viernes, 24 de diciembre de 2010

El Ministerio apostólico

LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA
Este estudio se centra en los ministerios de la iglesia, o lo que tradicionalmente se ha llamado: “dones ministeriales”. Nuestro propósito es que los miembros de la iglesia puedan reconocer y aceptar todos los ministerios que la integran, y que puedan entender como éstos contribuye a la edificación de los individuos y de la iglesia en general.
Con el objetivo ya antes mencionado, nos enfocaremos en dar a conocer lo relativo a la institución, autoridad, e importancia de esos ministerios. Además, hablaremos de las importantes características que identifican esos ministerios en la iglesia y  por las cuales pueden ser reconocidos.

LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA SON EL EQUIPAMIENTO QUE DIOS LE DIO PARA CUMPLIR SU MISIÒNLa iglesia de Cristo es una iglesia con propósito hacia si misma: Perfeccionar a los santos. Y con una misión: Alcanzar al mundo con el evangelio del reino.Esta es una gigantesca tarea que requiere de fuerzas sobrehumanas para ser llevada a cabo. No es posible lograrlo sin la intervención divina; pero gracias sean dadas a Dios porque él dotó a la iglesia con su Santo Espíritu para que pueda alcanzar la meta.
Dios ha dado herramientas a la iglesia para cumplir con su misión, y a continuación vamos a hablar de esas “herramientas” que llamamos: LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA.

MINISTERIO APOSTÓLICO:
Como primera cosa, aclararemos el significado de la palabra “Apóstol”. El diccionario bíblico ilustrado de la Editorial Caribe, define la palabra apóstol como un vocablo del idioma griego que significa “enviar” o “despachar”. Esta palabra apóstol, tiene una connotación especial que la distingue de otra palabra griega que se usaba para “enviar”. La palabra apóstol significa: Ser enviado con un propósito especial o con autorización oficial.
En el Nuevo Testamento, la palabra apóstol se usa de tres maneras:
1- Para designar a un “enviado”, “delegado”, o “mensajero”.
2- Para referirse a los doce discípulos que el Señor Jesucristo escogió inicialmente de entre los israelitas.
3- Para designar de un modo general a maestros y misioneros destacados.
En la actualidad mucho se discute acerca del apostolado: Hay quienes alegan que el ministerio apostólico ya no está en función. Los que tienen esta posición, dicen que los apóstoles fueron aquellos que Cristo escogió en el comienzo de la iglesia. Por otra parte, hay algunos que se auto proclaman apóstoles. Y hay otros a quienes sus “denominaciones” reconocen como apóstoles. Lo cierto es que la discusión acerca de quien es apóstol no es del todo nueva. Ya en el comienzo de la iglesia se daba esta discusión. De lo cual podemos encontrar algunas referencias en el nuevo testamento. El mismo apóstol Pablo sufrió la dificultad de ser reconocido como apóstol de Jesucristo.En una de las cartas a los Corintios encontramos el siguiente alegato:
“…¿no sois vosotros mi obra en el Señor? Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. Contra los que me acusan esta es mi defensa…” (1 Corintios 9:1-3).
La iglesia cristiana debe conocer lo relativo a este ministerio para poder saber a ciencia cierta quien es apóstol y quien no lo es; porque es derecho y obligación de la iglesia saber quien es un verdadero apóstol y quien es un falso apóstol.
La iglesia no solo debe saber reconocer a los apóstoles verdaderos, sino que debe probar a los apóstoles.
Podemos leer una referencia de este asunto en Apocalipsis 2:2. Es precisamente con el objetivo de poder conocer y entender que es un apóstol y como poder reconocerlo, que nos dedicaremos a continuación a estudiar las características y señales de un apóstol.
CARACTERISTICA ESPECIAL DEL MINISTERIO APOSTOLICO:
El apóstol manifiesta en su ministerio todos los dones ministeriales.Esta característica especial es infaltable en el apostolado.
EL MINISTERIO APOSTOLICO ES EL “ARQUITECTO” DE LA IGLESIA:
Entre todos los ministerios de la iglesia, el apostólico siempre va primero. Y hay una razón muy importante para que el ministerio apostólico tenga preeminencia, ya que el ministerio apostólico es el que sienta las bases para toda la obra de la iglesiaUno de los apóstoles más prominente de la iglesia, dijo lo siguiente acerca de su misión apostólica:“   Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento…” (1Corintios 3:10).
Dios en toda su esencia: Padre, Hijo y Espíritu Santo, es el arquitecto de la iglesia.
La declaración “el ministerio apostólico es el arquitecto de la iglesia” podría ser considerada temeraria y hasta blasfema, sino aclaramos que esta labor de “perito arquitecto”del apostolado es llevada a cabo por encomienda de Dios con la permanente guianza del Espíritu Santo y el llamamiento del Señor Jesucristo; quienes son los  Arquitectos primarios de la iglesia.
EL FUNDAMENTO PRINCIPAL DE LA OBRA APOSTOLICA ES CRISTO:
El fundamento apostólico tiene una norma infaltable: Cristo: Quien es el fundamento principalLo que quiere decir, que todo apóstol genuino, se ocupará de dar a conocer el Señorío de Cristo, haciendo su labor cristo-céntrica. Así lo enseñó el apóstol Pablo. Veamos: Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. (1Corintios 3:11).
Es sobre la doctrina de Cristo que los verdaderos apóstoles edifican su obra. Asi que la obra apostólica estará basada en la persona de Cristo y no en la del apóstol. Dicho de otro modo: La obra del ministerio apostólico debe estar basada en la revelación de la persona de Jesucristo: Que él es el hijo de Dios. Que él es el redentor; que murió en la cruz por nuestros pecados. Que Cristo es nuestro sumo sacerdote; que subió a los cielos donde intercede por nosotros y que es Señor sobre todos.
La obra de los apóstoles, debe estar basada en el carácter de Cristo; en sus virtudes, sus palabras y su pensamiento.
LA INFLUENCIA DEL PENSAMIENTO PROPIO DEL APOSTOL:
En el ejercicio del ministerio apostólico, como en cualquier otro ministerio de la iglesia, se encuentra presente el pensamiento del ministro. Esto no es algo que desautorice al ministro delante de aquellos en los que ejerce su ministerio. De hecho, la palabra de Dios (La Biblia) esta impregnada del pensamiento de sus escritores a la par de la inspiración de Dios. Hay sin embargo, normas por las cuales se juzgan correctos y aceptables estos pensamientos. Si el apóstol vierte algunos de sus propios pensamientos, los cuales quisiera que la iglesia los adopte en su conducta; por parecerle estos apropiados y acordes con su benigna labor; deberá hacerlo notar a la iglesia; dejando claro a la iglesia cuales son palabras del Señor y cuales son de su propio pensamiento.
Veamos un ejemplo en el apóstol Pablo: Pero a los que estàn unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con el marido; y el marido no abandone a su mujer. Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone(1Corintios 7:10-12).
Aun cuando el apóstol cumpla con dar gloria al Señor, diciendo cuando las palabras proceden del Señor, y es respetuoso con la iglesia, informándole cuando las palabras son de su propio pensamiento; sus pensamientos han de ser acordes con altos valores, tales como: justicia, rectitud, equidad etc.
LA DOCTRINA APOSTOLICA DEBE ESTAR BASADA EN LA PALABRA DE DIOS:
Los apóstoles de inicio de la iglesia basaron su doctrina en la revelación de la palabra de Dios a los profetas, y en las palabras de nuestro Señor Jesucristo, donde la obra y la persona de Cristo cobra especial o suprema importancia. El apóstol Pablo habla a la iglesia de Éfeso acerca de este principio y les dice: Edificaos sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20).
Hay muchos casos que podemos encontrar en las escrituras del nuevo testamento que nos demuestran que los apóstoles establecieron su doctrina en la palabra revelada a los profetas del antiguo testamento.
Veamos por ejemplo las palabras registradas en la carta a los Efesios acerca de la doctrina de la justificación por fe: Por que por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9).
El apóstol Pablo es mas abundante al tratar esta doctrina en su carta a los romanos. En el capítulo tres y el cuatro, trata este tema, basando esta doctrina en las escrituras del antiguo testamento que hablan de la fe de Abraham.
Otro caso notable es lo relativo a las ofrendas y el sostenimiento económico de los ministros del evangelio.
En la defensa de “los derechos de un apóstol”, que hace ante los creyentes de Éfeso, el apóstol Pablo se basa en las escrituras del antiguo testamento, y las refiere como fuente de autoridad para establecer el derecho de recibir ofrendasPorque en la ley de Moisés esta escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente de nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.” (1 Corintios 9:9,10).
Asi como las escrituras del antiguo testamento fueron la base de la doctrina de los apóstoles; las palabras de los apóstoles y la base de su doctrina deben seguir constituyendo la base de la obra apostólica de nuestro tiempo.

