
La obra de los apóstoles, debe estar basada en el carácter de Cristo; en sus virtudes, sus palabras y su pensamiento.
LA INFLUENCIA DEL PENSAMIENTO PROPIO DEL APOSTOL:
En el ejercicio del ministerio apostólico, como en cualquier otro ministerio de la iglesia, se encuentra presente el pensamiento del ministro. Esto no es algo que desautorice al ministro delante de aquellos en los que ejerce su ministerio. De hecho, la palabra de Dios (La Biblia) esta impregnada del pensamiento de sus escritores a la par de la inspiración de Dios. Hay sin embargo, normas por las cuales se juzgan correctos y aceptables estos pensamientos. Si el apóstol vierte algunos de sus propios pensamientos, los cuales quisiera que la iglesia los adopte en su conducta; por parecerle estos apropiados y acordes con su benigna labor; deberá hacerlo notar a la iglesia; dejando claro a la iglesia cuales son palabras del Señor y cuales son de su propio pensamiento.
Veamos un ejemplo en el apóstol Pablo: Pero a los que estàn unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con el marido; y el marido no abandone a su mujer. Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone(1Corintios 7:10-12).
Aun cuando el apóstol cumpla con dar gloria al Señor, diciendo cuando las palabras proceden del Señor, y es respetuoso con la iglesia, informándole cuando las palabras son de su propio pensamiento; sus pensamientos han de ser acordes con altos valores, tales como: justicia, rectitud, equidad etc.
LA DOCTRINA APOSTOLICA DEBE ESTAR BASADA EN LA PALABRA DE DIOS:
Los apóstoles de inicio de la iglesia basaron su doctrina en la revelación de la palabra de Dios a los profetas, y en las palabras de nuestro Señor Jesucristo, donde la obra y la persona de Cristo cobra especial o suprema importancia. El apóstol Pablo habla a la iglesia de Éfeso acerca de este principio y les dice: Edificaos sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20).
Hay muchos casos que podemos encontrar en las escrituras del nuevo testamento que nos demuestran que los apóstoles establecieron su doctrina en la palabra revelada a los profetas del antiguo testamento.
Veamos por ejemplo las palabras registradas en la carta a los Efesios acerca de la doctrina de la justificación por fe: Por que por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9).
El apóstol Pablo es mas abundante al tratar esta doctrina en su carta a los romanos. En el capítulo tres y el cuatro, trata este tema, basando esta doctrina en las escrituras del antiguo testamento que hablan de la fe de Abraham.
Otro caso notable es lo relativo a las ofrendas y el sostenimiento económico de los ministros del evangelio.
En la defensa de “los derechos de un apóstol”, que hace ante los creyentes de Éfeso, el apóstol Pablo se basa en las escrituras del antiguo testamento, y las refiere como fuente de autoridad para establecer el derecho de recibir ofrendasPorque en la ley de Moisés esta escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente de nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.” (1 Corintios 9:9,10).
Asi como las escrituras del antiguo testamento fueron la base de la doctrina de los apóstoles; las palabras de los apóstoles y la base de su doctrina deben seguir constituyendo la base de la obra apostólica de nuestro tiempo.

EL LLAMADO APOSTOLICO:
Acerca del llamado ministerial la escritura dice:Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).
En todo ministerio, la base de su autoridad se fundamenta en el llamado.
Nadie puede arrogarse el derecho de ser apóstol sin ser llamado por Dios. Asi que podemos decir: que el llamado es la base principal de la autoridad de un ministerio apostólicoPero surge la dificultad de reconocer quien verdaderamente ha sido llamado y quien no.
La dificultad de reconocer, a quién, Dios ha llamado al ministerio apostólico, no invalida el derecho de ser reconocido como apóstol. Ciertamente, el que haya dificultad para identificar el llamado de apóstol no es la causa principal del que no se acepte el ministerio apostólico en el presente como un ministerio vigente; porque esta misma dificultad plantea todo los otros ministerios (profetas, pastores, maestros y evangelistas). Sin embargo, estos otros ministerios no encuentran la misma dificultad de reconocimiento por parte de la iglesia.
La diferencia radica en la creencia del equivocado concepto de que “el ministerio apostólico de la iglesia desapareció con la muerte de los apóstoles de la iglesia del primer siglo”, y el desconocimiento de la operación de este ministerio en la actualidad.
