martes, 12 de octubre de 2010

Ofrendas y Diezmos (VI).

El Principio de la Justicia:
El Diezmo también es un asunto de derecho y justicia, según Dios. Veamos:

Como los Levitas fueron apartados para ministrar en el santuario, no podían dedicarse a las labores productivas a las que se dedicaban las demás personas de las otras tribus. Por el contrario,ellos tenían que dedicarse, por mandato del Señor, a satisfacer las necesidades espirituales del pueblo y las demandas del culto. Privándoles de esta manera, de su derecho de prosperar con su trabajo y suplir así, sus necesidades y anhelos y las de sus familias. Dios, entonces, les proveyó una compensación justa; estableciendo los diezmos y las ofrendas, los cuales debían de proveer las otras personas de las demás tribus, a las que no se les habìa impuesto la privación de prosperar con su trabajo; y por causa de quienes, sí se habìa privado de este derecho a los Levitas. Constituyéndose, de esta manera, el diezmo y las ofrendas, en un asunto de justicia.
Este principio de justicia debe aplicarse igualmente a los ministros del Señor en la iglesia (Apóstoles, profetas, pastores, maestros, misioneros etc.)

El Principio del Derecho:
Toda orden o mandato del Señor se constituye en un derecho de aquellos a quienes beneficia.
Los Levitas tenían el derecho de tomar las ofrendas y los diezmos de manos de sus hermanos de las otras tribus. Esto en base al mandato del Señor. Y en el nuevotestamento el Apóstol Pablo recurre al mismo principio cuando le habla a laiglesia acerca de las cuestiones del sostenimiento de los ministros del Señor. Veamos:
"¿Acaso no tenemosderecho de comer y beber?... o solo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?
Quien fue soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quien apacienta el rebaño y no toma de la leched el rebaño? (1 Corintios 9:4-7)
Y como hemos hecho en esta enseñanza, el Apóstol Pablo basa su argumento en las escrituras del antiguo testamento. Vea 1 Corintios9:8-10.
De ahí, que podemos decir, que no contribuir con nuestros diezmos y ofrendas, es ser injustos; y es violar el derecho otorgado por Dios a sus ministros.
Cabe preguntar: ¿Estás cumpliendo con la justicia de Dios?
Y ante cualquier argumento que se levante en contra de las ofrendas para los ministros, -porque hay quienes argumentan para no cumplir lo establecido por el Señor-, conviene recordar las palabras de nuestro Señor Jesucristo que nos recuerda que no importándo lo ilógico que parezca, cumplir la pabra de Dios es cumplir con su justicia: 
" Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.  
 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?  
Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó" (Mateo 3: 13-15).

William Tercero M.

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