jueves, 4 de noviembre de 2010

Salvación por fe en el Sacrificio de Cristo.

La doctrina de la salvación es una de las más grandes y hermosas verdades de la gracia de Dios sobre los hombres.
A continuación destacaremos los aspectos más sobresalientes de esta fundamental verdad del cristianismo.
La Salvación Es Universal::
La salvación es para todos los hombres; es por tanto universal.
No está dirigida particularmente a un individuo, a una raza, o un pueblo.
No puede ser atribuida como exclusiva propiedad de ningún individuo, secta o religión; ya que no es propiedad de nadie, sino que procede de Dios.
La palabra de Dios revela con claridad esta verdad, al declarar que “Cristo es el autor de nuestra salvación –Hebreos3:10.                                                                                                                                                         
Creemos que todos los seres humanos necesitan salvación:
 Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.”  (Romanos 3:23).
La necesidad de salvación se deriva precisamente de este hecho: El que todos hemos pecado. Y, siendo la paga del pecado la muerte; todos estamos condenados a muerte y necesitados de un salvador.
El ser humano está imposibilitado de salvarse a si mismo.
No hay sacrificio, obra o penitencia que le pueda salvar, ya que la salvación no se gana por obras.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros pues don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe”. (Efesios 2:8,9). No obstante que la salvación no se gana por obras; las obras del creyente deben ser consecuentes con su fe, ya que la fe sin obras está muerta.
Tampoco podemos recurrir a otros medios externos para alcanzar salvación porque, en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre,  dado a los hombres en el cual podamos ser salvosHechos 4:12..
El Sacrificio de Cristo es El Acto mas Dramático del Amor de Dios.


La figura del corderoEn Éxodo 12:5-13 vemos que: Debía de ser macho. (Éxodo12:5). Sin defecto. (Éxodo 12:5). Debía de sacrificarse en la pascua (Éxodo 12:11). Su sangre sería por señal para salvación.  (Éxodo 12:7).


CRISTO EL CORDERO DE DIOS
El profeta Isaías nos presenta, de forma conmovedora y dramática esta verdad, cuando nos dice: “Angustiado el, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”
Cristo es el Cordero de Dios (Juan 1:29).
Él cumplió con todos los requisitos del cordero:
Fue varón.                          (Lucas2:7).
Sin defecto.                           (Juan     18:38).
Sacrificado en la pascua.       (Juan 19:13-16).
Su sangre nos salva.Sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados.
Fue necesario que Cristo, el Cordero de Dios, derramara su sangre por nosotros para darnos salvación.
Juan el bautista, al ver a Cristo lo identificó, al señalar: “Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”
La gracia de la salvaciónCreemos que la salvación se obtiene solamente por la fe en el sacrificio de Cristo en la cruz del calvario.  Efesios 2:8; Juan 3:16.
La salvación es un don inmerecido: Nada en nosotros es digno de tan altísimo precio que fue pagado. Solo su amor pudo hacer posible tan grande salvación –vea Efesios 1:3-5.
Tan grande e inmerecido don, debería llevarnos a: (1Pedro 1:8,9).
Nadie que haya entendido la revelación del gran amor de Dios en Cristo Jesús, podrá negarse a amarlo con todas sus fuerzas.
2- Darle nuestra gratitud eternamente. (Efesios 1:3-5).
3- Adorarle en espíritu y en verdad. (Juan 4:23-24).

4- Cuidar una salvación tan grande. (Hebreos 2:3).