La iglesia cristiana debe tener sumo cuidado de a quien reconoce; de igual modo, a quien no reconoce; porque si reconoce como apóstol a quien no lo es, la iglesia sufrirá un daño; pero sino reconoce como apóstol a quien sí ha sido llamado, limitará el ministerio al que discrimina, y la iglesia sufrirá la deficiencia de no contar con este poderoso ministerio.
CARACTERISTICAS DEL MINISTERIO APOSTOLICO: 1) UN CARÁCTER CRISTIANO:
La principal característica de un ministro del Señor es su carácter cristiano.
El Señor Jesucristo nos advierte acerca de cómo poder identificar a quienes son genuinamente ministros de Dios y quienes no lo son, usando este principio del carácter. Él dice: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis, ¿A caso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos” (Mateo 7:15-18).
En este texto de las palabras de nuestro Señor Jesucristo y en otros que son palabras de los apóstoles e inspiradas por Dios, (ver hechos 20:29; ROM. 16:17,18; GAL. 6:12,13; 2º Ped. 2:1-3) se nos advierte a cerca de las apariencias exteriores de virtud, y del verdadero carácter interior impío de algunos llamados ministros.
No podemos juzgar correctamente la obra de un ministerio sin detenernos a escudriñar el verdadero carácter y las obras personales del “ministro”
Si el “ministro” no es integro en su vida personal; sino que es deshonesto y falto de las virtudes del carácter de Cristo; su llamamiento muy probablemente no sea verdadero: Porque “un árbol malo no puede dar frutos buenos”
Podemos decir, a la luz del “principio de la integridad”, que un verdadero apóstol de Jesucristo es lleno de las virtudes del Señor, y será, por tanto: Una persona santa, humilde, misericordiosa, recta, justa y afable; no será iracundo, arrogante, ni impuro en ninguno de sus actos, sean estos públicos o privados.
2) UNA PODEROSA UNCIÒN:
La defensa mas importante que se puede hacer a favor de un ministerio apostólico, es aquella que hace la operación del Espíritu Santo a través de la demostración del poder de Dios.
El mismo Señor Jesucristo acude a este principio en defensa de la legitimidad de su obra y de su identidad como enviado de Dios, y dice: “Sino hago las obras de mi padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el padre está en mi, y yo en el padre” (Juan 10:38,39). Acerca de este principio, y en relación con Cristo, las escrituras dicen: “…a cerca de su hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado hijo de Dios con poder, según el Espíritu de Santidad…” (Romanos 1:3,4). Asi que toda vez que alguien decida defender el apostolado, (suyo o de alguien mas) ha de referirse a las obras que mediante el poder del Espíritu Santo han sido hechas en el ministerio.
No es que no se debe usar palabras en la defensa de un apostolado; pues esto sería imposible dado que las palabras son el medio argumentativo; pero el argumento ha de estar dirigido a la evidencia de la operación del poder de Dios mediante el Espíritu. Este principio es el que usa el apóstol Pablo en defensa de su ministerio apostólico ante la iglesia. En la segunda carta o los corintios, desde el capitulo diez hasta la mitad del capitulo doce, hace una abundante defensa de su ministerio.
En esa defensa, el apóstol argumenta sobre todo, la confirmación de su apostolado por las obras poderosas del Espíritu Santo y dice:“…con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” (2 Corintios 12:12).
La operación de la unción poderosa del Espíritu Santo es una señal inequívoca del llamamiento apostólicoCuando nos envía o comisiona con algún fin, también nos capacita con la unción de su Santo Espíritu para que llevemos a cabo nuestra misión con eficacia. Asi que podemos decir que: La unción es el testimonio primordial  de que hemos sido llamados por Dios al ministerio apostólico.
EVIDENCIAS DE LA UNCIÒN APOSTOLICA:
a) Echar fuera demoniosDebemos aclarar que esta señal no es exclusiva de los apóstoles, sino que es parte de las señales que siguen a los que creen en Cristo. Ver Mr. 16:17.
b) Sanidades.
c) Milagros.
