jueves, 21 de abril de 2011

Plantando Bandera de Victoria

La palabra " hebrea Nissi " quiere decir mi estandarte, o mi tejado, mi protección y, también, mi victoria. Y la palabra estandarte, significa: Mantener firme y en alto. 
Con esta breve explicación del significado de la palabra nissi introducimos el sermón del domingo 17 de abril en la Iglesia Visión Jesed, a través del cual se exhortó y se animó a los creyentes a mantenerse firmes contra las adversidades, y contra todo enemigo de su bendición. Y se les llamó a conquistar esas áreas de su vida, donde todavía no ondea el estandarte del Señorío de Cristo; para que planten la bandera de Jehová Nissi: Lo cual es: Dejar que Cristo Reine y Señoree en esas áreas.

Introducción de la lectura bíblica base del sermón:
8. Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.
9. Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.
10. E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.
11. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
12. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
13. Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.
14. Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.
15. Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová- nisi;
16. y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación. (Éxodo 17:8-16).

El rey David dice en uno de sus salmos: "Muchos son mis enemigos; muchos son los que se levantan contra mi" Y todos sabemos que de la misma forma, muchos son los enemigos de los hijos de Dios; muchos son los que se levantan contra nuestra vida, contra nuestro propósito; muchos son los que se levantan contra nuestra bendición. A veces estos enemigos se levantan a modo de crítica, de calumnia, de palabras de maldición; o se presentan como quebranto de salud etc. Y este texto del capítulo 17 del libro de Éxodo, nos muestra literalmente un levantamiento de millares de enemigos del pueblo de Dios: "Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim" (v.8). Pero también nos muestra las estrategias de los hijos de Dios contra sus enemigos: "Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano" (v.9)
En ese verso nueve, vemos decisiones importantes que tomaron los israelitas contra sus enemigos. Veamos:
A. Ellos se levantaron a pelear.
Ellos no se quedaron lamentándose por su suerte. No se pusieron a llorar; sino que se levantaron a pelear contra sus enemigos; se levantaron en guerra contra sus adversarios. Es necesario saber que no es suficiente tan solo saber que tenemos una lucha; que muchas adversidades están viniendo a nuestra vida; sino que hay que tomar acción contra nuestros enemigos; hay que tomar acción contra la adversidad, contra la enfermedad, contra el desánimo. ¡Hay que levantarse y pelear¡ ¡hay que tomar acción¡ ¡Hay que armarse de una actitud de lucha¡ Nada ganamos con llorar ante la adversidad; No se ganan batallas tan solo con llorar. Y puede ser que el ataque del enemigo sea impetuoso... y talvez te den ganas de llorar, y quizá llores; pero no te quedes allí llorando, ¡Levántate¡ ¡Cobra ánimo¡ ¡Tu has sido creado para ser un vencedor¡ Y aunque el enemigo se levante como río, ¡el Espíritu levantará bandera de victoria en tu vida¡ Muchas adversidades persisten en nuestra vida; muchos enemigos de nuestra bendición prevalecen contra nosotros; no porque sean mas fuertes, sino porque nosotros no nos levantamos con valentía para combatirlos ¡Recuerda que no fue al enemigo que se le dijo que iba a prevalecer... ¡Fue a ti que se te dijo que eres mas que vencedor¡ ¡Fue a nosotros los hijos de Dios que se nos dio esta maravillosa promesa¡ ¿Qué, pues, diremos a esto? ¡Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?¡ Así que auque se levante contra ti  ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Así que no solo podemos decir como David: "Muchos son mis enemigos; muchos son los que se levantan contra mi" sino que también como él, podemos decir confiadamente: "No temeré el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya". Pues caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. ¡Así que ánima y levántate contra tus enemigos¡