EL LLAMADO APOSTOLICO:
Acerca del llamado ministerial la escritura dice:Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).
En todo ministerio, la base de su autoridad se fundamenta en el llamado.
Nadie puede arrogarse el derecho de ser apóstol sin ser llamado por Dios. Asi que podemos decir: que el llamado es la base principal de la autoridad de un ministerio apostólicoPero surge la dificultad de reconocer quien verdaderamente ha sido llamado y quien no.
La dificultad de reconocer, a quién, Dios ha llamado al ministerio apostólico, no invalida el derecho de ser reconocido como apóstol. Ciertamente, el que haya dificultad para identificar el llamado de apóstol no es la causa principal del que no se acepte el ministerio apostólico en el presente como un ministerio vigente; porque esta misma dificultad plantea todo los otros ministerios (profetas, pastores, maestros y evangelistas). Sin embargo, estos otros ministerios no encuentran la misma dificultad de reconocimiento por parte de la iglesia.
La diferencia radica en la creencia del equivocado concepto de que “el ministerio apostólico de la iglesia desapareció con la muerte de los apóstoles de la iglesia del primer siglo”, y el desconocimiento de la operación de este ministerio en la actualidad.
La iglesia cristiana debe tener sumo cuidado de a quien reconoce; de igual modo, a quien no reconoce; porque si reconoce como apóstol a quien no lo es, la iglesia sufrirá un daño; pero sino reconoce como apóstol a quien sí ha sido llamado, limitará el ministerio al que discrimina, y la iglesia sufrirá la deficiencia de no contar con este poderoso ministerio.
CARACTERISTICAS DEL MINISTERIO APOSTOLICO: 1) UN CARÁCTER CRISTIANO:
La principal característica de un ministro del Señor es su carácter cristiano.
El Señor Jesucristo nos advierte acerca de cómo poder identificar a quienes son genuinamente ministros de Dios y quienes no lo son, usando este principio del carácter. Él dice: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis, ¿A caso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos” (Mateo 7:15-18).
En este texto de las palabras de nuestro Señor Jesucristo y en otros que son palabras de los apóstoles e inspiradas por Dios, (ver hechos 20:29; ROM. 16:17,18; GAL. 6:12,13; 2º Ped. 2:1-3) se nos advierte a cerca de las apariencias exteriores de virtud, y del verdadero carácter interior impío de algunos llamados ministros.
No podemos juzgar correctamente la obra de un ministerio sin detenernos a escudriñar el verdadero carácter y las obras personales del “ministro”
Si el “ministro” no es integro en su vida personal; sino que es deshonesto y falto de las virtudes del carácter de Cristo; su llamamiento muy probablemente no sea verdadero: Porque “un árbol malo no puede dar frutos buenos”
Podemos decir, a la luz del “principio de la integridad”, que un verdadero apóstol de Jesucristo es lleno de las virtudes del Señor, y será, por tanto: Una persona santa, humilde, misericordiosa, recta, justa y afable; no será iracundo, arrogante, ni impuro en ninguno de sus actos, sean estos públicos o privados.
2) UNA PODEROSA UNCIÒN:
La defensa mas importante que se puede hacer a favor de un ministerio apostólico, es aquella que hace la operación del Espíritu Santo a través de la demostración del poder de Dios.
El mismo Señor Jesucristo acude a este principio en defensa de la legitimidad de su obra y de su identidad como enviado de Dios, y dice: “Sino hago las obras de mi padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el padre está en mi, y yo en el padre” (Juan 10:38,39). Acerca de este principio, y en relación con Cristo, las escrituras dicen: “…a cerca de su hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado hijo de Dios con poder, según el Espíritu de Santidad…” (Romanos 1:3,4). Asi que toda vez que alguien decida defender el apostolado, (suyo o de alguien mas) ha de referirse a las obras que mediante el poder del Espíritu Santo han sido hechas en el ministerio.
No es que no se debe usar palabras en la defensa de un apostolado; pues esto sería imposible dado que las palabras son el medio argumentativo; pero el argumento ha de estar dirigido a la evidencia de la operación del poder de Dios mediante el Espíritu. Este principio es el que usa el apóstol Pablo en defensa de su ministerio apostólico ante la iglesia. En la segunda carta o los corintios, desde el capitulo diez hasta la mitad del capitulo doce, hace una abundante defensa de su ministerio.
En esa defensa, el apóstol argumenta sobre todo, la confirmación de su apostolado por las obras poderosas del Espíritu Santo y dice:“…con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” (2 Corintios 12:12).
La operación de la unción poderosa del Espíritu Santo es una señal inequívoca del llamamiento apostólicoCuando nos envía o comisiona con algún fin, también nos capacita con la unción de su Santo Espíritu para que llevemos a cabo nuestra misión con eficacia. Asi que podemos decir que: La unción es el testimonio primordial  de que hemos sido llamados por Dios al ministerio apostólico.
EVIDENCIAS DE LA UNCIÒN APOSTOLICA:
a) Echar fuera demoniosDebemos aclarar que esta señal no es exclusiva de los apóstoles, sino que es parte de las señales que siguen a los que creen en Cristo. Ver Mr. 16:17.
b) Sanidades.
c) Milagros.
3) UNA OBRA MISIONERA:ESTABLECIMIENTO DE “IGLESIAS
El ministerio apostólico se distingue por su pasión por extender el reino de los cielos haciendo obra misionera y estableciendo iglesias. Las iglesias establecidas a través de la obra apostólica han de recibir cobertura ministerial. El ministerio apostólico establece la fe cristiana a los convertidos a través de la predicación del evangelio. Además, agrupa a los nuevos creyentes en una comunidad cristiana a la cual llamamos iglesia.
ESTABLECIMIENTO DE LAS BASES DOCTRINALES:
El ministerio apostólico se encarga de enseñar las doctrinas bíblicas fundamentales a los nuevos creyentes.
Revisemos un caso que registra el libro de los Hechos: Después fue Bernabé a Tarso a buscar a Saulo; y hallándole le trajo a Antioquia. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera ves en Antioquia” (Hechos 11:25, 26).
Si se predica el evangelio de Cristo y no se discipula a los nuevos creyentes, dándoles las bases doctrinales de la fe; la obra misionera no tendrá logros permanentes. El éxito de la expansión de la iglesia del primer siglo se debió en gran parte a la obra apostólica de fundamentar a los nuevos creyentes en las doctrinas de la fe cristiana, es decir: obra apostólica de discipulado.
ESTABLECIMIENTO DE OBREROS EN LAS “NUEVAS IGLESIAS”:
Dado que la formación y cuidado de una iglesia no es posible de lograr en pocos meses, el apóstol ha de establecer obreros que queden a cargo de cuidar la iglesia establecida, ocupándose de las necesidades propias de la iglesia. Estos obreros o pastores del rebaño, son colaboradores leales del ministerio apostólico.
Ellos son personas que estàn bajo la cobertura y autoridad del apóstol.
Estos pastores de la iglesia local han de ser autoridad delegada del ministerio apostólico, y la iglesia debe tener plena conciencia de la autoridad delegada en el a través del apostolado. Pues son estos obreros los que ejecutaran las directrices apostólicas para la iglesia.
Podemos decir, que sin lugar a dudas, el establecimiento de obreros para las iglesias locales es parte vital de la función de “perito arquitecto” del ministerio apostólico.
Es bueno hacer notar que el establecimiento de pastores locales no puede ser un asunto de  criterio personal del apóstol, sino que debe ser establecido por dirección de Dios.
Si se establece pastores sin llamamiento, haciendo uso indebido de la autoridad apostólica; la iglesia no tendrá los importantes beneficios del ministerio pastoral; mas bien tendrá muchos daños.
4) LA EVIDENCIA DE LA OBRA APOSTOLICA EN LA IGLESIA:
La obra de un apóstol puede ser menospreciada por muchas personas y hasta no ser reconocida; pero una cosa que no puede dejar de notarse será la obra en las personas en las cuales ha operado la unción apostólica.
Como hemos venido haciendo a través de este estudio, nos referiremos al ministerio del Apóstol Pablo para examinar el principio de la evidencia en la obra de la iglesia.
Veamos lo dicho en la primera carta a los corintios en defensa a los derechos de un apóstol: “¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soyporque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor” (1Corintios 9:1,2).
Podemos decir, que es deber de los que han sido beneficiados con el ministerio apostólico, de reconocer al apóstol que los ha bendecido. Y además, es derecho del apóstol pedir el reconocimiento de quienes ha ministrado.
No importa cuantos no reconozcan a un apóstol, pero lo que es inaceptable es que aquellos a los que se les a ministrado con la unción apostólica, no reconozcan al ministro a través del cual Dios los ha bendecido de manera evidente; pues “ellos mismos son el sello del apostolado” Asi que cualquier apóstol puede reclamar como el apóstol Pablo, diciendo: Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente soy apóstol; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor"
LA NECESIDAD DEL CONCILIO APOSTOLICO.
Finalizaremos el estudio de este terma diciendo que:
El contexto actual en que se desarrolla el ministerio apostólico, no es el conveniente.
Lo anterior es cierto debido a que no existe un medio o herramienta que mantenga sano el ejercicio del ministerio apostólico; que sí lo hubo en la iglesia del primer siglo.
Cabe destacar, que aún habiendo en el pasado el medio o herramienta para mantener sano el ejercicio ministerial; hubo muchos problemas en relación al mal uso del ministerio. La herramienta a la que nos referimos es “el concilio apostólico” (Hechos 15).
En este tiempo no contamos con dicha herramienta, siendo la razón principal la diversidad de “misiones” y “denominaciones” cristianas. Tal diversidad hace imposible el establecimiento de un concilio apostólico. Lo cual nos deja en una posición muy difícil para poder corregir el mal uso de la autoridad ministerial, o los yerros en que algunos ministerios apostólicos tienden a caer. Con todo y que esa deficiencia es importante, aun así, el ministerio apostólico debe ser reivindicado en este tiempo para beneficio de la obra de la iglesia de Cristo.