3) UNA OBRA MISIONERA:ESTABLECIMIENTO DE “IGLESIAS
El ministerio apostólico se distingue por su pasión por extender el reino de los cielos haciendo obra misionera y estableciendo iglesias. Las iglesias establecidas a través de la obra apostólica han de recibir cobertura ministerial. El ministerio apostólico establece la fe cristiana a los convertidos a través de la predicación del evangelio. Además, agrupa a los nuevos creyentes en una comunidad cristiana a la cual llamamos iglesia.
ESTABLECIMIENTO DE LAS BASES DOCTRINALES:
El ministerio apostólico se encarga de enseñar las doctrinas bíblicas fundamentales a los nuevos creyentes.
Revisemos un caso que registra el libro de los Hechos: Después fue Bernabé a Tarso a buscar a Saulo; y hallándole le trajo a Antioquia. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera ves en Antioquia” (Hechos 11:25, 26).
Si se predica el evangelio de Cristo y no se discipula a los nuevos creyentes, dándoles las bases doctrinales de la fe; la obra misionera no tendrá logros permanentes. El éxito de la expansión de la iglesia del primer siglo se debió en gran parte a la obra apostólica de fundamentar a los nuevos creyentes en las doctrinas de la fe cristiana, es decir: obra apostólica de discipulado.
ESTABLECIMIENTO DE OBREROS EN LAS “NUEVAS IGLESIAS”:
Dado que la formación y cuidado de una iglesia no es posible de lograr en pocos meses, el apóstol ha de establecer obreros que queden a cargo de cuidar la iglesia establecida, ocupándose de las necesidades propias de la iglesia. Estos obreros o pastores del rebaño, son colaboradores leales del ministerio apostólico.
Ellos son personas que estàn bajo la cobertura y autoridad del apóstol.
Estos pastores de la iglesia local han de ser autoridad delegada del ministerio apostólico, y la iglesia debe tener plena conciencia de la autoridad delegada en el a través del apostolado. Pues son estos obreros los que ejecutaran las directrices apostólicas para la iglesia.
Podemos decir, que sin lugar a dudas, el establecimiento de obreros para las iglesias locales es parte vital de la función de “perito arquitecto” del ministerio apostólico.
Es bueno hacer notar que el establecimiento de pastores locales no puede ser un asunto de  criterio personal del apóstol, sino que debe ser establecido por dirección de Dios.
Si se establece pastores sin llamamiento, haciendo uso indebido de la autoridad apostólica; la iglesia no tendrá los importantes beneficios del ministerio pastoral; mas bien tendrá muchos daños.
4) LA EVIDENCIA DE LA OBRA APOSTOLICA EN LA IGLESIA:
La obra de un apóstol puede ser menospreciada por muchas personas y hasta no ser reconocida; pero una cosa que no puede dejar de notarse será la obra en las personas en las cuales ha operado la unción apostólica.
Como hemos venido haciendo a través de este estudio, nos referiremos al ministerio del Apóstol Pablo para examinar el principio de la evidencia en la obra de la iglesia.
Veamos lo dicho en la primera carta a los corintios en defensa a los derechos de un apóstol: “¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soyporque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor” (1Corintios 9:1,2).
Podemos decir, que es deber de los que han sido beneficiados con el ministerio apostólico, de reconocer al apóstol que los ha bendecido. Y además, es derecho del apóstol pedir el reconocimiento de quienes ha ministrado.
No importa cuantos no reconozcan a un apóstol, pero lo que es inaceptable es que aquellos a los que se les a ministrado con la unción apostólica, no reconozcan al ministro a través del cual Dios los ha bendecido de manera evidente; pues “ellos mismos son el sello del apostolado” Asi que cualquier apóstol puede reclamar como el apóstol Pablo, diciendo: Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente soy apóstol; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor"
LA NECESIDAD DEL CONCILIO APOSTOLICO.
Finalizaremos el estudio de este terma diciendo que:
El contexto actual en que se desarrolla el ministerio apostólico, no es el conveniente.
Lo anterior es cierto debido a que no existe un medio o herramienta que mantenga sano el ejercicio del ministerio apostólico; que sí lo hubo en la iglesia del primer siglo.
Cabe destacar, que aún habiendo en el pasado el medio o herramienta para mantener sano el ejercicio ministerial; hubo muchos problemas en relación al mal uso del ministerio. La herramienta a la que nos referimos es “el concilio apostólico” (Hechos 15).