B. Lo segunde hacen los israelitas: Subir al monte de Dios.
Es bueno cobrar ánimo y levantarnos contra nuestros problemas, contra nuestras adversidades, contra nuestros enemigos, pero no vasta solo con esta actitud. Para alcanzar la victoria sobre nuestros enemigos, no solo hay que reprender y declarar que somos más que vencedores; Nada ocurrirá si solo hacemos eso; Se hace necesario subir al monte de Dios.
Los israelitas a la par de tomar acciones de guerra contra los enemigos que venían en su contra, además, subieron al monte de Dios. Y el creyente de hoy; Tú y yo, debemos imitarles. No solo debemos tener actitud de vencedores, sino que debemos potenciar esa actitud subiendo al monte de Dios. Y, ¿Que significa subir al monte de Dios? Bueno para Moisés fue literal el subir al monte de Dios; pero para ti y para mí; para los creyentes de hoy, subir al monte es llegar al trono de gracia; es disponernos a estar delante de la presencia de Dios, en ruego, intercesión y súplica por la victoria. Éste es el ejercicio más vital de toda lucha del creyente que llega a ser victorioso. Pero este ejercicio no es fácil de ejecutarlo cotidianamente, pues cuando hablamos de intercesión, no estamos hablando de la oración relajada, sino de una búsqueda intensa del auxilio de Dios; de su favor, su protección y defensa. El creyente por general está acostumbrado a orar relajadamente, y es capaz de mantener este estilo de oración de manera continua en su vida; Es como caminar en terreno llano y limpio; pero la intercesión es profunda; es intensa;  Y muchas veces es como subir por escarpadas montañas, pues la misma adversidad y las duras circunstancias através de las cuales hay que ejercer la intercesión, se constituyen en serios obstáculos que hacen una fuerte resistencia a nuestro avance cotidiano hacia la cumbre del monte de Dios. Con todo y eso, si quieres que tu lucha sea efectiva para alcanzar la victoria, subir al monte de de Dios se hace una necesidad vital e imprescindible. Si examinamos bien el texto del que toma base este sermón, veremos que lo mas vital en la conquista de la victoria del pueblo de Dios sobre sus adversarios, fue el significativo hecho de que Moisés subió a la cumbre del monte, No se quedó de camino en lo llano, ni a medio subir el monte; él subió hasta la cumbre del monte. ¿Que le dio la vitalidad y la fortaleza a Moisés para subir hasta la cumbre del monte? Veamos:


C. Con la vara de Dios en la mano.
Esta vara en la mano de Moisés, no es cualquier: Es la vara de Dios;  es la  misma vara que partió el mar en dos, la misma que hizo prodigios en Egipto, la misma que sacó agua de la peña, la misma que oscureció el sol, es la misma vara que sostenía a Moisés camino hacia la cumbre del monte. Así que no es un pedazo de madera especialmente bendecida, sino una vara en la mano de un siervo de Dios que le creía y le obedecía a Dios.
Hay  momentos de adversidad y de sombra en que no podemos ver, y se nos dificulta caminar; hay un momento que el enemigo se levanta contra tu vida, contra tu casa; hay situaciones difíciles en la familia. En esos momentos es difícil seguir avanzando. Pero si la vara de Dios está en tu mano puedes apoyarte en ella firmemente y seguir avanzando hacia la cumbre del monte; avanzando hacia la victoria. Pero si no tienes en que apoyarte mientras tienes que escalar el monte hacia la cumbre, es posible que no puedas llegar allá. Pero te preguntarás: ¿Cuál sería la vara para mí en este tiempo? Porque Moisés tenía en su mano la vara de Dios literalmente; pero nosotros no tenemos acceso a esa vara literalmente. ¿Entonces que hacer? Aquí es bueno recordar la historia relativa a la vara de los siervos de Dios. La Biblia nos deja ver una escena significativa en el antiguo testamento, donde se narra la despedida de Jacob, Este siervo de Dios estaba para morir, y dejaba a sus hijos en medio de un mundo hostil; siendo ellos tan pocos y tan débiles... ¿Como iban a ser protegidos de tantos enemigos? El panorama parecía sombrío para la descendencia de Jacob; Pero a pesar de eso, Jacob pudo adorar confiado en que sus descendientes no solo iban a sobrevivir, sino que iban a ser sobresalientes y victoriosos contra sus muchos enemigos, y ante todas las hostilidades. ¿Pero que le daba esta tremenda confianza a Jacob? Bueno, él también tenía en su mano una vara; no una vara cualquiera, sino la vara del siervo de Dios. Esta vara era una en la que los siervos de Dios hacían inscripciones de las promesas de Dios; Así que no era una vara cualquiera, sino una que cuando la sostenían en sus manos y se apoyaban en ella, literalmente estaban apoyados en las poderosas y firmes promesas de Dios. Por eso es que Jacob, a pesar de las adversas circunstancias pudo estar tan confiado que pudo adorar mientras se despedía de sus hijos; sabiendo que Dios le había prometido que haría de sus hijos una gran nación; que serían sobresalientes entre los demás pueblos y naciones, y sería victoriosos sobre todos sus enemigos; de tal forma que los que los maldijeran serían maldecidos por Dios mismo; y los que los bendijeran, serían bendecidos por el mismo Dios.
Así que cuando Moisés subía hacia el monte apoyado en la vara de Dios para hacerle frente a sus enemigos que venían en mucho mayor número contra ellos, iba no con una simple vara que le ayudara físicamente para apoyarse para subir al monte, sino que llevaba una poderosa arma contra sus enemigos, llevaba el poderoso aliento de las firmes promesas de Dios que le había dicho que estaría con ellos y que nadie les podría hacer frente. De la misma manera, los creyentes de hoy tenemos que apoyarnos en las poderosas y firmes promesas de Dios; pues ellas nos infundirán aliento, y no cualquier aliento, sino el poderoso aliento de Dios que nos hará ser más que vencedores contra todo enemigo y contra toda adversidad. Y no importa cuan grande sea la adversidad, cuan poderosos o numerosos sean nuestros enemigos, o cuan oscuro o escarpado sea el camino hacia el monte de Dios, hacia el monte de la victoria, nosotros llegaremos hasta la meta. Y aunque en camino haya sombra de muerte, si la vara de Dios está firmemente asida en nuestra mano, seremos capaces de decir como David: "Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando" ¡Si¡, no solo podemos alcanzar la cima del monte, sino que mientras transitamos en medio de las escarpadas adversidades de la vida, y entre los muchos enemigos, podemos disfrutar de los manjares de la mesa de nuestro gran Dios, podemos transitar confiados y llenos de paz. Y auque muchos sean nuestros angustiadores, aún así podemos disfrutar de la copa del Señor; podemos disfrutar de ese vino del Espíritu, podemos disfrutar de la unción de abundante presencia, y estar rebosantes de gozo. Así que, en medio de la adversidad o de tus muchos enemigos, ¡Apóyate en la vara de Dios¡ ¡Apóyate en las seguras promesas de Dios¡ ¡Apóyate en las poderosas promesas de Dios¡.


D. Manteniendo la vara de Dios en alto.
Pero para que la victoria sea completa, no solo vasta tomar acción y guerrear contra nuestros enemigos, no solo vasta con subir al trona de la gracia en vehemente oración intercesora; sino que hay que mantenerse en la cumbre del monte; mantenerse en constante oración hasta ver la victoria total contra nuestros problemas o adversidades de cualquier índole. Moisés no solo tomó la vara de Dios en su mano, sino que una ves que estuvo en la cumbre del monte, se mantuvo allí hasta ver la derrota de sus enemigos. De la misma manera debemos actuar nosotros, no debemos dejar de estar en el monte de la oración, no debemos dejar de interceder hasta ver la victoria total sobre todos nuestros enemigos. El problema de porqué no vemos muchas de nuestras luchas ganadas, se debe  al hecho de que muchas veces desistimos de la oración, desistimos de de la intercesión, no somos constantes en ello; o somos tibios. Y si bien es cierto que uno de los ejercicios mas difíciles y agotadores de la vida de creyente es el ejercicio constante de la oración intercesora; también es cierto que podemos y debemos ser constantes para alcanzar la victoria total. Para Moisés no fue nada fácil mantenerse en la cima del monte; porque aquella vara que le ayudó a apoyarse en su camino hacia la cima, ahora tenía que sostenerla en alto durante doce horas continuas. Esa era una tarea agotadora para las manos y los brazos de Moisés. Seguramente que al cabo de unas pocas horas los brazos le pesaban como plomo, y aquella vara no resultaba fácil de sostener, sino que se hacía una carga tremendamente pesada. De la misma manera, para nosotros resulta en extremo difícil sostenernos en la cima del monte de la oración intercesora; pero debemos hacerlo para que ondee el estandarte de victoria, y Jehová Nissi siga combatiendo contra nuestros enemigos. Hay que saber que los ejércitos celestiales pelean a nuestro favor, pero ellos no portan el estandarte sino nosotros; Los ejércitos se mantienen en lucha mientras el estandarte está firme, pero si el estandarte se deja caer, o huyen los portadores, el ejército se detiene. La fe y confianza en Dios y en sus poderosas promesas; la oración intercesora, debe mantenerse constantemente delante de Dios. Y esto, cual estandarte de Dios, será la señal evidente para que los ejércitos celestiales sigan peleando en nuestro favor. Este revelador hecho queda claro al ver que cuando Moisés tenía sus manos en alto con la vara de Dios, el enemigo retrocedía; Pero cuando Moisés bajaba las manos, y con ello, la vara de Dios; sus enemigos prevalecían. Pero, ¿Cómo mantenerse en la cima del monte? ¿Como mantener en alto las manos con la vara de Dios? Es decir: Cómo mantenerse intercediendo, cómo mantenerse en esa constante actitud? ¿Cómo mantener en alto nuestra confianza en las promesas de Dios, cuando la lucha se alarga hasta el agotamiento? Para encontrar respuesta a este importante asunto, es necesario ver lo que hizo Moisés.