(Escrito por: William Tercero M.)

martes, 21 de diciembre de 2010

El Ministerio Evangelístico.

EL MINISTERIO EVANGELISTA.
La primera cosa que haremos al estudiar este tema, es ver el significado de la palabra “evangelista”.
Evangelista significa: “Uno que anuncia las buenas nuevas de salvación”.
Por tanto, el ministerio evangelista esta dedicado a predicar el mensaje de salvación permanentemente.
EL LLAMAMIENTO: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.”(Efesios 4:11-16).
En todo ministerio, la base de su autoridad se fundamenta en el llamado.
Nadie puede arrogarse el derecho de ser evangelista sin ser llamado por Dios. (Esto no quiere decir que nadie mas puede evangelizar) Asi que podemos decir: que el llamado es la base principal de la autoridad de un ministerio evangelìstico.
La iglesia no puede establecer evangelistas sin tener en cuenta el llamado de Dios. La obligación de la iglesia es identificar quien ha sido llamado. Y al reconocer el llamado en una persona debe estimularla hacia el ministerio.
Dado que la iglesia no puede dotar de autoridad a un ministro; el ministro que sea establecido por ella, sin ser llamado por Dios, carecerá de autoridad que le ayude a cumplir y desarrollar su ministerio con poder y eficacia.
Pero si Dios es quien llama y establece, entonces el ministro tendrá la unción para desarrollar su ministerio con poder del Espíritu.
EL EVANGELISMO ES LA PUNTA DE LANZA DE LA OBRA DE LA IGLESIA:
Al comenzar el estudio de los ministerios de la iglesia, hablamos de la misión de la iglesia, y dijimos que la iglesia tiene la misión de alcanzar al mundo con el evangelio del reino.
Es precisamente en esta misión, donde el ministerio evangelìstico encuentra su propósito o razón de ser.
En el presente hay una alarmante escasez de este ministerio en la iglesia. Y digo alarmante; porque si no hay verdaderos evangelistas, entonces la iglesia no tiene la eficacia de cumplir una de sus mas importantes tareas: Alcanzar al mundo con el evangelio del reino:Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fura demonios; hablaran nuevas lenguas; tomaran en sus manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanaran”(Marcos 16:15-18).
El establecimiento de la iglesia en cualquier lugar comienza con la predicación del evangelio. Por eso decimos que el ministerio evangelìstico es la punta de lanza de la iglesia.
EL MINISTERIO EVANGELISTICO NUTRE Y SOSTIENE LA IGLESIA:
No podemos descuidar el ministerio evangelìstico, pues es una misión sagrada que nos fue encomendada por nuestro Señor Jesucristo
En verdad, el ministerio evangelista es mas que la punta de lanza de la obra de la iglesia; el ministerio evangelista es parte  vital de la vida de la iglesia; pues la iglesia se nutre con los frutos de la obra de este ministerio.
Asi que no exageramos cuando decimos que la iglesia es nutrida por los frutos del evangelismo y que, inclusive, subsiste por la labor del ministerio evangelistico. Lo explicaremos de esta manera: Si la evangelización no se lleva a cabo; no habría nuevos creyentes; sin nuevos creyentes la iglesia desaparecería. Porque el crecimiento de la iglesia se haya en los nuevos convertidos.
Ciertamente los hijos de los creyentes influyen en el crecimiento de la iglesia. Pero tenemos que considerar algunas tristes realidades como por ejemplo: Algunos hijos de cristianos abandonan la fe; las familias son cada ves menos numerosas etc. Pero podríamos preguntarnos ¿Es que acaso la evangelización recae exclusivamente sobre los evangelistas? Enfáticamente tenemos que decir que NO.