En este tiempo no contamos con dicha herramienta, siendo la razón principal la diversidad de “misiones” y “denominaciones” cristianas. Tal diversidad hace imposible el establecimiento de un concilio apostólico. Lo cual nos deja en una posición muy difícil para poder corregir el mal uso de la autoridad ministerial, o los yerros en que algunos ministerios apostólicos tienden a caer. Con todo y que esa deficiencia es importante, aun así, el ministerio apostólico debe ser reivindicado en este tiempo para beneficio de la obra de la iglesia de Cristo.




(Escrito por: William Tercero M.)

martes, 21 de diciembre de 2010

El Ministerio Evangelístico.

EL MINISTERIO EVANGELISTA.
La primera cosa que haremos al estudiar este tema, es ver el significado de la palabra “evangelista”.
Evangelista significa: “Uno que anuncia las buenas nuevas de salvación”.
Por tanto, el ministerio evangelista esta dedicado a predicar el mensaje de salvación permanentemente.
EL LLAMAMIENTO: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.”(Efesios 4:11-16).
En todo ministerio, la base de su autoridad se fundamenta en el llamado.
Nadie puede arrogarse el derecho de ser evangelista sin ser llamado por Dios. (Esto no quiere decir que nadie mas puede evangelizar) Asi que podemos decir: que el llamado es la base principal de la autoridad de un ministerio evangelìstico.
La iglesia no puede establecer evangelistas sin tener en cuenta el llamado de Dios. La obligación de la iglesia es identificar quien ha sido llamado. Y al reconocer el llamado en una persona debe estimularla hacia el ministerio.
Dado que la iglesia no puede dotar de autoridad a un ministro; el ministro que sea establecido por ella, sin ser llamado por Dios, carecerá de autoridad que le ayude a cumplir y desarrollar su ministerio con poder y eficacia.
Pero si Dios es quien llama y establece, entonces el ministro tendrá la unción para desarrollar su ministerio con poder del Espíritu.
EL EVANGELISMO ES LA PUNTA DE LANZA DE LA OBRA DE LA IGLESIA:
Al comenzar el estudio de los ministerios de la iglesia, hablamos de la misión de la iglesia, y dijimos que la iglesia tiene la misión de alcanzar al mundo con el evangelio del reino.
Es precisamente en esta misión, donde el ministerio evangelìstico encuentra su propósito o razón de ser.
En el presente hay una alarmante escasez de este ministerio en la iglesia. Y digo alarmante; porque si no hay verdaderos evangelistas, entonces la iglesia no tiene la eficacia de cumplir una de sus mas importantes tareas: Alcanzar al mundo con el evangelio del reino:Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fura demonios; hablaran nuevas lenguas; tomaran en sus manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanaran”(Marcos 16:15-18).
El establecimiento de la iglesia en cualquier lugar comienza con la predicación del evangelio. Por eso decimos que el ministerio evangelìstico es la punta de lanza de la iglesia.
EL MINISTERIO EVANGELISTICO NUTRE Y SOSTIENE LA IGLESIA:
No podemos descuidar el ministerio evangelìstico, pues es una misión sagrada que nos fue encomendada por nuestro Señor Jesucristo
En verdad, el ministerio evangelista es mas que la punta de lanza de la obra de la iglesia; el ministerio evangelista es parte  vital de la vida de la iglesia; pues la iglesia se nutre con los frutos de la obra de este ministerio.
Asi que no exageramos cuando decimos que la iglesia es nutrida por los frutos del evangelismo y que, inclusive, subsiste por la labor del ministerio evangelistico. Lo explicaremos de esta manera: Si la evangelización no se lleva a cabo; no habría nuevos creyentes; sin nuevos creyentes la iglesia desaparecería. Porque el crecimiento de la iglesia se haya en los nuevos convertidos.
Ciertamente los hijos de los creyentes influyen en el crecimiento de la iglesia. Pero tenemos que considerar algunas tristes realidades como por ejemplo: Algunos hijos de cristianos abandonan la fe; las familias son cada ves menos numerosas etc. Pero podríamos preguntarnos ¿Es que acaso la evangelización recae exclusivamente sobre los evangelistas? Enfáticamente tenemos que decir que NO.