E. Busque estrategias para resistir.
Si usted sabe que sus enemigos deben ser vencidos, y que no puede desistir de hacerles frente sin importar lo largo de la lucha, usted debe ser resistente. Pero muchas veces se acaban las fuerzas. Si esto llega a pasar en su vida porque ha estado atravesando por adversidades que llevan años con usted, y siente que ya no puede más... Haga las de Moisés: Encuentre apoyo. Moisés no subió solo al monte, y aunque a el le tocaba mantener en alto la vara de Dios, tenía a dos colaboradores en el monte. El no estuvo solo en el monte esas largas doce horas, siempre tuvo colaboración. Si Moisés no hubiera implementado la estrategia de la colaboración, no habría podido tener éxito en su agotadora misión; su éxito se debió en gran medida a la colaboración de sus hermanos y consiervos, Pues cuando sus brazos se cansaban, allí estaban Aarón y Hur para sostenerlos; Y cuando los brazos de todos se cansaron, encontró la sabiduría de sus colaboradores para procurarle un asiento donde descansar mientras seguía sosteniendo sus brazos con la vara de Dios en alto. 
Ningún cristiano podrá ser plenamente efectivo en la conquista de su victoria sin la colaboración de sus hermanos. Pues hay problemas que por su intensidad, y por su duración, tienen la capacidad de vencernos, sino recurrimos a la ayuda y colaboración de nuestros hermanos; llámese estos: Líderes, pastores, consiervos o hermanos. Siempre es poderoso poder contar con la colaboración de otros creyentes. Ello nos ayudará a alcanzar muchas mas victorias; sobre todo, aquellas que ganamos sobre las mas duras adversidades de la vida.

Recuerda: Si tus enemigos se han levantado contra ti, levántate tú también contra ellos en acción de guerra; Sube al monte de la oración apoyado en las firmes promesas de Dios, y mantente allí en intercesión constate. Y si la batalla es larga , o muy intensa, y sientes que tus fuerzas no serán suficientes para permanecer con la bandera de Dios en alto, busca colaboradores que te ayuden a mantener el estandarte de guerra en alto, hasta que el ejército celestial desbarate a todos tus enemigos.
¡ATRÉVETE A ENFRENTAR TUS ENEMIGOS¡ ¡TÚ ERES MAS QUE VENCEDOR EN CRISTO JESÚS¡ Y no importa si tu enemigo es un pecado persistente en tu vida; O si es una área de tu ser que no ha sido sometida al Señorío de Cristo; O si es una enfermedad; o la injusticia, calumnia, o murmuración de tus adversarios... o lo que sea. ¡Planta la bandera de victoria en ese lugar¡ Y haz un altar allí para Jehová Nissi... ¡PON A REINAR A CRISTO SOBRE ESAS ÁREAS OSCURAS DE TU VIDA¡ ¡Ponlo a reinar sobre tus miedos, y sobre toda adversidad¡ ¡PUES DONDEONDEA LA BANDERA DE jEHOVÁ NISSI, ES DONDE CRISTO ES SEÑOR, ES DONDE ESTÁ QUIRIOS: DONDE ESTÁ EL SEÑORÍO DE CRISTO¡