La iglesia toda debe estar abocada a la evangelización como una responsabilidad individual y colectivaPero debemos entender que un creyente sin el don ministerial de evangelista, no tendrá las herramientas poderosas del ministerio evangelistico.
CARACTRISTICAS DEL MINISTRIO EVANGELISTICO:
Todo ministerio en la obra del Señor tiene características que lo definen. Las siguientes son algunas características del ministerio evangelistico.
1) UNA FUERTE PASIÒN POR LOS PERDIDOS:
En el corazón de todo evangelista late poderosamente la pasión por anunciar el mensaje de salvación a toda criatura.
El evangelista siente especial interés por los perdidos, él no esta interesado en predicarle a la iglesia, y si un día predica en un templo; él estará enfocado en ver cuantos invitados no creyentes hay en ese lugar y en cuantos van a recibir al Señor Jesucristo como su salvador. Y aunque haya miles de creyentes en el templo; el evangelista no estará contento de predicar en un lugar donde nadie responda al llamado de salvación.
En el presente hay una tendencia que no satisface el propósito del ministerio evangelistico. Esta tendencia es la de predicar día tras día a través de la “radio cristiana” y “la televisión cristiana” donde la gran mayoría de los tele oyentes son cristianos y una minoría son inconversos. Esta práctica subutiliza el poder del ministerio evangelistico
Si queremos resultados mayores en la evangelización a través del ministerio evangelista, debemos utilizar los medios de comunicación que estàn dirigidos a la gran población de inconversos. De ningún modo podemos desechar los medios de comunicación masiva, sino que debemos aprovecharlos al máximo y con la mayor eficacia posible. Es importante también notar que la evangelización a través de medios de comunicación cristianos, produce un problema de movilidad de creyentes (esto porque esos medios tienen como receptores a creyentes) de iglesias pequeñas a iglesias grandes. Esa movilidad es negativa en muchos aspectos:
1) Da una falsa impresión de crecimiento; porque la mayoría de personas que aumentan la membresía de esas iglesias en realidad no son nuevos creyentes; sino desplazados de otras iglesias.
2) Distrae de su verdadero propósito al ministerio evangelistico, que es la predicación al inconverso.
3) Desestabiliza el trabajo y desarrollo de las iglesias locales de donde emigran esos creyentes, por cuanto le quita recursos humanos y materiales.
De los hechos mencionados, el mas dañino es el primero, dado que al distraerse la iglesia con esa falso crecimiento, deja de cumplir su principal misión: Alcanzar al no convertido.
Todo ministerio evangelìstico debe enfocar esa importante pasión hacia los perdidos que son su razón de ser.
2) UNA PODEROSA UNCIÒN:
Todo ministro del Señor (sobre todo los apóstoles profetas y evangelistas) tiene por testimonio divino la operación del poder de Dios que confirma ante el mundo su misión.
La operación de ese poder del Espíritu al que llamamos unción, es la forma en que Dios hace notoria la obra del evangelista a los ojos de la gente para llamar su atención.
En el nuevo testamento tenemos el ejemplo del ministerio evangelistico de Felipe: Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.” (Hechos 8:5,6).
Como podemos ver, el poder de Dios era manifiesto de forma abundante a través del ministerio de Felipe, lo cual le daba notoriedad a su ministerio; pero el poder de Dios sobre Felipe, hacía algo mas que darle notoriedad; hacía que la gente escuchara con mucha atención a la predicación del evangelista.
La Biblia dice que toda la gente escuchaba a Felipe con una misma actitud (“unánimes”) de atención a sus palabras. Y no es que la gente de samaria fuera muy atenta y respetuosa con el predicador, sino que había una poderosa razón por la cual su atención estaba cautiva por las palabras del evangelista: Las señales que hacia era esa poderosa forma de capturar la atención de todos. Nótese lo que dice la Biblia: “oyendo y viendo las señales que hacía”
En la elección de los diáconos vemos las características que los apóstoles pidieron que debían tener los que fueran elegidos por la iglesia con ese propósito, y luego que el Señor lleva a Felipe a desempeñar el ministerio evangelistico, vemos que esas virtudes: ser lleno de fe y del Espíritu Santo, lo llevaron a desempeñar su ministerio con eficacia.
Otro ejemplo claro de la poderosa unción de un evangelista la vemos en Bernabé.
Aunque la principal función de Bernabé era la de apóstol, sin embargo vamos a ver su obra evangelistica (reacuérdese que el ministerio apostólico manifiesta todos los dones ministeriales) que registra el libro de los Hechos de los apóstoles: Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor” (Hechos 11:24).
La escritura no dice que en la predicación de Bernabé se hicieran gran cantidad de señales; pero es fácil deducir que la operación poderosa del Espíritu Santo estuvo presente con Bernabé. Eso lo podemos ver en el énfasis que las escrituras hacen en relación a que Bernabé era un varón lleno del Espíritu Santo y de fe; las mismas características de el evangelista Felipe. Fue precisamente esa unción poderosa en Bernabé que lo llevó a cosechar los grandes resultados que refiere el libro de Los Hechos.
Como vemos, una poderosa unción es característica fundamental de un evangelista con ministerio; sin embargo, aquellos que predican el mensaje de salvación sin manifestar esa unción, no deben desanimarse en su tarea; mas bien deben pedir al Señor que los dote con esa unción, y si no ocurriera, deben seguir predicando el evangelio de la salvación; porque todos los creyentes estamos llamados a predicar el evangelio, aunque no todos debamos ser llamados evangelistas.
LOS MINISTERIOS DE LA IGLESIA SON COMPLEMENTARIOS:
Esta verdad nos debe llevar a apreciar todos los ministerios. No debemos discriminar a un ministerio en relación con otro; porque ningún ministerio es inferior a otro; solo son diferentes entre si, y todos son parte vital de un cuerpo: La iglesia.
Para poder entender mejor la importancia de esta verdad haremos una comparación: El cuerpo humano y sus sistemas vitales: Sistema nervioso; Sistema circulatorio; Sistema digestivo; Sistema respiratorio y Sistema óseo.
No podemos decir que el cuerpo humano no necesita a uno de estos vitales Sistemas. Si uno solo de ellos fallara o faltara; el cuerpo en general sufriría una perdida fatal para su correcto funcionamiento y afectaría a todo el cuerpo. De la misma manera, la iglesia que es el cuerpo de Cristo, necesita a todos los ministerios funcionando en complemento el uno con el otro.
Como los sistemas vitales del cuerpo humano lo capacitan para ejercer una gran cantidad de tareas pequeñas y tareas monumentales que nos dejan admirados; de igual modo, los Ministerios de la iglesia la capacitan para ejercer esas importantísimas tareas que Dios determino para ellaVeamos lo que dicen las sagradas escrituras: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).
Y de la misma manera que los sistemas vitales del cuerpo humano lo nutren, lo desarrollan y lo capacitan para la acción; así mismo, los Ministerios de la iglesia la nutren, la desarrollan y la capacitan para alcanzar su propósito con eficaciaVeamos un caso de la complementación ministerial en relación a la obra del ministerio evangelistico: Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquia. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron amucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera ves en Antioquia. En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquia. Y levantándose uno de ellos llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada, la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea;  lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.” (Hechos 11:24-30).
Aquí en estos pasajes de la escritura podemos ver como trabajaron los ministerios de forma complementaria:
Bernabé hizo obra evangelistica; luego llamó a Pablo y juntos ejercieron el ministerio de maestros y apóstoles; luego llegaron profetas y los apóstoles pastorearon la iglesia, con la ayuda, muy probablemente, de pastores locales. Y el resultado fue poderoso en beneficio de la iglesia y en el impacto que produjo en la gente de su entorno; llegándolos a reconocer y denominar respetuosamente como una comunidad de discípulos de Cristo: “Y a los discípulos se les llamó cristianos por primera ves en Antioquia”.
El ministerio evangelistico es un ministerio poderoso en la iglesia; pero carece de la capacidad para enseñar, pastorear y establecer bases que den sustento y orden a la iglesia; por tanto la obra evangelistica de este ministerio, ha de estar acuerpada o Complementada por un ministerio Apostólico.
LOS DONES COMPLEMENTARIOS DEL MINISTERIO EVANGELISTICO:
a) Don de exorcismo. (Hechos 8:7) b) Don de sanidad. (Hechos 8:7) c) Don de milagros. (Hechos 8:7)
Sin la operación de los dones antes mencionados, no hay eficacia en el ejercicio de la evangelización.
Para que el ministerio evangelistico sea poderoso y efectivo, y sea considerado “ministerio” ha de estar equipado con los dones antes mencionados.
En el pasado, Dios ha levantado poderosos Ministerios evangelisticos que han traído poder, gozo, avivamiento y gran cosecha. Ministerio tales como: Bily  Graham. T. L. Osborn. Jimmy Suagert. Benny Hinn. Carlos Anacondia. Todos estos poderosos ministerios evangelisticos han producido un gran impacto en el mundo; pero debemos reconocer con tristeza que algunos han desaparecido y otros están envejeciendo, sin que se proyecte alguien mas en lugar de los que van desapareciendo.
No podemos ignorar, sin embargo, que la iglesia de Cristo esta implementando importantes métodos de evangelización alrededor del mundo que estàn trayendo crecimiento a la iglesia.
Estos métodos han venido a cumplir una importante misión en relación del involucramiento de cada miembro de la iglesia en la predicación del evangelio.
El propósito de todos esos métodos de evangelización, tienen como meta el crecimiento de la iglesia. La idea básica de esta evangelización es: “Cada miembro de la iglesia es un potencial evangelista” Y pretende que cada creyente gane a otro para Cristo (cada uno gana uno) Y que se reproduzca cuantas veces sea posible.
Tal idea es plenamente consecuente con nuestra comisión dada por el Señor a la iglesia de “ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda pretura” Y sin lugar a dudas, es una idea correcta.
Lo que no es correcto es que la iglesia descuide el que hayan evangelistas “ministeriales”o dicho de otra manera: ministerios evangelísticos. Porque debe saberse que los ministerios evangelisticos son una constitución permanente de Dios en la iglesia – “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).
La iglesia debe seguir haciendo la importantísima labor de evangelización personal, pero a la par, ha de buscar que los ministerios evangelisticos, en su concepción neotestamentaria, se levanten y se mantengan vigente en el desarrollo de la iglesia. Porque debemos notar un importante hecho acerca del ministerio evangelistico, en relación con la evangelización personal: Mientras en la evangelización personal, uno gana uno; el evangelista, gana muchos a la vez.
Podemos decir entonces, que el ministerio evangelistico tiene la virtud de multiplicar la iglesia de una manera acelerada. En nuestro interés de alcanzar al mundo con la predicación del evangelio, no podemos darnos el “lujo” de perder o desaprovechar el importantísimo don ministerial de evangelismo. Entendiendo además, que el ministerio evangelistico es un diseño permanente de Dios en la iglesia. Esa verdad se deduce con claridad en la palabra “hasta” usada en Efesios cuatro, que habla de duración en el tiempo. Esa palabra “hasta” unida a otra palabra “que” la cual apunta al  cumplimiento de un evento: (“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”)  determinan la vigencia y culminación del ministerio evangelistico: Hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Hay que aprovechar todas las oportunidades para el crecimiento de la iglesia. En ese sentido, la iglesia tiene un panorama alentador en el presente con el florecimiento de una gran cantidad de métodos de evangelización, que han demostrado una eficacia importante. Suramérica es caso destacado del crecimiento de la iglesia a través de la “celurizaciòn” y “cada uno gana uno” y en Centroamérica se esta poniendo en marcha los “grupos familiares”  y “grupos de crecimiento”.
Todo esto ha traído un importante crecimiento a la iglesia. No obstante, la iglesia debe seguir poniendo en acción el ministerio evangelistico porque este tiene elementos de gran valor (dones complementarios del evangelismo) que testifican de la poderosa y sobrenatural presencia de Dios en la iglesia.