La iglesia toda debe estar abocada a la evangelización como una responsabilidad individual y colectivaPero debemos entender que un creyente sin el don ministerial de evangelista, no tendrá las herramientas poderosas del ministerio evangelistico.
CARACTRISTICAS DEL MINISTRIO EVANGELISTICO:
Todo ministerio en la obra del Señor tiene características que lo definen. Las siguientes son algunas características del ministerio evangelistico.
1) UNA FUERTE PASIÒN POR LOS PERDIDOS:
En el corazón de todo evangelista late poderosamente la pasión por anunciar el mensaje de salvación a toda criatura.
El evangelista siente especial interés por los perdidos, él no esta interesado en predicarle a la iglesia, y si un día predica en un templo; él estará enfocado en ver cuantos invitados no creyentes hay en ese lugar y en cuantos van a recibir al Señor Jesucristo como su salvador. Y aunque haya miles de creyentes en el templo; el evangelista no estará contento de predicar en un lugar donde nadie responda al llamado de salvación.
En el presente hay una tendencia que no satisface el propósito del ministerio evangelistico. Esta tendencia es la de predicar día tras día a través de la “radio cristiana” y “la televisión cristiana” donde la gran mayoría de los tele oyentes son cristianos y una minoría son inconversos. Esta práctica subutiliza el poder del ministerio evangelistico
Si queremos resultados mayores en la evangelización a través del ministerio evangelista, debemos utilizar los medios de comunicación que estàn dirigidos a la gran población de inconversos. De ningún modo podemos desechar los medios de comunicación masiva, sino que debemos aprovecharlos al máximo y con la mayor eficacia posible. Es importante también notar que la evangelización a través de medios de comunicación cristianos, produce un problema de movilidad de creyentes (esto porque esos medios tienen como receptores a creyentes) de iglesias pequeñas a iglesias grandes. Esa movilidad es negativa en muchos aspectos:
1) Da una falsa impresión de crecimiento; porque la mayoría de personas que aumentan la membresía de esas iglesias en realidad no son nuevos creyentes; sino desplazados de otras iglesias.
2) Distrae de su verdadero propósito al ministerio evangelistico, que es la predicación al inconverso.
3) Desestabiliza el trabajo y desarrollo de las iglesias locales de donde emigran esos creyentes, por cuanto le quita recursos humanos y materiales.
De los hechos mencionados, el mas dañino es el primero, dado que al distraerse la iglesia con esa falso crecimiento, deja de cumplir su principal misión: Alcanzar al no convertido.
Todo ministerio evangelìstico debe enfocar esa importante pasión hacia los perdidos que son su razón de ser.
2) UNA PODEROSA UNCIÒN:
Todo ministro del Señor (sobre todo los apóstoles profetas y evangelistas) tiene por testimonio divino la operación del poder de Dios que confirma ante el mundo su misión.
La operación de ese poder del Espíritu al que llamamos unción, es la forma en que Dios hace notoria la obra del evangelista a los ojos de la gente para llamar su atención.
En el nuevo testamento tenemos el ejemplo del ministerio evangelistico de Felipe: Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.” (Hechos 8:5,6).
Como podemos ver, el poder de Dios era manifiesto de forma abundante a través del ministerio de Felipe, lo cual le daba notoriedad a su ministerio; pero el poder de Dios sobre Felipe, hacía algo mas que darle notoriedad; hacía que la gente escuchara con mucha atención a la predicación del evangelista.
La Biblia dice que toda la gente escuchaba a Felipe con una misma actitud (“unánimes”) de atención a sus palabras. Y no es que la gente de samaria fuera muy atenta y respetuosa con el predicador, sino que había una poderosa razón por la cual su atención estaba cautiva por las palabras del evangelista: Las señales que hacia era esa poderosa forma de capturar la atención de todos. Nótese lo que dice la Biblia: “oyendo y viendo las señales que hacía”
En la elección de los diáconos vemos las características que los apóstoles pidieron que debían tener los que fueran elegidos por la iglesia con ese propósito, y luego que el Señor lleva a Felipe a desempeñar el ministerio evangelistico, vemos que esas virtudes: ser lleno de fe y del Espíritu Santo, lo llevaron a desempeñar su ministerio con eficacia.
Otro ejemplo claro de la poderosa unción de un evangelista la vemos en Bernabé.