domingo, 3 de abril de 2011

El Reino Milenial

En este breve estudio nos enfocaremos en aquellos aspectos que son mas importantes en relación al tema en estudio: El reino MilenialPara ello veremos lo relativo a sus “actores” principales y los hechos mas destacados de ese hermoso periodo de paz.

El Cristo Vencedor:
Este periodo del reino de los mil años, es preámbulo al reino eterno que se establecerá para siempre jamás, cuando Cristo haya suprimido toda oposición. Para dar inicio al reino milenial, Cristo debe derrotar a los enemigos del pueblo de Dios. Este es el tiempo mas esperado de Israel, cuando el MESÌAS esperado por tantos miles de años, venga con poder y gran gloria a libertarlos.
Cuando nuestro Señor Jesucristo vuelva a la tierra con los santos, se encontrará con una confabulación de personajes siniestros y hostiles que se instalaran en Israel para dominar al pueblo de Dios, y para propagar la adoración a imágenes y a Satanás mismo (Apocalipsis 13). Esos personajes son llamados en la Biblia con nombres diversos y simbólicos como: La Bestia, El falso Profeta, El anti-Cristo etc. Estos personajes se levantaran en guerra contra el Cristo Glorioso que regresa con su gran ejército de santos glorificados (Apocalipsis 19).
Con estos personajes se levantan también un gran ejercito de muchas naciones que serán aliados del anti-Cristo. Es a este gran ejercito que Cristo derrota en una guerra terrible donde se da una gran mortandad. Y los personajes diabólicos: La Bestia y El Falso Profeta, son apresados y lanzados al lago de fuego y azufre (Apocalipsis 19:20). Los primeros seres que son lanzados al lago de fuego y azufre, son La Bestia y el Falso profeta. Es un error pensar que las personas que mueren antes del juicio en el gran trono blanco van al infierno.
La Biblia nunca nos dice que las personas vayan al infierno sin antes ser juzgados en el juicio final. El tercer personaje que es lanzado en el infierno es Satanás.
Lo que si es cierto con relación a los que mueren sin Cristo, es que estàn reservados para el lago de fuego.

La guerra que concluye con el lanzamiento de La Bestia y El Falso Profeta al lago de fuego y azufre, se da como inevitable choque de las fuerzas de las tinieblas instaladas en la tierra, contra Cristo que desciende del cielo después de haber arrebatado a la iglesia, y de haber llevado a cabo las bodas del Cordero; después de siete años de celebración en el cielo; que a su vez han sido siete años de gran tribulación en la tierra.
La guerra concluye con la victoria de Cristo y su ejército de Santos vencedores. Luego de esa victoria contra los enemigos del pueblo de Dios, Cristo se sienta como rey sobre Israel para regir la tierra.