Si unimos la evangelización personal (laicos; cada miembro) y la evangelización ministerial: La iglesia experimentará su más grande crecimiento en todos los tiemposAsi cumpliremos el propósito de la gran comisión.
Volvamos a encender la llama de la evangelización en el mundo: Anhelemos y pidamos a Dios que levante poderosos ministerios evangelisticos en su iglesia. Que levante ministerios poderosos que traigan expectación al mundo ante el poder de Dios manifiesto en señales y milagros; que traigan gozo a los pueblos y ciudades con las sanidades de sus habitantes y que hagan creíble el mensaje del evangelio del reino.

(Escrito por: William Tercero M.).

El Ministerio Profético.



EL MINISTERIO PROFETICO.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.
A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado unido entre si por las coyunturas que se ayudan mudamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para irse edificando en amor.” (Efesios 4:11-16).

En todo ministerio, la base de su autoridad se fundamenta en el llamadoNadie puede arrogarse el derecho de ser llamado profeta, sin ser llamado por Dios. Asi que podemos decir: que el llamado es la base principal de la autoridad de un ministerio profético.
Para poder entender “el ministerio profético”, lo primero que haremos será definir la palabra “profeta”
El vocablo usado originalmente para designar a un profeta es nabì Este término proviene del hebreo y significa: “Anunciar” o “proclamar”. Entonces, derivado del significado de la palabra profeta, podemos decir que profetizar es proclamar la palabra de Dios. Y cuando hablamos de proclamar la palabra de Dios, no nos estamos refiriendo a predicar la palabra que está escrita en la Biblia, sino que nos estamos refiriendo a una palabra recibida en nuestro tiempo. Esta palabra proclamada, puede referirse a palabras de Dios anunciadas y registradas en las sagradas escrituras, o tratarse de un asunto totalmente nuevo, pero concordante con los principios de la palabra escrita (la biblia). Ahora bien, hay delineamientos para el ministerio profético en la iglesia. No se puede ejercer el ministerio profético fuera de la guianza de Dios. El profeta ha de estar plenamente conectado con el que hacer del Espíritu de Dios en la iglesia. Dicho de otro modo: El profeta es un vocero del Espíritu; de esa voz actual y viva que Dios esta hablando a su pueblo en este tiempo.

El ministerio profético es de vital importancia
A través de los siglos, el ministerio profético ha ejercido una labor valiosísima en la obra de Dios. Y en nuestro tiempo, debe tener una influencia poderosa en la vida de la iglesia, y en la relación de ésta con el mundo natural (las personas no creyentes) y con el mundo espiritual (las fuerzas del aire).
Con el objetivo de entender el ministerio profético, vamos a ver a continuación, algunos principios y consideraciones importantes a cerca de este poderoso ministerio de la iglesia.