Aunque la principal función de Bernabé era la de apóstol, sin embargo vamos a ver su obra evangelistica (reacuérdese que el ministerio apostólico manifiesta todos los dones ministeriales) que registra el libro de los Hechos de los apóstoles: Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor” (Hechos 11:24).
La escritura no dice que en la predicación de Bernabé se hicieran gran cantidad de señales; pero es fácil deducir que la operación poderosa del Espíritu Santo estuvo presente con Bernabé. Eso lo podemos ver en el énfasis que las escrituras hacen en relación a que Bernabé era un varón lleno del Espíritu Santo y de fe; las mismas características de el evangelista Felipe. Fue precisamente esa unción poderosa en Bernabé que lo llevó a cosechar los grandes resultados que refiere el libro de Los Hechos.
Como vemos, una poderosa unción es característica fundamental de un evangelista con ministerio; sin embargo, aquellos que predican el mensaje de salvación sin manifestar esa unción, no deben desanimarse en su tarea; mas bien deben pedir al Señor que los dote con esa unción, y si no ocurriera, deben seguir predicando el evangelio de la salvación; porque todos los creyentes estamos llamados a predicar el evangelio, aunque no todos debamos ser llamados evangelistas.
LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA SON COMPLEMENTARIOS:
Esta verdad nos debe llevar a apreciar todos los ministerios. No debemos discriminar a un ministerio en relación con otro; porque ningún ministerio es inferior a otro; solo son diferentes entre si, y todos son parte vital de un cuerpo: La iglesia.
Para poder entender mejor la importancia de esta verdad haremos una comparación: El cuerpo humano y sus sistemas vitales: Sistema nervioso; Sistema circulatorio; Sistema digestivo; Sistema respiratorio y Sistema óseo.
No podemos decir que el cuerpo humano no necesita a uno de estos vitales Sistemas. Si uno solo de ellos fallara o faltara; el cuerpo en general sufriría una perdida fatal para su correcto funcionamiento y afectaría a todo el cuerpo. De la misma manera, la iglesia que es el cuerpo de Cristo, necesita a todos los ministerios funcionando en complemento el uno con el otro.
Como los sistemas vitales del cuerpo humano lo capacitan para ejercer una gran cantidad de tareas pequeñas y tareas monumentales que nos dejan admirados; de igual modo, los Ministerios de la iglesia la capacitan para ejercer esas importantísimas tareas que Dios determino para ellaVeamos lo que dicen las sagradas escrituras: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).
Y de la misma manera que los sistemas vitales del cuerpo humano lo nutren, lo desarrollan y lo capacitan para la acción; así mismo, los Ministerios de la iglesia la nutren, la desarrollan y la capacitan para alcanzar su propósito con eficaciaVeamos un caso de la complementación ministerial en relación a la obra del ministerio evangelistico: Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquia. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron amucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera ves en Antioquia. En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquia. Y levantándose uno de ellos llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada, la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea;  lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.” (Hechos 11:24-30).
Aquí en estos pasajes de la escritura podemos ver como trabajaron los ministerios de forma complementaria:
Bernabé hizo obra evangelistica; luego llamó a Pablo y juntos ejercieron el ministerio de maestros y apóstoles; luego llegaron profetas y los apóstoles pastorearon la iglesia, con la ayuda, muy probablemente, de pastores locales. Y el resultado fue poderoso en beneficio de la iglesia y en el impacto que produjo en la gente de su entorno; llegándolos a reconocer y denominar respetuosamente como una comunidad de discípulos de Cristo: “Y a los discípulos se les llamó cristianos por primera ves en Antioquia”.
El ministerio evangelistico es un ministerio poderoso en la iglesia; pero carece de la capacidad para enseñar, pastorear y establecer bases que den sustento y orden a la iglesia; por tanto la obra evangelistica de este ministerio, ha de estar acuerpada o Complementada por un ministerio Apostólico.
LOS DONES COMPLEMENTARIOS DEL MINISTERIO EVANGELISTICO:
a) Don de exorcismo. (Hechos 8:7) b) Don de sanidad. (Hechos 8:7) c) Don de milagros. (Hechos 8:7)
Sin la operación de los dones antes mencionados, no hay eficacia en el ejercicio de la evangelización.