Satanás es apresado:
Todas las hostilidades contra el mundo, y particularmente contra el pueblo de Dios, tienen como origen a Satanás. Es por eso que mientras Satanás esté suelto en el mundo, no puede haber paz; porque el hará todo lo que esté a su alcance para destruir a los seres humanos; a quienes considera inferiores y dignos del infierno.
El odio de Satanás debe entenderse como el resultado de una envidia feroz, a causa de que el hombre es el objeto del mas grande amor de Dios (Juan 3:16); mientras que Satanás está para siempre condenado al infierno, por haberse revelado contra Dios. Y como el diablo sabe que la condenación es a causa del pecado; quiere que todos los hombres pequen para que todos sean condenados (Romanos 3:23). Y como sabe que la paga del pecado es la muerte, entonces cree que al hacer pecar al ser humano, lo llevará consigo al infierno.
Pero Satanás se encontró con un hecho sorprendente: El gran amor de Dios pagó el rescate de los pecadores; y ahora Satanás se encuentra solo ante ese horrendo destino: EL infierno.
Es admirable la gran sabiduría de Dios, que sabiendo que el mas grande defecto de Satanás es su altivez y arrogancia, diseño por tanto, un plan de salvación que es totalmente contrario a lo que es Satanás en esencia. Es así, como enviando a su hijo al mundo, en humildad; en el gesto mas grande y sublime de humillación (Filipenses 2:6-8) para hacer enmudecer toda arrogancia y condenar toda altivez, levantó al mas humilde de todos los hombres. Así, hizo Señorear al Humilde, sentándole en lugares altos sobre todo principado y autoridad y poder y señorío y sobre todo nombre (Efesios 2:20-22) obligando a todos los seres del universo a postrarse ante aquel que fue exaltado hasta lo sumo, a causa de su gran humildad y obediencia (Filipenses 2:9-11). Es así como Dios ideó la mas grande ironía del universo: Condenar al mas grande de los soberbios, altivo y arrogante; a través de la humildad extrema del unigénito hijo de Dios. Pero el diablo, siendo tan arrogante, no se permitirá a sí mismo el arrodillarse ante aquel Humilde que fue exaltado. Por eso, seguirá intentando destruir al hombre mientras pueda.
Queda claro, que Satanás tiene que ser quitado de en medio para que pueda haber paz. Por eso, al comienzo del reino milenial, e inmediatamente después de la derrota de La Bestia, el Falso profeta y sus aliados, Satanás es apresado con “cadenas” y puesto bajo arresto durante mil años en una prisión especial llamada abismo, y es puesto un sello que garantiza que no saldrá de allí sin la autorización de Dios (Apocalipsis 20:1.3).

Establecimiento de tronos:
Una vez que hayan sido derrotados los enemigos de Cristo, y que la influencia de Satanás haya sido quitada de la tierra, se establecerán tronos en los cuales se sentarán parte de los redimidos (Apocalipsis 20.4).
Tanto los salvos de entre la gran tribulación; como la iglesia que retorna con Cristo, recibirán facultad para reinar sobre la tierra con Cristo. En ese tiempo la gente que escape de las muchas catástrofes de la gran tribulación, permanecerán en sus naciones, y sobre ellos reinarán los escogidos del Señor.
La palabra del Señor no dice si en ese periodo extenso de paz, las personas que hayan quedado en la tierra morirán. 
Debe aclararse que al  hablar de la posibilidad de morir, nos referimos a aquellas personas que no son parte de los resucitados, ni de los creyentes glorificados; porque los creyentes glorificados, sea por resurrección o por transformación, ya no pueden morir porque han recibido un cuerpo inmortal e incorruptible. 
Es lógico pensar que aquellos que no hayan sido transformados morirán; pues no tienen inmortalidad; y en tal caso, la muerte es una posibilidad natural y normal. Sin embargo, no podemos asegurar irrefutablemente que esas personas morirán en el reino milenial. Lo que si podemos asegurar, es que el reino milenial será un glorioso tiempo de paz y prosperidad; donde el pecado no reinará, y todo tipo de mal estará fuera de acción; porque los santos regirán el mundo con justicia. La justicia y la paz serán la característica más distintiva de este largo periodo de la humanidad sobre la tierra.
Los redimidos serán seres glorificados, que a semejanza de àngeles serán vistos en la tierra, pero de un modo natural; porque serán parte cotidiana de este nuevo mundo lleno de paz, en el cual, nuestro Señor Jesucristo reinará con esplendorosa gloria, en el tiempo más esperado de los que tienen hambre y sed de justicia.

Cristo es EL SOL DE JUSTICIA que se asentará en este mundo, para darle el amanecer de un nuevo día; donde toda injusticia será aplacada y todo horror desaparecerá; porque por mil años reinará EL PRINCIPE DE PAZ.
¿Quieres tú ser parte de los que reinarán con Cristo en el reino milenial? ¿Quieres ser parte de los que gozarán de vida eterna con Cristo? Entonces ven a Cristo a través de la fe. Confiesa tus pecados y pide que Dios te de una vida nueva.


William Tercero M.


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