1) LA PALABRA VENIDA ATRAVES DEL MINISTERIO PROFETICO ES UNA LUZ EN TIEMPOS DE OSCURIDAD.
El apóstol Pedro nos habla de esta poderosa verdad del ministerio profético. Él dice: Tenemos también la palabra profética mas segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones…” (2 Pedro 1:19). La palabra profética a la que se refiere el apóstol Pedro es la biblia, la cual tiene por objetivo mantener a los creyentes dentro de la voluntad de Dios; haciendo que el pueblo tenga entendimiento claro de cual es la doctrina de Dios y cuales son palabra o doctrinas de apostatas y profetas falsos. El apóstol Pedro define esta palabra profética como “la más segura”, y en razón de esa seguridad, la compara a una antorcha que alumbra en lugar oscuro”. Y es en virtud de esa cualidad de palabra profética segura, que recomienda a los creyentes a estar atentos a ella. Cabe hacer notar, que “la palabra profética mas seguraa la que se refiere el apóstol Pedro, no es a las profecías de los profetas de la iglesia contemporánea; sino ala palabra dada por Dios a través del ejercicio profético del antiguo testamento. Sin embargo, la aclaración anterior no invalida a las profecías del nuevo testamento, que ciertamente son para los creyentes de hoy “una antorcha que brilla en lugar oscuro”. De igual modo, las profecías del que hacer profético de hoy, lo serán para los creyentes de las futuras generaciones; Siempre y cuando, dichas profecías sean autenticas profecías venidas del Dios verdadero.

2) LA OBRA FISCALIZADORA DE LA IGLESIA DEL EJERCICIO PROFÈTICO:
Hay otra advertencia que nos hace el apóstol en relación a la palabra profética de las escrituras, la cual es: Entendiendo primero esto: que ninguna de las profecías de la escritura es de interpretación privada(2 Pedro 1:20). Lo anterior, nos lleva a entender que ningún ministerio profético puede atribuirse la exclusividad de la verdad. Esta declaración constituye uno de los fundamentos mas importantes del ejercicio profético. Esto, por cuanto el profeta debe hablar en nombre de Dios, y es necesario que el profeta o el ministerio profético, tenga unidad con la iglesia y los fundamentos doctrinales bíblicos de la iglesia.
La participación de la iglesia frente al ejercicio profético, va mucho mas allá de beneficiarse con la ministraciòn profética; la iglesia ha de constituirse en fiscalizadora del ejercicio profético. Sin embargo, cuando hablamos de que la iglesia debe fiscalizar el ejercicio profético, no nos estamos refiriendo a una dogmatizaciòn del ejercicio profético, sino a que la iglesia debe procurar que el ejercicio profético se de dentro de cierto orden. Si la iglesia no cumple esta valiosa función en el ministerio profético, puede ocurrir que los beneficios del ministerio profético no sean los que el Señor ha determinado, y que los incrédulos que entren en contacto con la iglesia, no reciban la bendición que el ejercicio profético les puede traer. Y debe recordarse que cuando la iglesia se ocupa de poner en práctica el ministerio profético, da un poderoso testimonio al no creyente y los nuevos en la fe, de la presencia de Dios en medio de ella. Léase lo dicho por el apóstol Pablo a los corintios: Pero si todos profetizan, y entra un incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto;  y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que ciertamente Dios está entre vosotros.” (1Corintios 14:24,25).
Además, la iglesia debe juzgar las profecías, y procurar que se den en un marco de claridad para el oyente. Veamos lo que dice la palabra del Señor en ese sentido: “Asi, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. Y los espíritus de los profetas estàn sujetos a los profetas; pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.” (1Corintios 14:29-33).
Como podemos deducir, en concordancia con Las Escrituras, el ministerio profético no puede ejercerse como un ministerio independiente de la iglesia; pues ésta le da aval a su legítimo desempeño.

3) LA PALABRA PROFETICA PROVIENE DE LA VOLUNTAD DE DIOS:
Este principio es de suma importancia en el ejercicio del ministerio profético. Si no tomamos en cuenta este importantísimo principio, podemos ser victimas de los muchos yerros que se dan en el movimiento profético.
Aunque ciertamente el apóstol Pedro define las profecías como “la palabra profética más segura”hace una advertencia, a la cual ya nos referimos anteriormente, y la que ampliaremos a continuación: Entendiendo primera mente esto, que ninguna profecía de la escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” (1Pedro 1:20,21).
A través de todos los tiempos ha existido el grave problema de los falsos profetas, y por ende, de las falsas profecías. Hay muchas causas del porqué de las falsas profecías, sin embargo, vamos a referirnos a una en especial: La mediación de la voluntad humana.
El apóstol Pedro, a la ves de advertirnos de que la interpretación de las profecías no es de dominio privado, nos dice en su advertencia que: Nunca la profecía fue traída por voluntad humanaLa mediación de la voluntad humana es un peligro con el que corren los verdaderos profetas, y es por eso que, tanto los profetas, como la iglesia en general, deben tener sumo cuidado de los sentimentalismos y los intereses puramente humanos a la hora de ejercer el ministerio profético.
En el presente hay una tendencia peligrosa en ese sentido: Se invita a profetas y a ministerios proféticos con la expectativa de oír y ver en acción el ministerio profético, sin tener en cuente si Dios esta queriendo enviar una palabra en ese tiempo especifico. Lo cual pone al/o los profetas en una situación difícil, en la que, frente a las expectativas de la gente, se encuentra mucho mas tentado a hablar de su propio pensamiento y no de la palabra profética; que no puede ser traída por voluntad humanaFrente a esas circunstancias, se hace altamente necesario que el profeta tenga una fuerte integridad como ministro; como siervo de Dios, para poder honrarlo a EL; cuidando de no decir palabras que Dios no haya puesto en su boca.

      4) LA INTEGRIDAD DEL MINISTRO: La principal característica de un ministro del Señor es su carácter cristiano.
El Señor Jesucristo nos advierte acerca de cómo poder identificar a quienes son genuina mente ministros de Dios, y a quienes no lo son, usando este principio del carácter. Él dice: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapacesPor sus frutos los conoceréis, ¿A caso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malosNo puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos (Mateo 7:15-18)En este texto de las palabras de nuestro Señor Jesucristo, y en otros mas, (ver hechos 20:29; Rom. 16:17,18; GAL. 6:12,13; 2º Ped. 2:1-3) se nos advierte a cerca de las apariencias exteriores de virtud y del verdadero carácter interior impío de algunos llamados ministros.
No podemos juzgar correctamente la obra de un ministerio, sin detenernos a escudriñar el verdadero carácter y las obras personales del “ministro” Si el “ministro” no es integro en su vida personal; sino que es deshonesto y falto de las virtudes del carácter de Cristo; su llamamiento muy probablemente no sea verdadero; porque “un árbol malo no puede dar frutos buenos

Podemos decir pues, a la luz del “principio de la integridad”, que: Un verdadero profeta de Jesucristo es lleno de las virtudes del Señor, y será, por tanto: una persona santa, humilde, misericordiosa, recta, justa y afable; no será iracundo, arrogante, ni impuro en ninguno de sus actos, sean estos públicos o privados.
Con la anterior declaración  no queremos decir que un ministro del Señor no puede pecar, o que al pecar invalida toda su obra ministerial. La palabra del Señor (La Biblia) registra el pecado de verdaderos siervos del Señor sin que esto desautorice su obra. Sin embargo, ha de aclararse que el pecado de dichos servidores del Señor no es el carácter habitual de sus vidas; es mas bien una excepción. Aun así, es de suma importancia que la iglesia conozca a ciencia cierta quien es el profeta como persona, a fin de poder aceptar y juzgar adecuadamente el ministerio de dicho profeta.