Para que el ministerio evangelistico sea poderoso y efectivo, y sea considerado “ministerio” ha de estar equipado con los dones antes mencionados.
En el pasado, Dios ha levantado poderosos Ministerios evangelisticos que han traído poder, gozo, avivamiento y gran cosecha. Ministerio tales como: Bily  Graham. T. L. Osborn. Jimmy Suagert. Benny Hinn. Carlos Anacondia. Todos estos poderosos ministerios evangelisticos han producido un gran impacto en el mundo; pero debemos reconocer con tristeza que algunos han desaparecido y otros están envejeciendo, sin que se proyecte alguien mas en lugar de los que van desapareciendo.
No podemos ignorar, sin embargo, que la iglesia de Cristo esta implementando importantes métodos de evangelización alrededor del mundo que estàn trayendo crecimiento a la iglesia.
Estos métodos han venido a cumplir una importante misión en relación del involucramiento de cada miembro de la iglesia en la predicación del evangelio.
El propósito de todos esos métodos de evangelización, tienen como meta el crecimiento de la iglesia. La idea básica de esta evangelización es: “Cada miembro de la iglesia es un potencial evangelista” Y pretende que cada creyente gane a otro para Cristo (cada uno gana uno) Y que se reproduzca cuantas veces sea posible.
Tal idea es plenamente consecuente con nuestra comisión dada por el Señor a la iglesia de “ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda pretura” Y sin lugar a dudas, es una idea correcta.
Lo que no es correcto es que la iglesia descuide el que hayan evangelistas “ministeriales”o dicho de otra manera: ministerios evangelísticos. Porque debe saberse que los ministerios evangelisticos son una constitución permanente de Dios en la iglesia – “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).
La iglesia debe seguir haciendo la importantísima labor de evangelización personal, pero a la par, ha de buscar que los ministerios evangelisticos, en su concepción neotestamentaria, se levanten y se mantengan vigente en el desarrollo de la iglesia. Porque debemos notar un importante hecho acerca del ministerio evangelistico, en relación con la evangelización personal: Mientras en la evangelización personal, uno gana uno; el evangelista, gana muchos a la vez.
Podemos decir entonces, que el ministerio evangelistico tiene la virtud de multiplicar la iglesia de una manera acelerada. En nuestro interés de alcanzar al mundo con la predicación del evangelio, no podemos darnos el “lujo” de perder o desaprovechar el importantísimo don ministerial de evangelismo. Entendiendo además, que el ministerio evangelistico es un diseño permanente de Dios en la iglesia. Esa verdad se deduce con claridad en la palabra “hasta” usada en Efesios cuatro, que habla de duración en el tiempo. Esa palabra “hasta” unida a otra palabra “que” la cual apunta al  cumplimiento de un evento: (“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”)  determinan la vigencia y culminación del ministerio evangelistico: Hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Hay que aprovechar todas las oportunidades para el crecimiento de la iglesia. En ese sentido, la iglesia tiene un panorama alentador en el presente con el florecimiento de una gran cantidad de métodos de evangelización, que han demostrado una eficacia importante. Suramérica es caso destacado del crecimiento de la iglesia a través de la “celurizaciòn” y “cada uno gana uno” y en Centroamérica se esta poniendo en marcha los “grupos familiares”  y “grupos de crecimiento”.
Todo esto ha traído un importante crecimiento a la iglesia. No obstante, la iglesia debe seguir poniendo en acción el ministerio evangelistico porque este tiene elementos de gran valor (dones complementarios del evangelismo) que testifican de la poderosa y sobrenatural presencia de Dios en la iglesia.

Si unimos la evangelización personal (laicos; cada miembro) y la evangelización ministerial: La iglesia experimentará su más grande crecimiento en todos los tiemposAsi cumpliremos el propósito de la gran comisión.
Volvamos a encender la llama de la evangelización en el mundo: Anhelemos y pidamos a Dios que levante poderosos ministerios evangelisticos en su iglesia. Que levante ministerios poderosos que traigan expectación al mundo ante el poder de Dios manifiesto en señales y milagros; que traigan gozo a los pueblos y ciudades con las sanidades de sus habitantes y que hagan creíble el mensaje del evangelio del reino.

(Escrito por: William Tercero M.).