En la carta a los hebreos, el escritor bíblico nos dice:  “Cómo escaparemos si descuidamos una salvación tan grande.” (Hebreos 2:3).
El mayor desprecio que podemos hacerle a Dios, es menospreciar la salvación tan grande que nos ha regalado. Por tanto, la mayor culpa del hombre, no son sus muchos pecados, sino, el desprecio de la salvación.
El Señor Jesucristo nos dice: Esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron mas las tinieblas que la luz. (Juan 3:19).
Es necesario que valoremos la salvación como el mayor regalo que Dios nos ha dado: Su hijo, unigénito y amado. Él ha pagado con su muerte el precio de nuestra culpa.
El profeta Isaías se refiere a este hecho de forma conmovedora al declarar: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre de él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” (Isaías 53:5).
El drama mas conmovedor de todo el universo es la muerte del unigénito hijo de Dios; drama de cruel dolor: El hijo de Dios desgarrado por el látigo, lacerada su cabeza por agudas espinas, traspasado su costado por la lanza del cruel verdugo, sus pies y sus manos horadados por ásperos clavos que sujetaban su agonizante cuerpo al madero. Tal drama de inmenso amor y profunda compasión dejó atónitos a ángeles, arcángeles y serafines; todas las criaturas del cielo dan honra, gloria y adoración, al ver este insólito hecho.
Al contemplar el sacrificio del cordero de Dios que quita el pecado del mundo, a gran voz claman:“El cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.” (Apocalipsis 5:12).
Para el cielo es cosa maravillosa que Dios no socorriera a los ángeles cuando pecaron, sino que socorrió al hombre que es menor que los ángeles (Hebreos 2:16. 2ª Pedro 2:4).
Porque ciertamente los àngeles que pecaron contra Dios revelándose, están encarcelados en prisiones de oscuridad, esperando el día del castigo. La misma suerte les tocó a Satanás y sus demonios. Para ellos no hay oportunidad de salvación, sino que están condenados al fuego del infierno para siempre jamás.
Sin embargo, al hombre que peco igualmente que los àngeles y que Satanás, Dios no solo le ha perdonado; sino que para poder perdonarlo, ha tenido que pagar él mismo con la vida de su hijo unigénito el precio del rescate.
Ciertamente la salvación es un hecho insólito y maravilloso del mas profundo amor.
Por eso, todo el cielo testificará contra aquel que rechace o menosprecie la salvación; pero por aquellos que acepten, valoren y cuiden la salvación; todo el cielo celebrará y hará fiesta; (Lucas 15:7). Porque cada salvo es el fruto del gran amor de Dios.
Cada creyente, y la iglesia en general, deben valorar el hecho de la salvación como el regalo más grande y de más valor que Dios nos ha dado.
Y causa del don inmerecido de la salvación, y del gran amor de Dios, adorarle, servirle y reverenciarle a través de la fe en Cristo Jesús, todos los días de nuestra vida.
¡¡Para siempre sea alabado nuestro salvador por su inefable gracia e infinita misericordia¡¡
Del profundo amor de Dios,  Cristo nos dice:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16.).
Este amor va mucho mas aya del hecho de salvarnos, hecho que de por sí ya es insólito y maravilloso, sino que es un acto extremo de solidaridad y compasión.
Es tan grande este acto de compasión de Dios por los seres humanos, que causó asombro en los cielos.
A cerca de este acto de compasión de Cristo, el libro sagrado nos dice: El cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres…” (Filipenses 2:6,7.).
Tener la revelación de de tan inmenso amor y compasión de Dios para con nosotros, nos llevará inevitablemente a  volvernos a Dios de todo nuestro corazón, aceptando gozosos la irrefutable verdad:
Que Cristo es el único que puede salvar al hombre.
Hay quienes rehúsan aceptar la fe de Jesucristo, creyendo que el hombre puede volver a un estado de perfección por si mismos; pero tal cosa es imposible.
Cristo  es a quien Dios designó para redimirnos del pecado. Juan 1:29; Hechos 4:12.
No podemos satisfacer la demanda de Dios acerca del pecado, sino solamente a través del sacrificio de Cristo.
Ninguna otra ofrenda o sacrificio es agradable o aceptable para Dios, vea Hebreos 9:4-7.

El Derramamiento de Sangre Para Perdón de Pecados:
El texto anterior mencionado, nos lleva al tema de la sangre.
En las sagradas escrituras, está claramente expresado, que para el perdón de pecados es necesario e imprescindible el derramamiento de sangre.
En el antiguo testamento vemos por ejemplo la figura del cordero:
Para poder dejar libre de culpa por el pecado a los seres humanos antes de Cristo, se le ordenó al pueblo de Israel que tenían que presentar un cordero sin mancha y perfecto como sustituto del pecador.
Ese cordero era una figura simbólica de una verdad mayor: La del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

 (Tomado de "Doctrinas de la Iglesia" por: William Tercero M.)

Si aún no eres salvo, y quieres saber como recibir a Cristo como tu salvador, puedes llamar a los teléfonos: 83936207 - 87679259.

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