CARACTERISTICAS DEL MINISTERIO PROFETICO:
La iglesia ha de tener en cuenta algunas características del ministerio profético, tales como:
a) EL PROFETA TIENE UNA ESTRECHA COMUNION CON DIOS:
Todo aquel que ejerce el ministerio profético debe tener una comunión intima con el Señor. La comunión espiritual entre el profeta y Dios  es una característica importante de su ministerio. Solo aquellos que están en el “secreto del Señor” podrán escuchar lo que el Señor esta diciendo. (Refiérase a Jeremías 23:18,22).
En el antiguo testamento se registra esta importantísima característica de un profeta en las palabras del profeta Isaías que dice: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.” (1Reyes 17:1). Esta misma característica la tuvieron todos los profetas del antiguo testamento.

Con el llamamiento viene también la obligación que tiene el profeta delante de Dios de tener comunión con él y permanecer en “el secreto de Dios” Veamos lo que Dios le dice a Abraham cuando lo llama: le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios todopoderoso, anda delante de mi y sé perfecto.” (Génesis 17:1).
Ahora veamos una profecía de Abraham, donde él mismo hace mención a esta característica de la comunión con Dios: Entonces el me respondió, Jehová, en cuya presencia he andado, enviará a su ángel con tigo, y prosperara tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre (Génesis 24:40).
Otra referencia de este mismo tema la encontramos en las profecías de Jacob cuando bendijo a sus hijos y nietos: Y bendijo Jacob a José diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que mantiene desde que yo soy hasta este día…” (Génesis 48:15).
Como hemos podido ver a través de los textos antes mencionados, un profeta u hombre de Dios, tiene constante comunión con Dios. Es precisamente este hecho el que lo capacita para oír las palabras de Dios, y de esa forma poder profetizar.


b) LA PALABRA PROFETICA VERDADERA SE CUMPLE:
Toda palabra profética que sea verdadera tiene un cumplimiento.
Esta característica del cumplimiento es un hecho infaltable en la profecía, sobre todo en las profecías de prosperidad. Cuando en el antiguo testamento se registra que hubo una proliferación de las falsas profecías, Dios determinó que uno de sus profetas pusiera en evidencia a los falsos profetas a través de esta característica de la palabra profética: Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y pestilencia contra muchas tierras y grandes reinos. El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió (Jeremías 28:8,9).
Esta no es una regla antojadiza; ya que Dios mismo la estableció.
El profeta Jeremías no habla de su propio pensamiento cuando se refiere a este principio infaltable en la profecía, sino que se esta refiriendo a una base establecida por Dios en el libro de Deuteronomio. Veamos:
El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le he mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la hablo el tal profeta; no tengáis temor de él.” (Deuteronomio 18:20-22).


c) LA DIGNIDAD DEL PROFETA DETERMINA LA RECOMPENSA DE LOS QUE LO RECIBEN:
Debemos de ser sumamente cuidadosos respecto de las profecías, y saber que es importante lo que aceptamos como profecía verdadera; o lo que desechamos como falsa. Porque si aceptamos una falsa profecía, podríamos sufrir grandes daños; porque aceptar al profeta y sus profecías nos hace merecedores de la recompensa del profeta. Y esta recompensa puede ser muy buena, o muy negativa. Asi lo dice la palabra de Dios. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. (Mateo 10:41). Podemos decir, entonces, que de acuerdo a la dignidad del profeta así recibirá su recompensa; y siendo un profeta falso recibirá  castigo; y los que lo reciban tendrán la misma recompensa.
Nótese las palabras del profeta Jeremías a los profetas falsos de su tiempo y al pueblo que los recibió:
Por tanto así ha dicho Jehová sobre los profetas que hablan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en esta tierra; con espada y con hambre serán consumidos esos profetas.
Y el pueblo al que profetizan será echado en las calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no habrá quien los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad. (Jeremías 14:15,16). 
Podemos ver claramente por las escrituras, que los falsos profetas fueron castigados con hambre y espada; Y de la misma manera fueron castigados los que les creyeron; porque: el que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá Pero no debemos rechazar las profecías verdaderas y a los verdaderos profetas, porque la recompensa de recibir a un verdadero profeta es de acuerdo a su dignidad. Veamos lo dicho en la palabra de Dios: Josafat, estando en pie dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados (2 Crónicas 20:20).


d) LOS DESEOS DEL CORAZÒN Y LA PROFECIA:
Desde siempre ha habido una tendencia que ha hecho desvariar a muchos profetas: No hablar de las palabras “duras” de Dios.
Normalmente a la gente no le gusta que le señalen directamente y con firmeza sus pecados y su rebeldía; por el contrario, le gusta que les digan cosas bonitas y que los endulcen con palabras mentirosas que hablen de las vanidades en las que anda su corazón. Esto seduce tanto al profeta como al pueblo. Por cuanto a algunos profetas no les gusta el rechazo de la gente cuando tienen que decir una palabra fuerte. Por tanto, debemos tener cuidado cuando veamos a un profeta que solo habla de prosperidad y de bendición, y que nunca parece tener una profecía que exhorte al pueblo a dejar su pecado y su vanidad. Pero no solo debemos tener cuidado de los profetas y sus profecías; debemos tener aun mas cuidado de nosotros mismos; porque casi siempre somos seducidos por nuestros propios deseos vanos o insanos.
Muchas veces cuando somos engañados por una profecía falsa, no somos engañados por la profecía realmente, sino por nuestro corazón, que no desea oír verdaderamente la palabra de Dios, sino lo que deseamos nosotros mismos. Y la profecía falsa lo que hace es estimular nuestros propios deseos. Si una profecía te habla de prosperidad y bendición, pero tu andas en lujuria, avaricia, codicia, impureza sexual o cualquiera otra inmundicia; la profecía, muy probablemente será falsa; porque Dios esta interesado primeramente en tu integridad moral y espiritual, antes que en tu prosperidad material. (Lea Mateo 6:33). Además debemos saber que la bendición y la prosperidad material tiene principios tales como:
 1“La prosperidad del alma es la base de la prosperidad material” (3: Juan 1:2)
2 “Dios honra a los que le honran
3 “Ocuparse prioritariamente de las cosas de Dios” (Mateo 6:33).


e) LA IMPORTANCIA DE LA AUTENTICIDAD:
Como hemos podido notar a través de lo visto hasta aquí, hay que tener cuidado para poder identificar las profecías verdaderas y a los falsos profetas.
El por qué de la importancia de saber cuando un profeta y su profecía son auténticos, radica en la posibilidad de lo que se recibe al creer o desechar las profecías; Si crees una profecía falsa tendrás muchos daños y hasta maldición; pero si no crees una verdadera profecía, perderás la seguridad de la dirección de Dios y la prosperidad que Dios quiere traer sobre ti. Preguntémonos: Si tuviéramos un gran negocio que realizar, donde estén involucrados una gran cantidad de dinero: ¿Seríamos descuidados con lo que estamos comprando? Yo pienso que seríamos muy cuidadosos con la autenticidad u originalidad del producto en transacción. En relación a la profecía, el asunto es todavía mas critico; porque los daños pueden ser mucho mayores que la perdida económica de un mal negocio.
Veamos las palabras ya referidas en el punto anterior: “…Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalem. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados,” (2Crònicas 20:20). Como podemos ver, es muy importante que podamos estar atentos a la palabra profética, porque podría traernos grandes beneficios, sin embargo, debemos discernir las profecías.
Ciertamente no hay mayor testimonio de que las profecías son autenticas que el cumplimiento mismo de las profecías. Mucho se puede decir o alegar acerca de si una profecía es falsa o verdadera; pero el fin de toda duda o presunción de verdad, viene con el cumplimiento de la profecía en cuestión. Y de igual manera ocurre con los profetas; pues el cumplimiento de sus profecías es el testimonio más elocuente de que es un verdadero profeta.


DONES COMPLEMENTARIOS DEL MINISTERIO PROFETICO: (No todo el que profetiza tiene un ministerio profético).
El ministerio profético, para ser reconocido como tal, ha de tener otros elementos operando juntamente con la profecía. Dichos elementos a los que nos referimos son los dones espirituales.
Los dones espirituales que operan juntamente con la profecía, ayudando a conformar el ministerio profético son:
Palabra de sabiduría.
Palabra de ciencia.
Discernimiento de espíritus.
Don de sanidad.
Don de milagros.
Puede que en un ministerio profético no estén todos estos dones, pero sí lo estarán la mayoría de ellos.


EL PROPÓSITO DE LAS PROFECÌAS:
El ministerio profético ha sido de gran importancia en la iglesia y en toda la obra de Dios a través de todos los tiempos. Es precisamente a través del ministerio profético que Dios ha establecido su palabra, y de esta manera nos ha hecho conocer su voluntad y propósitos eternos.
A continuación vamos a ver los propósitos más importantes de la profecía.


1) DIOS PROVEE DE GUIANZA ATRAVES DEL MINISTERIO PROFETICO:
A cerca de este punto solo haremos una breve mención, dado que al comienzo de este tema ya nos referimos a el.
Las profecías han sido un medio a través del cual Dios ha guiado a su pueblo. El apóstol Pedro nos refiere de forma clara esta importante verdad. El dice: Tenemos también la palabra profética mas segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro…” (2 Pedro 1:19).
Debemos aclarar que la guianza de la que hablamos, no es una guianza individual, sino colectiva. Lo que quiere decir que el ministerio profético no existe para que las personas le consulten acerca de la voluntad de Dios; la guianza que trae la palabra profética es para el pueblo de un modo colectivo, y esta guianza será para conducirles a los propósitos de Dios.
Si como individuos queremos la guianza del Señor, debemos acudir a la oración y a la búsqueda de una respuesta del Espíritu Santo, sabiendo que a cada creyente verdadero le fue dado el Espíritu del Señor para ser guiado a toda verdad.

Aunque los miembros individuales de la iglesia tienen al Espíritu Santo, la iglesia como un cuerpo no es guiada desde el interior de cada individuo, sino a través de los ministros del Señor Jesucristo en la iglesia; es el mismo Espíritu pero operando a través de los dones ministeriales: Apóstol, Profeta, Evangelista, Pastor y Maestro.


2) LA PROFECIA EDIFICA: (1 Corintios 14:3).
La iglesia tiene en el ministerio profético uno de sus mas valiosos recursos. No podemos descuidar ni menospreciar este ministerio, porque de hacerlo, perderíamos gran parte de la provisión de Dios para nuestra edificación. Además, esta característica es un principio que nos ayuda a reconocer las profecías verdaderas. Asi que podemos decir que: Si una profecía no trae edificación a la iglesia o al creyente individualmente, de acuerdo al plan de Dios; dicha profecía es falsa.
Cuando hablamos de que la profecía edifica, no nos estamos refiriendo al hecho de sentirnos bien, sino mas bien, a que la profecía tiene como fin producir en nosotros el crecimiento espiritual y hacernos vivir en la voluntad de Dios.


3) LA PROFECIA EXHORTA(1 Corintios 14:3)
Esta es una de las funciones mas importante de las profecías, dado que por causa de nuestra naturaleza pecaminosa siempre estamos tentados a desviarnos del camino de la voluntad de Dios. Por ello, se hace imprescindible el ministerio profético.
En el pasado el ejercicio del ministerio profético desempeñó una función destacada en la exhortación del pueblo de Dios. Esto, sin embargo, le trajo a los profetas una gran hostilidad y rechazo; llegando inclusive a matar a muchos de ellos. Por tanto, el profeta necesita gran valor para cumplir esta parte de su misión.
En este tiempo las corrientes filosóficas y religiosas han tomado diversidad de matices que resultan muy difíciles de detectar por la sutileza con que el enemigo las ha ideado. Esas filosofías estàn siendo introducidas a la iglesia y estàn llevándola a peligrosos rumbos que no son el camino del Señor.
Se hace necesario entonces, que como en el pasado, se levanten ministerios proféticos, que con valor y visión de la voluntad de Dios, exhorten al pueblo a la pureza, la santidad, el fervor y a tomar conciencia de la importancia de poner en alta estima la obra de Dios y a evitar caer en la trampa del afán por las riquezas y la vanidad.
Hoy día, hay un mover profético que se ocupa desmedidamente de la prosperidad material y que no se ocupa de dar a conocer al mundo y a las  potestades del aire, que el reino de los cielos no es comida ni bebida ni vana palabrería; sino justicia, paz y poder en el Espíritu.


4) LA PROFECIA CONSUELA:
Ante las muchas tribulaciones de la vida, a las que el creyente y la iglesia en general se encuentran expuestos, se hace imprescindible este gran beneficio de la gracia de Dios, que nos es suministrado a través del ministerio profético. Si bien es cierto que la exhortación es de suma importancia para el pueblo de Dios; también lo es la necesidad de consolación.
Dios ha dispensado a su pueblo este inefable don a través de todos los tiempos: Consoló al anciano Abraham y su amada esposa con la promesa de un hijo.
Consoló a los esclavos Israelitas en Egipto prometiéndoles un libertador y una tierra que fluía leche y miel.
Consoló a su pueblo Israel prometiéndoles un Mesías libertador.
Consoló a los enlutados de Sión en babilonia. Consoló a los entristecidos discípulos con las promesas de su regreso, de un maravilloso lugar que fue a preparar, y con la promesa del gran consolador: El Espíritu Santo; y consoló a la iglesia con la promesa de una boda celestial, y con la promesa de su permanente presencia con nosotros, y con la promesa de enjugar toda lagrima de nuestros ojos; y con la promesa de una herencia eterna en los cielos.
Como podemos ver, tan abundante como la exhortación ha sido la consolación. Es importante que podamos reconocer este certísimo hecho de la grande y eterna misericordia de Dios; porque aunque ciertamente Dios es fuego consumidor;  su misericordia es para siempre.
No cometamos el grave error de creer que solo la palabra de fuego que quema, o la que es fuerte y pesada como martillo quebranta la roca (ver Jeremías 23:9) es la palabra de Dios; también lo es la palabra que da paz y consuelo, amor y ternura, como la de un padre bueno y tierno; porque el Dios que da la profecía, y que es fuego consumidor; también es nuestro buen padre celestial.

Clamemos a Dios para que se levanten en la iglesia verdaderos profetas de Dios con poderosos ministerios, a través de los cuales el Espíritu Santo nos traiga luz, exhortación, poder y consuelo para edificación de la iglesia de Cristo nuestro Señor.


(Escrito por: William Tercero M.)